El inminente desembarco de Sergio Neiffert al frente de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) llegará con cambios: el gobierno se prepara a reemplazar el nombre de la casa de los espías y prepara una reorganización de prioridades con una rejerarquización de la agenda del terrorismo internacional, en sintonía con los nuevos alineamientos internacionales del gobierno. Aunque no está claro que todo esto pueda hacerse sólo a través de un decreto.

"Neiffert será oficializado en el Boletín Oficial en estos días y la idea es reformar la AFI, que se dejará de llamar así y se dividirá en tres organismos que se ocuparán de los tres pilares en los que basará su funcionamiento", adelantó un hombre de la "mesa chica" del gobierno de Javier Milei. Los tres pilares serán, en primer lugar, lo vinculado a amenaza exterior, es decir posibles ataques de "células en la región de organizaciones como Hezbolá". Otro se ocupará de seguridad interior en lo tendiente al crimen organizado, como el narcotráfico, y el restante se abocará a la ciberseguridad, hackeos y otros delitos virtuales.