El sábado 8 de junio a las 15hs, en la Plaza Roca de Villa Ballester, hace su aparición El colectivo de lectores, un evento itinerante que ya lleva quince ediciones. En palabras de su creadora, Cecilia Bona, el proyecto busca llevar al espacio público una actividad que, en el imaginario, sucede intramuros y en soledad: la lectura.

Cecilia (@porqueleer) cuenta que un día se subió al subte y vió a cinco personas leyendo en un vagón. Le pareció una linda imagen y pensó por qué no provocar una aún más potente. Convocaron a lectores de todas las edades a acercarse un domingo al subte y copar un vagón. En la primera edición se acercaron más de cien personas. Fueron leyendo desde Plaza de Mayo hasta San Pedrito. Cuando llegó la pandemia se complicó, así que decidieron comenzar a hacerlo en espacios públicos, como plazas. Ahí el proyecto comenzó a llamarse Colectivo de lectores. 

“Siempre decimos: viajar leyendo es viajar dos veces. Hacemos uso de la palabra colectivo en sus dos acepciones, por un lado es la posibilidad de viajar en grupo con un libro, pero al mismo tiempo es el colectivo como una palabra que reúne al grupo. El colectivo de lectores consiste en eso, en juntarnos en una plaza, en un espacio público alrededor del libro como protagonista, pero también del libro como punto de encuentro", afirma su creadora.

Funciona a modo de performance sorpresiva. Una vez congregada la comunidad en el punto de encuentro, se anuncia el comienzo de la lectura silenciosa. Luego, los presentes son invitados a poner en común su experiencia, lo que da lugar a nuevas conversaciones y recomendaciones.

La propuesta es abierta y están todos invitados a presentarse a ese día y esa hora, con un libro. Aunque para que a nadie le falte un ejemplar, bibliotecas y librerías, esta vez de San Martín, llevan libros para prestar y difundir. Habrá también sorteos, canjes de libros entre los participantes y una merienda invitada por el Centro Cultural La Bemba. Esta edición es organizada por el Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA), San Martín Lee (Programa de promoción de la lectura de la Municipalidad de San Martín) y Librería Los Confines (librería y cooperativa cultural de Villa Ballester).

Detrás de todo lector, hay alguien que antes no leía. La patria de la lectura, siempre tiene las puertas abiertas para extranjeros, exiliados y nuevos ciudadanos. Sebastián Alvaredo, uno de los organizadores del evento y librero fundador de “Los confines”, librería de Villa Ballester, recuerda que la primera vez que se enganchó con un libro fue de adolescente. “Los primeros libros que recuerdo haber leído de un tirón fueron “Lástima que estaba muerto” de Margarita Maine y “El equipo de los sueños” de Sergio Olguín. Me pasó algo del orden che, no sabía que esto se podía escribir. “El equipo de los sueños” era sobre un pibito que vive en el barrio enfrente de Fiorito, se enamora y resulta que el tío de la piba tenía la primera pelota con la que había jugado Maradona, y así empieza la aventura. Después también me pasó de más grande, ya con la librería, que me convertí en lector de poesía gracias a los libros de la editorial Santos Locos, fue algo del mismo orden: así que la poesía puede ser esto también”, afirma.

Andrea Felsenthal, coordinadora general de San Martín Lee, opina que no solo es importante el acceso a los libros, sino también la manera de leerlos, de desgranarlos. Los clubes de lecturas, las entrevistas con autores, los encuentros. “Nosotros decimos, tomando palabras de otro, que leer sucede cuando uno levanta la vista del libro y se queda pensando y encarna todo eso que surge de leer como acto mecánico, de pasar la vista por las letras. Leer es lo que se te despierta cuando estás leyendo y a veces sucede cuando no estás leyendo, o sea cuando levantaste la vista, cuando escuchaste a otro, cuando escuchaste a un escritor o una escritora o un narrador contando un cuento. Por eso es fundamental que el estado sea también dador de estas posibilidades y estas oportunidades para que todo el mundo tenga acceso y para que la lectura, la escritura, la posibilidad de crecer en este ámbito también llegue a todos los rincones, a los que ya están como preseteados o tienen esa oportunidad de acceso y también para aquellos que quizás no tienen el hábito", afirma. 

Bona afirma que se trata de un acto colectivo porque nunca hay una soledad total en la lectura, sino un diálogo con la persona que lo escribió, lo editó, lo ilustró. “El libro de alguna manera es un cofre donde se están almacenando un montón de experiencias más allá del texto en sí. La lectura no es un acto solitario aunque lo hagamos solos, porque es ir a la búsqueda de un contacto con otro. Por ejemplo, en Godoy Cruz, en Mendoza, un niño de diez añosllegó a uno de nuestros encuentros con una cartulina que decía “¿me recomendás un libro?” y trajo un marcador. Y se llenó la cartulina con recomendaciones de niños y adultos. Fue hermoso", recuerda. 

Esta edición de El colectivo de lectores es la primera en la que participa también una librería. Los libreros son grandes mediadores de la lectura, sobre todo, librerías como Los Confines, que cuenta con material de editoriales independientes. “Acá la gente se lleva lo que recomendamos, confía plenamente", afirman. 

Margarita Roncarolo ( poeta y performer) solía decir en sus clases que con los libros pasa como con el amor: “montones de minas te hablan al oído, pero no te enamoras de todas, te enamoras de la que te dijo justo lo que vos necesitabas escuchar en ese momento de tu vida. Y bueno, con los libros pasa exactamente lo mismo, porque si no todos nos enamoraríamos de la misma persona y sería algo espantoso”. El sábado 8 de junio a las 15 en la Plaza Roca, de Villa Ballester, en el partido de San Martín, tenemos una cita con miles de libros para averiguar qué pasa si se comparte el momento de lectura con otros.