El sector de autopartes registró en nueve meses una suba de las importaciones del 11,9 por ciento, por encima del avance de las exportaciones, del 9,9 por ciento, y muy por arriba de la evolución de la producción de vehículos. La balanza comercial del segmento autopartista mostró un déficit de 4905 millones de dólares, lo que implica un deterioro del 11,7 por ciento frente al mismo período del año pasado, según datos de AFAC, entidad que reúne a las empresas autopartistas. Al mismo tiempo, la producción nacional de autos avanzó en nueve meses apenas un 0,5 por ciento frente a 2016. La compra de partes a Brasil subió un 18,6 por ciento.
El rojo de septiembre de la balanza comercial total fue de 765 millones de dólares, cuando se había anotado un superávit de 242 millones en igual mes del año pasado. En los primeros nueve meses el déficit acumuló un récord de 5200 millones de dólares, contra un superávit de 1865 millones de dólares alcanzado en igual período del año pasado. En ese deterioro cumple un papel central el crecimiento de las importaciones, aunque cabe diferenciar las compras de insumos, piezas y maquinarias no producidas en el país del ingreso de artículos que desplazan producción local.
El autopartismo es uno de los bloques de mayor déficit comercial, a raíz del bajo nivel de ensamblaje de partes locales que tienen los autos producidos en el país. En nueve meses, la importación de componentes ascendió a 6128 millones de dólares frente a exportaciones por 1223 millones. Las exportaciones lograron un avance del 9,9 por ciento, al tiempo que las compras externas subieron 11,9 por ciento. La diferencia consiste en el déficit comercial autopartista, de 4905 millones de dólares entre enero y septiembre, lo que implica una suba del 11,7 por ciento frente al rojo del mismo período del año pasado. En el mismo período, la producción de vehículos subió 0,5 por ciento interanual.
“Las importaciones vienen subiendo bastante, se percibe en la diferencia porcentual con la producción de autos. Parte de eso se explica por los lanzamientos de modelos, ya que hay stock de partes para arrancar la producción. En alguna medida puede haber una deslocalización –cambio de proveedor en favor de una importación– y también la suba de algún segmento del mercado de reposición”, explicaron fuentes del sector.
La dinámica de las importaciones que reflejan los datos viene a reforzar una característica que el sector muestra en los últimos años. Por la lógica de la industria automotriz argentina, con poca inserción de partes locales, el crecimiento de la producción redunda en un deterioro comercial, por la suba de las importaciones de partes. Sin embargo, los datos del comercio exterior del autopartismo muestran que el aumento de las importaciones en términos porcentuales es mayor a la suba de la producción y viceversa: la baja de la producción suele superar a la caída en las importaciones.
El crecimiento de la producción de autos de 2013 frente a 2012 fue del 3,5 mientras que las compras externas de partes avanzaron un 5,0. En 2014 la producción cayó un 22 por ciento pero las importaciones bajaron un 18 por ciento. En 2015 la producción cayó 12,0 y las compras al exterior bajaron un 9,2, mientras que en 2016 la fabricación de autos cayó 10,2 por ciento pero las importaciones se redujeron un 8,0. En consecuencia, la comparación entre 2016 y 2012 arroja una baja de la producción de autos del 38 por ciento pero eso se tradujo en una reducción de las importaciones del 28 por ciento. En nueve meses de 2017 las importaciones subieron un 11,9 por ciento pero la producción sólo avanzó 0,5 por ciento.