Qué enorme se lo veía al entrañable Roberto “Tito” Cossa –que no era un hombre corpulento–, con ese tono grave de incorregible fumador de pipa, que sonaba levemente enojado, aquel jueves 23 de abril del 2015 en la sala Borges del predio de La Rural. “¿Un dramaturgo abriendo la Feria del Libro? Salvando las distancias, me sentí como el papa Francisco. Me habían ido a buscar al fin del mundo”, bromeó entonces el tambicolumnista de Página/12, La nona,YepetoEl viejo criadoTute CabreroYa nadie recuerda a Frédéric ChopinGris de ausencia,