Desde Rosario
Con penas que van desde los ocho hasta los dieciocho años de prisión, se cerró este martes un capítulo realmente violento en la historia carcelaria santafesina: se trata de las condenas por la fuga de la cárcel de Piñero ocurrida en junio de 2021, cuando un grupo armado cortó los tejidos perimetrales e irrumpió a los tiros en el predio para posibilitar la huida de ocho presos. Entre los prófugos se contaban el "Morocho" Mansilla o Sergio Cañete, considerado el cerebro del operativo de evasión y quien recibió una de las penas mas duras. El tribunal conformado por Fernando Sosa, Silvana Lamas González e Ismael Manfrín sentenció a los acusados, dependiendo de su participación y responsabilidad. Como todos ya tenían condenas previas, varias sentencias se unificaron.
El ataque al penal tuvo lugar el 27 de junio de 2021, cuando un grupo de tres personas irrumpió a los tiros en el predio del penal Nº 11, tras cortar el tejido perimetral con una amoladora. En medio del tiroteo con los empleados penitenciarios, ocho internos lograron salir de la prisión y escapar del penal. Todos fueron recapturados con el correr del tiempo y juzgados por el nuevo delito. Uno de los atacantes cayó bajo el plomo del enfrentamiento: se trataba de Walter Soraire, un joven con adicciones que había sido llevado para manipular la amoladora.
Los facilitadores de la huída
De acuerdo a la investigación, Franco Canteros, Rodrigo Gramajo y Elisa Álvarez fueron los que facilitaron la huida, irrumpiendo a los tiros en el predio: el tribunal dictó condena de 16, 18 y 12 años respectivamente para ellos. Para los identificados como los ideólogos y organizadores del plan, Sergio "Mono" Cañete y Joel Rojas, los jueces dictaminaron 17 años para el primero --con pena anterior unificada cumplirá 36 en total-- y 15 años para el segundo, que terminará cumpliendo 20 por la unificación de la condena.
El resto también recibió duras condenas: Rodrigo Gramajo, 18 años. Y Claudio Mansilla, Alejandro Cartelli, Alejandro Candia, Daniel Pisciones y Antonio Schmittlein, 9 años. En el último caso, el reo cumplirá 22 en total por la unificación con su condena anterior. Para Ezequiel Romero, el tribunal dictó 8 años y 10 meses, que se convertirán en 19 años y cuatro meses, contando su sentencia anterior.
Una vez finalizada la audiencia, el fiscal Franco Carbone apuntó que, si bien la penas fueron "un tanto menores" a las solicitadas, aseguró estar muy conforme con el fallo porque es inédito. "Desde el principio de esta investigación, hace tres años, nosotros marcamos un quiebre institucional. Ha habido un antes y un después en la historia del Servicio Penitenciario de nuestra provincia. Las penas que han dado los jueces dan cuentas de esto", remarcó el fiscal a cargo. Y explicó que "el daño agravado es una cuestión muy técnica, que tiene que ver con el concurso ideal con la evasión". "Para que haya evasión tiene que haber fuerza y violencia. La evasión tiene una pena muy exigua en el Código Penal, pero lo que ha pasado aquí es que también ha habido una portación conjunta de armas de fuego y eso ha permitido que se pida un margen de pena mayor. A cada evadido le han dado nueve años de prisión y a las personas que han entrado desde afuera, le han dado desde doce a dieciocho años". "Estamos satisfechos, es una pena histórica y ejemplar".
Los cerebros del plan
El fiscal Carbone detalló además que "uno de los evadidos, el señor Cañete, que es uno de los cerebros de este plan de fuga, lo han condenado a diecisiete años de prisión, sumado a una pena de 19 años, totalizando una pena de 36 años de prisión". Y agregó: "Nueve años para Mansilla junto con el resto de evadidos que se unifica a una pena de más de 20, si bien él tiene una condena a 25 años y otra a perpetua, pero esas no se pueden unificar porque se encuentran en trámites de diferentes apelaciones, no están firmes".
Además, Carbone apuntó que "para los que le dieron 17 y 15 años de prisión, que son Rojas y Cañete, hay otras circunstancias de portación de arma de guerra, en el momento en que son aprehendidos". "Recordemos que ellos son aprehendidos en el baúl de un vehículo cuando estaban escapando con tres armas de fuego de guerra, ahí se suma otra circunstancia de portación, por eso la pena es mucho más grave". Consultado sobre si apelarán las condenas, Carbone respondió que habían pedido el máximo de pena para cada uno de los acusados, pero insistió en que, aunque aún debe leer el fallo y decidir, "la Fiscalía está conforme con la sentencia".
Cabe remarcar dos momentos vividos ayer en el Centro de Justicia Penal : el primero, antes de la lectura del veredicto, cuando Antonio Schmittlein insistió en pedir la palabra para decir que en la cárcel de Coronda estaban “verdugueados”, en alto perfil, sin bañarse y sin ropa, situación que demoró unos segundos la resolución de primera instancia. Luego, una vez leída la sentencia, se vivió otro momento de tensión cuando el fiscal Carbone estaba por brindar una conferencia de prensa. El padre de otro de los condenados, Rodrigo Gramajo, le espetó: “Vos nunca investigaste a mi hijo”, con el dedo índice levantado. El hombre fue rápidamente apartado por una agente policial.