“El mate cocido es agua dulce que le estamos dando a las criaturas, eso no es alimento para los chicos”, dice Maria Elena, que maneja un comedor en la zona norte de la ciudad. Este jueves, junto a distintas organizaciones sociales, referentes de comedores y vecinos del barrio, se acercaron a la sede de la Fundación Camino, de Polledo 2815, para conocer cómo se haría el reparto de los 10 mil kilos de leche en polvo que llegaron a Rosario, luego de que la Justicia ordenara su distribución antes de su vencimiento. Las concentraciones también se dieron en las sedes que la Fundación tiene en Fisherton y en Cabín 9, pero en ninguno de los tres lugares hubo respuestas: las persianas permanecieron cerradas durante toda la jornada y todavía no hay certezas de qué pasará con el cargamento. “Al final los comedores fantasmas que denuncia el gobierno son estos, porque ayer anunciaron que hoy distribuían los alimentos, pero está todo cerrado”, evaluó Hernán Sorrequieta, representante del Movimiento Evita Rosario.
Para las diez de la mañana ya había gente en el lugar. Algunos identificados con organizaciones sociales, pero también vecinos del barrio y cocineras de los comedores, que ya no saben de dónde sacar para seguir llenando la olla con la que alimentan al barrio. A ese universo de personas se le sumó la gente que suele asistir a la Fundación Camino –asociada con CONIN– desde hace tiempo. Pero todos se quedaron sin respuesta. Las llamadas telefónicas a las autoridades del lugar no tuvieron resultado. Recién para el mediodía, comenzó a circular entre los celulares un mensaje de Whatsapp, y los presentes levantaron la concentración.
“La Fundación Camino Conin Rosario comunica que en el día de la fecha ha recibido 10.000 kg de leche remitido por el ministerio de Capital Humano por única vez y que los mismos comenzarán a distribuirse a partir del día de mañana por los comedores y merenderos avalados por Capital Humano. La leche en polvo entera se entrega directamente desde el proveedor asignado, que hace la logística y distribución, no está en ninguno de los Centros CONIN de Rosario. Si bien ya existe la nómina de beneficiarios, pueden consultar por remanentes de leche comunicándose exclusivamente al WhatsApp de la Fundación”, informaron por mensaje.
“Vinimos a ver si nos daban una caja de leche. Nosotros tenemos comedor y damos la merienda. Nos enteramos que hoy repartían leche en polvo que se está por vencer y nosotros necesitamos para darle a los chicos”, cuenta María Elena. Los últimos días, llenaron panzas con mate cocido, lo que tienen a mano por el momento. Su comedor en la zona norte de la ciudad asiste a más de 200 personas y el número viene en ascenso. “Yo los martes y los jueves y cuando no tengo para cocinar hago la leche. Pero a mí me da vergüenza darle una agua dulce, porque eso no es alimento para los chicos”, se lamentó.
Ante las denuncias por posibles comedores truchos del gobierno nacional, y que también tuvo su réplica desde Provincia, María Elena cayó a la sede de la Fundación Camino con el listado de comensales: “Es para que vean que mi comedor existe, no es un comedor fantasma como dicen que hay. Nosotros cocinamos los martes y jueves, pero hace desde diciembre que no estamos recibiendo nada de Nación y ahora como llegó un poquito de leche queremos ver si nos dan aunque sea algo”.
En la misma línea se pronunció Analía. Tiene 25 años y pertenece a la organización Somos Barrios de Pie, que tiene más de 75 comedores en la ciudad, donde preparan la comida para unas 800 familias. “Venimos a buscar una respuesta inmediata porque así lo urge la situación. Como ya sabemos, la mercadería estaba a punto de vencer y queremos una respuesta de qué se va a hacer con esa leche, donde se va a repartir”, explicó y agregó: “La gente está muy necesitada, pero no hay nadie acá. Dieron un número de teléfono y cuando llamamos nos dijeron que durante la semana va a estar cerrado. Es la única respuesta que tenemos”.
A la concentración de calle Polledo también asistió Nora. En el comedor “La luz” de Nuevo Alberdi, en el que cocina desde hace 22 años, todos la conocen como Norita. Se acercó con un pedido concreto: “Vinimos a ver si nos pueden dar un poco de esa leche que está a punto de vencer. Estamos pasando más necesidades que en pandemia, porque en pandemia pudimos subsistir y ahora nuestros comedores no están aguantando como antes, que podíamos darle un plato de comida a la gente. Repartimos 180 raciones todos los miércoles”.
Norita también contó que a su comedor llegaron los inspectores del gobierno provincial, en el marco de las auditorías que pusieron en marcha. Como no la encontraron en ese momento, el lugar quedó calificado como que no existía. Luego, por intermediación de los dirigentes de la UTEP, la situación se aclaró. “Cuando pasaron nuestro espacio estaba cerrado. Mi comedor funciona de noche y no repartimos en el horario en el que ellos pasaron”, explicó. “No es que somos comedores fantasmas, como el gobierno nos dice. Vengan a ver la necesidad que hay, cuántos chicos a la noche se acuestan sin comer”, cuestionó.
La movida frente a los centros CONIN se motorizó desde la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). Desde el Movimiento Evita, Hernán Sorrequieta, explicó que la intención era generar un diálogo con las autoridades de la Fundación Camino y conocer cómo se estaba planificando la repartición de los alimentos. Pero se mostró sorprendido de que el lugar permaneciera con las persianas bajas todo el día.
“El lugar está completamente cerrado. Es extraño, porque vinieron vecinos que reciben asistencia habitualmente y que están inscriptos ya desde hace mucho tiempo en la Fundación CONIN”, manifestó. Y agregó: “Al final los comedores fantasmas que denuncia el gobierno son estos, porque ayer anunciaron que hoy distribuían los alimentos, pero está todo cerrado”.
Para el dirigente, el mensaje que difundió CONIN por Whatsapp es “poco claro y no genera ninguna confianza” entre las personas y organizaciones que se acercaron al lugar. “Veremos si hay respuesta y si no tendremos que volver con todos los compañeros que atienden comedores y merenderos a las distintas sedes de la Fundación”, adelantó. “Es muy triste porque hay vecinos que vinieron a ver si recibían una caja de leche para darle a sus hijos por un par de días nomas”, lamentó.