La producción industrial cayó 16,6 por ciento en abril respecto a igual mes del año pasado y acumula un retroceso de 15,4 por ciento en el primer cuatrimestre del año, según informó Indec. Los datos van en sintonía con el anticipo de las previsiones privadas que advertían lo prematuro de señalar que la economía se está recuperando, como presume el Gobierno. En apenas cuatro meses, varias ramas de la actividad cayeron tanto o más que en los inicios del 2020 pandémico, único período reciente con el que puede compararse el deterioro actual. La variación intermensual mostró un tímido 1,8 por ciento positivo.
“Estamos en franca recuperación”, dijo el ministro de Economía, Luis Caputo, el mismo miércoles que Indec publicaba su informe, ante un auditorio lleno de empresarios y emprendedores en la apertura del 10° Latam Economic Forum. "Hay signos bastante elocuentes de una recuperación", rectificó aunque no brindó detalles de cuáles eran. Lo cierto es que casi ningún economista prevé una pronta mejora de la actividad: los principales tres sectores de la economía –comercio, construcción e industria- muestran una trayectoria todavía preocupante (ver los informes de la consultora de Orlando J. Ferreres y FIEL relevados por este diario).
En especial, el diagrama que viene trazando la producción industrial tiene más forma de una raíz cuadrada invertida que de una V corta: al desplome de marzo (21,4 por ciento interanual), le siguió otro un poco menos pronunciado en abril (16,6 por ciento) y la actividad podría amesetarse en junio en niveles aún inferiores a los de 2023. Esto último a juzgar por las expectativas de empresarios relevadas también por Indec (el 54 por ciento de los encuestados cree que la demanda interna disminuirá entre mayo y junio). Y por el hecho de que la recuperación intermensual abril contra marzo todavía no toma fuerza: fue de 1,8 por ciento positiva.
En abril de 2024, las dieciséis divisiones de la industria manufacturera presentaron caídas interanuales. En orden a su incidencia sobre el 16,6 por ciento del nivel general sobresalen: Alimentos y bebidas con una baja del 9 por ciento, Maquinaria y equipo un 29 por ciento, Productos minerales no metálicos cayó 35,2 por ciento interanual y las Industrias metálicas básicas un 19,3 por ciento.
El caso de Alimentos y bebidas es paradigmático porque ni siquiera en pandemia se estrecharon las ventas de una rama tan elemental: en lo que va del gobierno de Milei en 2024, sin embargo, acumula una caída del 8,2 por ciento. La producción y venta de bebidas no encuentra piso. El desplome de la producción de maquinaria agrícola (en un 36,5 por ciento en abril) explicó el mal desempeño del segmento. En tanto los minerales no metálicos y la metalmecánica caen al ritmo del deterioro en la construcción, y otros sectores como el automotriz y fabricación de electrodomésticos.
Respecto de su incidencia en el total, les siguieron en relevancia la rama de Sustancias y productos químicos que mermó en 10,2 por ciento, Muebles y colchones un 35 por ciento interanual, Otros equipos, aparatos e instrumentos también 35,5 por ciento, Madera, papel, edición e impresión un 13,7 por ciento, Productos de caucho y plástico un 22,9 por ciento. Son todos números escalofriantes. La elaboración de Productos de metal perdió 18,9 por ciento en abril, Prendas de vestir, cuero y calzado se ubicaron 15,4 por ciento abajo versus igual mes de 2023, Vehículos y autopartes 13,6 por ciento abajo, Productos textiles un 26,2, los Productos de tabaco 26 por ciento, la Refinación de petróleo y otros 3,3 por ciento y Otro equipo de transporte un 4,7.
Es costoso imaginar una pronta recuperación de la industria con estas magnitudes de contracción de la actividad al terminar abril. En el acumulado de los primeros cuatro meses de 2024, la industria cayó 15,4 por ciento interanual, una variación solo comparable con la caída acumulada en los primeros cinco meses del 2020 pandémico que fue de 16,1.