Las copias de las fotos son pequeñas, hay que acercarse para ver los detalles. No se por qué, pero yo creía que las imágenes de Francesca Woodman, relativamente famosas, eran de gran tamaño. Su pequeñez tiene sentido. Después de todo, en sus fotos, que solía protagonizar, ella quería desaparecer y acercarse, al mismo tiempo. Y era tan joven. Veintidós años cuando se arrojó de un balcón hacia la calle, en su segund
La breve vida y la intensa obra de Francesca Woodman
Diario de una chica de otro mundo
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