La inflación en la Ciudad de Buenos Aires marcó un 4,4 por ciento en mayo, según la Dirección de Estadística y Censos de CABA. Así, se profundiza el sendero de desaceleración de la inflación, desde el pico del 21,1 y 21,7 por ciento de diciembre y enero, pasando por el 14,1 por ciento de febrero, el 13,2 por ciento de marzo y el 9,8 por ciento de abril, de acuerdo a los registros porteños. En los primeros cinco meses del año, la inflación porteña acumula un 80,2 por ciento y en el último año, 280,9 por ciento.
El dato anticipa al del Indec, que se dará a conocer el próximo jueves 13. Para junio, la tendencia de desinflación podría cortarse, según las consultoras que agrupa el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central. Para dichos analistas, el IPC de mayo llegará al 5,2 por ciento pero tanto junio como julio se ubicarán en 5,5 por ciento, levemente por encima del mes pasado.
Pero además, cabe aclarar que muchos economistas que comparten los grandes lineamientos de política de este gobierno aclaran que se están acumulando factores de presión sobre los precios, como el retraso en la eliminación de subsidios a las tarifas (a pesar del fuerte impacto sobre las facturas de los hogares), el abaratamiento del dólar oficial frente a los paralelos y la "intervención" sobre sectores como salud.
Durante el mes pasado, las divisiones que más aumentaron en la Ciudad fueron seguros y servicios financieros (12,6 por ciento), información y comunicación (7,7 por ciento), educación (6,2 por ciento) y bebidas alcohólicas y tabaco (6 por ciento).
El capítulo de alimentos y bebidas no alcohólicas creció algo por encima de la media, con el 4,8 por ciento. Los principales impulsos provinieron de verduras, tubérculos y legumbres (24,2 por ciento), leche, productos lácteos y huevos (4,5 por ciento), pan y cereales (3,5 por ciento) y carnes y derivados (2,5 por ciento).
En el caso de vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, el incremento del 4,8 por ciento tuvo que ver con el impacto del aumento de los alquileres y de los gastos comunes por la vivienda. Le siguió en importancia, el arrastre que dejó la actualización de la tarifa residencial del servicio de suministro de agua, que entró en vigencia el mes previo.
En transporte, el alza del 5,2 por ciento se explica por la actualización en el valor del pasaje de subte, que se implementó el 17 de mayo, por lo cual se espera que haya un arrastre para el mes de junio. Le siguieron en importancia, las alzas en los precios de los combustibles y lubricantes para vehículos, de los estacionamientos y de los peajes. En sentido contrario, las caídas en los valores de los pasajes aéreos contribuyeron a quitar presión sobre esta división.
Finalmente, el segmento de información y comunicación sufrió un salto de 5,2 por ciento debido a las subas en los abonos de los servicios de comunicación agrupados y de telefonía móvil. El rubro salud presentó un sorprendente comportamiento, ya que mostró una caída del 4,2 por ciento a raíz de la intervención del Gobierno para frenar las subas de las cuotas de las prepagas.