“Wow, sos alto.”        Jeff Goldblum, 1,93 metro de altura, saluda al cronista, de 1,92, en la puerta de su habitación en un hotel londinense. “¿Tu familia es igual de alta?”, pregunta. Le digo que mis hermanos son aún más altos, dice “¡Más altos! ¡Increíble! ¿Qué hacen?”. Uno está en una banda, el otro estudio animación. “Asombroso, tus padres deben estar orgullosos. Yo toco en una banda de jazz. Si alguna vez pasás por los Angeles, vení a vernos al Sam Rockwell. Asegurate de venir”.

¿Cómo decir que no? Así empieza la entrevista con Jeff Goldblum. Los actores no suelen hacer preguntas en los encuentros con la prensa, prefieren quedarse en el rol de ser interrogados. Pero no son Jeff Goldblum. En lugar de eso, el actor de 65 años sigue preguntando de todo, desde cuestiones familiares a mis posibles capacidades para actuar. Los cínicos dirán que está distrayendo al atención para no centrarse en él, o solo siendo simpático para obtener un buen artículo. Pero Goldblum parece simplemente afable por naturaleza. ¿O es muy bueno engañando?

Apoltronado en una silla, sencillamente vestido con una campera de jean, Goldblum está promoviendo Thor: Ragnarok, el más reciente tanque de Marvel en llegar a los cines. Dirigida por Taika Waititi y salvajemente divertida, la película presenta a Goldblum como el demoníacamente hilarante Grandmaster, el tiránico dictador del planeta Sakaar y un incansable buscador de placeres. El rol se ajusta a Goldblum a la perfección. “No sé cuánto de él hay en mí”, dice. “Pero Taika Waititi es un improvisador. Me dijo ‘si querés, tengo la noción de que podemos improvisar un montón. Y será un personaje que hará uso de varias cosas que vos hacés. No será una cosa de comic. Tu personaje es teatral”.

Y así fue. Cuando se pusieron a trabajar en el set en Australia, Goldblum fue bien capaz de improvisar, ofreciendo a menudo diez tomas diferente de una misma escena. “Quizá yo sugería ‘¿por qué no digo tal o cual cosa?’, y Taika me respondía ‘dale, bailá como yo’. Y entonCes yo empezaba (se pone a bailar sin levantarse de la silla) hasta que nos echaban del set. Nos la pasamos boludeando. Estaba muy ansioso por ver cuál versión quedó en el corte final... y me gustaron las que usaron. Sacaron todo lo que había quedado mal y me hicieron quedar muy bien. Y en el final... la gente debe quedarse hasta el final de los créditos, hay una escena buenísima, y fue una de esas cosas que improvisamos”.

Por supuesto, Goldblum ha trabajado en varias películas de alto presupuesto con anterioridad, incluyendo Jurassic Park, Día de la Independencia y sus respectivas secuelas. Para Thor: Ragnarok todo parece haber sido un poco más relajado, y el proyecto final por momentos tiene más cosas en común con una película independiente que con un tanque de 180 millones de dólares. “Es inimaginable el equipo que se hace necesario para llevar a cabo estas producciones de proporciones épicas”, dice. “Y hay que agregar el elemento de tener sumándose a alguien como Taika. Es como un workshop gratis para actores. Consiguen tener un tiempo extra para, si se hace necesario, volver a rodar algunas escenas. En algunas otras cosas es (el actor pone una voz de entonación severa) ‘este es tu momento, y tenemos que hacerlo ahora’. Aquí y allá es un poco más trabajoso, recargado. Pero de cualquier manera he sido muy afortunado de trabajar con el señor Spielberg y Jack Bellicec. Son la clase de gente que sabe cómo relajar las cosas, con lo que es grande y es gratis”.

Dicho así y antes los resultados, parece que estar en el set de Ragnarok ciertamente significó un montón de diversión. “¿Vos actuás?”, pregunta. Le cuento que no, que lo más cerca fue dirigir una pequeña producción teatral en la escuela, años atrás, sobre Moulin Rouge, y que fue bastante mala. “¿Como una versión para teatro de la versión para cine?”, pregunta, y se pone a cantar una canción de la película. “He aquí mi audición, tenela en cuenta para tu próxima producción. Podríamos hacer un buen equipo”. Claro que Goldblum no necesita más trabajo en este momento de su carrera. El año pasado retomó su personaje en Día de la Independencia para la secuela Resurgence. El año próximo volverá a encarnar al Dr. Ian Malcolm, esta vez junto a Chris Pratt para Jurassic World: Fallen Kingdom. Más tarde ese mismo año, Goldblum le dará su voz a un perro en Isle of Dogs de Wes Anderson (“Con solo ver el trailer se comprueba que es un artista brillante”, dice del director). La pregunta entonces, es por qué hay semejante renacimiento de Goldblum por todas partes.

“Se trata simplemente de molestar a la gente”, bromea el actor. “¡Pero nadie debe preocuparse, pronto se terminará!”, se ríe. El tono pasa a algo un poco más serio. “Las cosas siempre van y vienen, y eso me incluye”, señala. “Pero en estos momentos me siento, me relajo y lo disfruto enormemente, con mucho placer. No sé por qué soy tan afortunado. Pero la sensación que predomina por sobre todo lo que pueda pensar en este momento es agradecimiento. Tengo suerte de haberme mantenido continuamente activo. Ese ya es un buen truco por sí mismo”.

Goldblum estudió actuación con Sandy Meisner, entre cuyos pupilos se encuentran nombres de peso como los de Steve McQueen, Naomi Watts, Sandra Bullock y otro Jeff (Bridges). En los comienzos de su relación, Meisner le dijo a Goldblum algo que le quedó pegado para siempre a través de los años: “Lleva veinte años el poder simplemente llamarse a uno mismo actor, y toda una vida mantener el espíritu de mejorar”. “Quizá todo esto tiene que ver con eso”, continúa Goldblum. “Yo apunto a tener la oportunidad de mejorar. Estoy siempre en el límite de hacer algo mejor. Yo disfruto de la actuación, y ciertamente ahora lo estoy disfrutando más que nunca. Quizá los bebés traen suerte, eso es lo que dice mi esposa. Tuvimos uno hace un par de años, y otro seis meses atrás”.

Goldblum tiene dos matrimonios anteriiores (con las actrices Patricia Gaul y Geena Davis), pero nunca había tenido hijos hasta que se casó con la gimnasta olímpica canadiense Emilie Livingston. Su primer hijo, Charlie Ocean, nació a mediados de 2015, un año antes de que Resurgence llegara a las salas de cine. La pareja tuvo otro niño, River Joe, en abril de este año. “Me siento lleno de empuje, vigor y vitamina A... si esa es la vitamina correcta”, dice. Cabe preguntarse si, tras convertirse en padre y haber sido actor por más de veinte años, todavía se ve a sí mismo como una estrella de cine. “Yo no diría ‘estrella de cine’”, responde. “Pero puedo decir que es algo que me sigue realmente emocionando cuando...” Hace una pausa. “Ayer tuve que volar, y me dieron esa tarjeta que tenés que llenar en el avión, cuál es su primer nombre, su segundo nombre, su apellido, dónde nació... ¿Cuál es su profesión? Todavía me da emoción el mero hecho de escribir ‘actor’... ¿no es loco?” Goldblum cuenta una rápida anécdota que refiere a que desde que tiene diez años no quería otra cosa más que ser actor. “Solo quería hacerlo de la mejor manera posible”, dice. “Mi padre era doctor. Todos los que conocía en Pittsburgh estaban en algo similar. Me avergonzaba decirle a alguien lo que quería hasta que me fui a New York. Nadie lo sabía, porque para mí era como una idea romántica”.

Y ahora que alcanzó ese sueño, ¿se siente realizado? “La sensación de estar cumplido, de sentirse realizado, significa que desarrollás una habilidad para sentirte satisfecho, en cualquier circunstancia. No querés esperar a que se dé toda una confluencia exterior de circunstancias para decir ‘oh, ahora que cumplí mi sueño, tengo el auto que quería, tengo una cita con la chica correcta’. El talento al que aspito es que, sin importar qué carta de presentación tengas, seas capaz de encontrar algo que puedas llamar ‘realización’”. Hace una pausa de reflexión. “¿Qué tal esa respuesta, está bien?”. Sí, está bien, y habilita a preungtar qué camino podría haber tomado Jeff Goldblum si ese asunto de la actuación no hubiera funcionado. “Me gusta tocar el piano, y tener un show a la semana”, dice. ¿Quizá una estrella de rock, entonces? “No sé si hubiera sido una estrella de rock. Me gusta el jazz. Enseñé actuación un par de años; me gusta el salón de clases, mucho. Me gusta la actividad y el desafío de tratar de transmitir algo, despertar algo en otra persona. Es divertido, y algo que vale la pena intentar. Mi hermana enseña, es pintora, y hace cosas todo el tiempo. Esa es una gran cosa para plantearse y hacer”.

Un representante de Disney hace frenéticos gestos detrás de Goldblum, indicando que el tiempo de entrevista se ha terminado. Cuando en la despedida le digo que Jurassic Park fue una de mis películas favoritas miuentras crecía, se pone a cantar la canción principal, y luego se pone a improvisar un scat. Quizá haga una versión jazz en su próximo show en el Sam Rockwell de Los Angeles. Es todo muy Jeff Goldblum.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.

El actor también se lució en la versión Cronenberg de La mosca.