No se puede decir que el tono fue de indiferencia, porque Maximiliano Pullaro y Javier Milei se abrazaron para la foto apenas el presidente llegó a la muestra Agroactiva, ayer al mediodía, en Armstrong. Pero sí que ese fue el escueto intercambio entre ambos, y cada uno siguió en la suya. El libertario enfiló hacia una carpa con empresarios y productores agropecuarios invitados, sin más público ni prensa, y allí hizo de su narrativa habitual, y prometió eliminar las retenciones a las agroexportaciones apenas elimine el déficit fiscal, algo que allí sonó a dulce música. Evitó la prensa en una jornada donde todavía crepitaba el escándalo de los alimentos retenidos por su ministra Sandra Pettovello. Y el gobernador, tras haber inaugurado la exposición rural, se movió como pez en el agua hablando de producción como eje de gestión, disfrutando la banca que el campo le prodiga y acompañado por sus colegas Martín Llaryora, de Córdoba, y Rogelio Frigerio, de Entre Ríos. Luego hizo declaraciones y marcó alguna línea de disenso con la que baja Casa Rosada: advirtió que Santa Fe no admite más recortes de parte de Nación, y cuestionó el veto que el presidente prometió a cualquier ley del Congreso que atente contra el equilibrio fiscal.
Para el corte de cintas inaugural, Pullaro destacó como "muy importante que desde el Gobierno Nacional estén presentes y que puedan ver lo que es el campo, lo que es la industria y lo que representamos". Hasta ese momento, Milei no había aterrizado. "Nosotros somos esto, somos el campo, la industria, la innovación productiva y las universidades. Somos los que vamos a sacar a la Argentina adelante", agregó, algo a lo que Milei luego no le daría tiempo a escucharle.
Estaban también el secretario de Bioeconomía de la Nación, Fernando Vilella; la presidenta de Agroactiva, Rosana Nardi; y el intendente anfitrión, Guillermo Luzzi. Y por supuesto, el gabinete en pleno, la vice Gisela Scaglia, Clara García, y otros diputados.
Luego Pullaro recorrió la muestra comprobando apoyo campero e industrial, y en contacto con la prensa respondió sobre las diatribas de Milei acerca de la media sanción a la reforma de la movilidad jubilatoria, la intención de reponer el fondo de incentivo docente y el lobby de intendentes para reclamar subsidio al transporte e igualdad con el Amba. Más recortes a la provincia de Santa Fe no creo que se puedan hacer. No veo que sea posible. Y asimismo nos arreglamos para seguir adelante, pagamos sueldos e invertimos en obra pública. En el resto del país nos ven como un bicho raro porque podemos seguir haciendo esto", se ufanó al aire por Radio Dos.
Tras ese mensaje, sumó otro acerca del veto prometido por el libertario a los intentos parlamentarios de la oposición con tal de defender la premisa de déficit cero. "No veo que el veto pueda ser un buen síntoma. La institucionalidad dice que hay que respetar las decisiones del Congreso", planteó.
En cambio, el gobernador reiteró su visto bueno a la Ley Bases. "Es muy importante que el presidente pueda tener las herramientas para comenzar con su gestión", concedió y dio a entender que, seis meses después, el gobierno no arrancó.
El helicóptero presidencial tocó tierra ruralista al mediodía. Milei bajó con su ladero fiel, José Luis Espert. La nube de periodistas y movileros quedó retenida a exagerada distancia, y la gente por las dudas también, aunque ahí todos querían saludar y sacarse selfies con el líder de La Libertad Avanza. Por esas horas hervían las redes sociales con sus dichos sobre "el futuro apocalíptico" como su origen y su misión "a lo Terminator" de "destruir el Estado desde adentro". También estaba en agenda el escándalo de los alimentos en el Ministerio de Capital Humano.
Pullaro recibió al jefe de Estado con un abrazo y unas breves cortesías de protocolo. Lo mismo, Llaryora y Frigerio. Pero Milei los dejó ahí y su cortejo le apuró el paso hacia una carpa donde lo aguardaba el auditorio amigo, con el acceso restringido.
En el panel, Espert habló en su línea habitual y enfatizó la sanción de la Ley Bases como objetivo inmediato del gobierno. Y Milei también transitó su discurso. "Voy a seguir bajando el gasto público y el déficit hasta que le duela más a la política", dijo. Y que cuando lo haya logrado, entonces eliminará las retenciones a las exportaciones agrícolas.
En ese sentido, recalcó el aviso de que "vamos a vetar todo lo que vaya contra el equilibrio fiscal, porque no voy a entregar el déficit cero de ninguna manera". Reiteró la prédica contra los que él llama "gerentes de la pobreza" y dijo: "Están llorando porque se les terminan los curros y tienen abstinencia de caja".
Milei atribuyó a "la casta política" la culpa por la suba del dólar blue, pero nada le dijo a su auditorio acerca del hecho de que la cosecha gruesa ha concluido y sin embargo los productores rurales no liquidan sus granos, lo que sería el ingreso de dólares que tanto el gobierno necesita.
Apenas terminó, el séquito presidencial condujo al mandatario hasta un carrito de golf para que pudiera recorrer la muestra. Pero entonces, el gentío se abalanzó en procura de saludo, vitoreo, abrazos, y selfies. Y Milei cerró así su paso raudo por Armstrong, primera visita como presidente a la provincia.