Con la salida de Pablo De la Torre, Sandra Pettovello pretendió desviar el foco del escándalo de las 6 mil toneladas de alimentos acopiados, aunque más bien terminó por destapar otro: el de la contratación de ñoquis y empleados con posibles sobresueldos mediante convenios con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Pero además se compró un nuevo problema: la gestión de la Secretaría de Niñez y Familia (ex Ministerio de Desarrollo Social) quedó acéfala en medio del terremoto. Lejos de encontrar un perfil con espalda territoYanina Nano Lembo“impacto social”algunos de los consultores que transitan los pasillos del poder libertario.Javier Milei