La polaca Iga Swiatek demostró lo que todos sabían, que es la reina incontestable de Roland Garros, donde sumó un cuarto triunfo, el tercero consecutivo, camino de empezar a levantar una leyenda en el polvo de ladrillo parisino.

Frente a la italiana Jasmine Paolini, que nadie aguardaba a estas alturas de la competición, desplegó su tenis expeditivo, una máquina que apenas necesitó una hora, 6-2, 6-1, para marcharse hacia la copa que le entregaron dos mitos, Chris Evert y Martina Navratilova. La número 1 del mundo se convirtió así en la tercera jugadora que encadena tres coronas en París, tras la estadounidense Monica Seles entre 1990 y 1992 y la belga Justine Henin entre 2005 y 2007.

A sus 23 años, la también ganadora del Abierto de Estados Unidos de 2022, se convirtió en la jugadora más joven en ganar cuatro torneos de Roland Garros y la sexta más joven en conseguir su quinto Grand Slam.

La tenista de Varsovia parece imparable en esta pista y en esta edición sobrevoló la competición después de que en la segunda ronda viera de cerca el precipicio cuando la japonesa Naomi Osaka, ex número 1 del mundo, la tuvo break arriba en el tercer set (5-2) y dispuso de una bola de partido cuando sacó 5-4.

Desde ese momento, Swiatek se transformó en una asesina en serie de las pistas y solo dejó escapar 17 juegos, incluidos tres 6-0. "Cuando hago cualquier cosa, lo hago al cien por cien. Cuando eres perfeccionista lo eres en todo, lo haces todo al cien por cien. Pero hay que trabajarlo, porque te puede ayudar a mejorar, pero puede ser contraproducente", dijo. Nada parecía detener a la polaca, que veía como por el otro lado del cuadro caía en cuartos de final la bielorrusa Iryna Sabalenka, número 2 del ránking, la única en condiciones de rivalizar con ella.

Ferviente admiradora de Rafa Nadal, Swiatek está sometiendo con puño de hierro el Grand Slam de arcilla. Encadena ya 21 triunfos en ese torneo, la tercera mejor racha de la historia, solo superada por los 29 triunfos de Chris Evert, los 25 de Monica Seles y los 24 de Justine Henin, pero con una victoria más que la alemana Steffi Graf.

El triunfo en París es la coronación de una gran temporada sobre polvo de ladrillo, coronada con los triunfos en Madrid y Barcelona, algo que ninguna mujer había conseguido desde Serena Williams en 2013. De esta forma, contabiliza 19 triunfos consecutivos y su última derrota fue en el pasado torneo de Stuttgart.

"Tengo la impresión de que siempre creo en mi, de que puedo encontrar mi mejor tenis, incluso cuando atravieso un momento difícil, me puedo rebelar y eso me da confianza. Trato de dar siempre lo mejor, sea cual sea el marcador", aseguró.Paolini no fue más que otra víctima de su ambición.

La italiana, el rostro más representativo de la pujanza del tenis de su país en esta edición de Roland Garros, se marchó con una sonrisa de la capital francesa, que puede agrandar este domingo si se apunta la final del dobles femenino junto a Sara Errani.

"Traté de hacerlo lo mejor posible, pero es difícil jugar a esa intensidad. Nunca me había enfrentado a nadie que impusiera ese ritmo", dijo la favorita número 12, que hasta este año nunca había superado dos rondas de un Grand Slam. Paolini se marcha de París con un buen bagaje e, incluso, dijo sacar conclusiones positivas de la derrota contra la número uno del mundo.

"Jugar contra ella puede ayudarme a añadir más cosas a mi tenis. Perder así es duro, pero te permite entender aspectos de tu juego que tienes que mejorar", aseguró la italiana, consciente de que Swiatek, en este momento, es prácticamente imbatible.