"El deporte es formación y recortarlo no está bueno, la práctica deportiva es una herramienta para congregar gente de todos lados e integrarla, y eso es lo que hacen los Juegos Evita", dice Joaquín Gómez, el atleta bonaerense de 27 años que se prepara para viajar a Francia a disputar las olimpiadas.
"La integración es muy importante porque te deja enseñanzas, yo aprendí que con esfuerzo se pueden lograr cosas mejores y eso es algo que me acompañó a lo largo de mi carrera", dice el lanzador de martillo en medio de un entrenamiento que lo concentra en el horizonte inmediato.
En un mes cierra la clasificación para los Juegos Olímpicos de París, y en lanzamiento de martillo compiten los mejores 32 del mejores del mundo. Gómez está en puesto 20, y como el ranking cierra casi en las próximas semanas, está entrenando al máximo para mantener su ubicación y asegurar su participación.
"Cuando sos chico los Juegos Evita son lo más grande que tenés", dice ahora el campeón sudamericano juvenil en 2012 y 2013, campeón sudamericano sub 23 en 2014, que también fue campeón sudamericano en los Juegos de Cochabamba en 2018. El niño que empezó por la competencia nacional que el actual gobierno intenta desfinanciar, participó "de grande" en campeonatos mundiales juveniles en Ucrania y Estados Unidos, donde también compitió por el campeonato mundial de mayores al igual que lo hizo en Qatar, Brasil y Hungría.
Desde chico Joaquín entrenó en el parque Dominico, ahora llamado Dominico Alto Rendimiento, y participó de los Juegos Evita por primera vez en 2009, cuando tenía trece años y obtuvo el segundo puesto en lanzamiento de martillo. En 2010 igualó la medalla plateada, y además obtuvo la de bronce en lanzamiento de disco. En 2011 fue el mejor en martillo, y repitió su posición en disco. En 2012 fue el 1, nuevamente, en martillo.
Luego de que se conociera que el Gobierno nacional redujo la cantidad de finalistas para la edición 2024, quitó treinta disciplinas y suprimió dos categorías, además de cambiarle el nombre a Juegos Deportivos Nacionales, Gómez dice a este diario que "sabía que iba a haber un recorte por como venía la mano, pero no sabía la magnitud". "Es una lástima que se recorten tanto los Juegos Evita porque le están sacando la posibilidad de competir a un montón de chicos que, si no fuera por la política, no tendrían la posibilidad de viajar", agrega.
Gómez subraya una y otra vez que "los Juegos Evita no le regalan nada a nadie". "Si alguien está ahí es porque se lo ganó gracias al esfuerzo del entrenamiento, la competencia, y la superación de obstáculos", dice el deportista, y remarca que, en este momento, "sacar la posibilidad de competir y esforzarse" es muy difícil para el atletismo en particular, pero para el deporte en general. "Para un chico de 14 años hoy es muy complejo engancharse con el deporte, y si encima el único torneo que tenía como incentivo y que lo cautivaba no está más, es mucho más difícil que eso ocurra", apunta el lanzador de martillo.
Gómez se explaya cuando reflexiona sobre los valores que otorga la práctica dentro de la política deportiva más grande del país. "Da muchas herramientas que son importantes para que aprendan los chicos, porque no se trata sólo de ganar, perdiendo podés haber hecho las cosas bien y sacar algo positivo de ello. Está bueno que los chicos hagan deporte porque te da enseñanza para la vida, no es sólo una marca, un tiempo, o una medalla, son cosas necesarias para cuando sos más grande".
Gómez, que además participó de diversos campeonatos sudamericanos, panamericanos e iberoamericanos en distintos países de la región, está en la recta final de la preparación para su más grande anhelo. El lanzador de martillo nació en Quilmes el 14 de octubre de 1996 y vive allí. Es hijo de Daniel Gómez, que fue campeón sudamericano Uruguay 1977 y Chile 1985 en la misma disciplina, y ambos representaron al municipio de Avellaneda a lo largo de su carrera.
Al ser consultado por el rol estatal dentro deporte, Gómez dice que el Estado "es completamente importante", y que "como no hay ganancia, los privados no invierten en esto", entonces las disciplinas no tan masivas como el fútbol "nunca terminan de profesionalizarse porque hacer una pista de atletismo vale una fortuna".
Él, que compitiendo recorrió más de quince países, dice que conoce muy pocos clubes de atletismo privados en el mundo. "En general, todas las pistas son centros de alto rendimiento nacionales, las hace la municipalidad del lugar o la alcaldía, para los deportes que no son tan llamativos o que no tienen tanta visualización, es imposible sin el apoyo del Estado", amplía Gómez, que cita un ejemplo personal en el pasado reciente. "A mi en diciembre se me rompió la jaula donde entreno en Domínico por el temporal, pero la municipalidad de Avellaneda está haciendo una nueva", cuenta y señala que en este momento la están arreglando y "sale un montón de plata". "Esa es otra prueba de que sin el apoyo del Estado el atletismo no podría practicarse", asegura.
Gómez dice que los valores fomentados por los Juegos Evita sirven para desenvolverse a lo largo de la vida, para tener disciplina, y para respetar a los mayores y a los rivales. En épocas donde todos ven enemigos por todos lados, el atleta dice que "hay que entender que tu rival no es tu enemigo, es sólo tu rival, y cuando termina la competencia puede ser tu amigo".
"Es importante fomentarlo porque el deporte te enseña a visualizar a futuro y concentrarte en una meta, para la cual tenés que entrenar hoy, mañana, el mes que viene y así. Es para aprender que los resultados no se consiguen de la noche a la mañana, sino que hay que tener disciplina y esforzarse, y eso, cuando sos más grande, se convierte en una herramienta para tu trabajo o tus estudios, porque sabés que debes trabajar a lo largo del tiempo para conseguir algo."
Además de los valores, Gómez indica que los Evita "te preparan para el alto rendimiento, porque un día tenés la clasificación y otro día la final, y eso es lo que pasa en torneos grandes como un campeonato del mundo o un Juego Olímpico", y que el hecho de compartir espacio con decenas de competidores "te dan las ganas de seguir mejorando y superándote".
El atleta dice a este diario que no recuerda si se daba cuenta cuando era chico, porque "tomaba los juegos muy en serio", pero que ahora, ya más grande, entiende que los Juegos Evita "son muy importantes para muchos chicos, porque por ahí tienen la posibilidad de, incluso, conocer el mar". "Uno lo pasa por alto pero no es un detalle menor, a esa edad tener la posibilidad de viajar y conocer el mar gracias al torneo, a entrenar, a compartir y competir, es algo increíble", afirma.
Recuerda emocionado el caso de un equipo que venía del interior del Chaco y que nunca habían salido de su pueblo, en el cual vivían menos de cinco mil personas. "Pasaban de competir entre ellos a viajar a las finales en Mar del Plata, por lo que el panorama era completamente nuevo. Era un desafío increíble que les daba una herramienta para conocer cosas que eran impensadas sin el deporte, imaginate para una persona que nunca salió de su pueblo lo que es conocer el mar", dice Gómez, que desea que "ojalá esas cosas no se pierdan, porque está muy buenas".
Al referirse al contexto actual, Gómez anhela que "mejore todo el deporte nacional y cambie la mirada que lo ve sólo como un gasto", y sentencia: "El deporte, en realidad, debería ser una inversión, porque brinda educación y salud, que son cosas necesarias para tener una mejor sociedad".