Desde Berlín

Quienes siguen con atención el desarrollo de las elecciones europeas de esta semana ponen el foco en un sector de votantes: los jóvenes de hasta 35 años. Y es que, pese a no ser el grupo mayoritario, sí son los que tienden a participar más en estos comicios. Se notó fuerte en 2019, cuando el aumento en la participación general subió por el voto de quienes tenía entre 16 y 35 años. Y todo indica que se va a repetir ahora, ya que el último Eurobarómetro -encuesta que realiza la Comisión Europea desde 1973- indicó que el 64% de los votantes de menos de 30 tiene intención de votar.

“La amplia participación juvenil se da porque el europeísmo en este grupo está mucho más arraigado ya que son personas que nacieron con la Unión Europea (UE)”, explica a Página/12 Emilio Ordiz, analista español especializado en elecciones e integración europea. “Por un lado es un riesgo porque dan por hecho la integración, la toman como algo natural, pero por otro es importante porque la tienen interiorizada, la aceptan e incluso les gusta”, sostiene el corresponsal en Bruselas del diario 20minutos.

Repercusión

Efectivamente, según el sondeo mencionado --realizado a 26.189 personas de 15 a 30 años en abril por vía online--, la mayoría (el 67%) cree que la UE tiene repercusión en su vida cotidiana. Si bien hay diferencias por país, en todos el porcentaje de ese indicador supera el 50%. Es por eso que en 24 de los 27 países que integran la comunidad política europea la intención de voto se sitúa, también, por encima de la mitad. En este llamado, cuatro países -Alemania, Austria, Bélgica y Malta- permitirán a los jóvenes votar a partir de los 16 años, tal como recomendó en 2022 el propio Parlamento Europeo. En Grecia será a partir de los 17. En el resto de los países, habrá que tener 18 años o más.

Respecto a la elección de partidos y candidatos, Ordiz señala una interesante ¿contradicción? que agrega complejidad a la participación de esta población. Y es que “aunque tengan internalizada a la Unión Europea, esto no impide que muchas veces voten a partidos euroscépticos a los que no les gusta el modelo de integración”, señala. Eso se ve con claridad en la inclinación de buena porción de los más jóvenes a partidos de ultra derecha, que tienen un discurso y una agenda muy nacionalistas y de oposición a cualquier estructura conjunta, incluso a la propia Eurocámara para la que se postulan.

¿La juventud se volvió de ultraderecha? Hay que ver en cada país, pero sin dudas la tendencia crece. En Alemania, el partido ultra AfD es la opción favorita entre los electores que votarán por primera vez (empatada con los socialdemócratas). En Francia, la agrupación de Marine Le Pen lidera todas las franjas etarias pero es especialmente fuerte entre votantes de 18 y 24 años (entre quienes concentraría un 31% de los votos) y los de 25 y 34 (con un 34%). En Italia, la opción de la primera ministra Giorgia Meloni fue en 2022 la más votada entre los electores de 25 a 34 años y la segunda entre los de 18 a 24. Y en España, la Vox que lidera Santiago Abascal es el partido que hoy cuenta con un mayor porcentaje de simpatizantes menores de 25 años, sobre todo varones.

El auge de la ultraderecha no sólo se sustenta en la población joven, pero sí es evidente que ésta es la más fácil de atraer. Los votantes han visto una evolución mayor del mapa político, es decir, el surgimiento de nuevos partidos. De alguna manera son rehenes, si se me permite la connotación, de esas dinámicas novedosas. Asocian a los partidos tradicionales con algo del pasado”, dice al respecto Ordiz. 

Redes sociales

Las redes sociales son clave en este contexto. Los candidatos y candidatas advierten la importancia del voto joven y, si bien como dice Ordiz el uso de las redes se usa como una herramienta "más genérica, más normalizada", el efecto colateral es que los acerca a ese público. En ese sentido, la cruza con la ultraderecha es notoria: el grupo parlamentario con más seguidores y actividad en Tik Tok es Identidad y Democracia, compuesto por los partidos de Le Pen y Matteo Salvini. Y, por ejemplo en España, los seguidores de Vox son los que más se informan a través de las redes sociales.

Sobre si la UE responde con acciones al interés de los jóvenes por la integración, Ordiz enumera algunas iniciativas como los llamados Eventos Europeos de la Juventud que se organizan cada año a nivel nacional y regional. Aunque señala que "todavía hay que incorporar más jóvenes no organizados a la dinámica del Parlamento Europeo". De todos modos, el especialista cree que esto "se está corrigiendo" y valora como positivos que la edad media de los eurodiputados esté bajando y que hoy el Parlamento Europeo sea el principio de la carrera de un político/a y no el final, como solía suceder. 

"Creo que el Parlamento Europeo tendrá que centrarse en temas que estén directa o indirectamente relacionados con las necesidades de los jóvenes, como el acceso a la vivienda, la lucha contra la pobreza, la precarización laboral", cierra Ordiz. Temas que, junto con los derechos humanos, el cambio climático, la salud y el bienestar y la igualdad de derechos forman parte de la agenda de intereses de los sub 30 según el Eurobarómetro. Las urnas y la nueva composición de la cámara dirán si este cuerpo está a la altura de sus votantes.