Juan Grabois fantasea, por estas horas, con refugiarse en un monasterio. Sueña con apagar el celular y aislarse de todo por unos cuantos meses. La realidad, sin embargo, le impone otro destino. El dirigente de Patria Grande recorre los canales de televisión y pasillos de Tribunales, abocado a impulsar la denuncia penal por los alimentos retenidos por Capital Humano. En diálogo con Página/12, el abogado señala que en los próximos días podría probarse que el Gobierno intentó encubrir el vencimiento de los productos almacenados y que, a la larga, la ministra Sandra Pettovello será condenada. A la gestión de Javier Milei la describe como "una fábrica de pobres", al Presidente lo ve "disociado de la realidad" y augura que "esta etapa delirante" terminará mal.
De cara al futuro, Grabois anticipa que será candidato a diputado el año que viene. "Voy a encabezar una lista propia, así no me rompan las pelotas", expresa y cuenta que ya lo habló con la expresidenta Cristina Kirchner. Respecto a Sergio Massa, su rival interno en las PASO de 2023, cuestiona su bajo perfil y lo caracteriza como un "político profesional especulador". "Cuando la Patria está en peligro, todo está permitido excepto no defenderla", completa.
-¿Cómo viene la situación respecto a la causa judicial por la entrega de los alimentos y la situación concreta en los comedores?
La denuncia que hicimos por incumplimiento de deberes de funcionario, y otros delitos como abandono de persona, está avanzando a paso firme. Acá hay un delito que tiene como efecto la no distribución correcta de los alimentos y como víctimas a las personas que necesitan esos alimentos. Frente a ese delito, una de las formas de hacerlo cesar es obligar al Gobierno a que reparta lo que tiene y se le va a pudrir. Al incumplir la medida cautelar, el juez decide allanar los depósitos y encuentra más inconsistencias: alimentos que estaban y no figuraban en las listas o alimentos que sí figuraban en las listas y no estaban. Desde mi punto de vista, intentaron encubrir el vencimiento de una cantidad significativa de alimentos. Se deshicieron de la prueba. Lo cual sería grave y creo que se va a poder probar en los próximos días.
-¿Cómo analizas la respuesta del Gobierno frente a la orden del juez Sebastián Casanello?
El Gobierno decide unilateralmente distribuir, de la manera más ridícula y estúpida posible, 400 mil cajas de leche en polvo que vencen el 7 de julio a través de una ONG que se llama Conin. Dicen públicamente que tiene 84 centros, después que son 62, pero finalmente eran 22. No hay ninguna posibilidad fáctica de que tenga la capacidad de distribuir razonablemente. Entonces, ¿qué es lo que está sucediendo? ¿A quién le da la comida? A los movimientos sociales. Les dice ‘vengan a buscar las cajas de leche porque nosotros no las podemos entregar’. El Gobierno demuestra así que no tiene ninguna capacidad de planificación de una cosa tan sencilla como la distribución de alimentos. Lo que va a haber es una llamada a indagatoria, un procesamiento y una condena.
-¿Van a condenar a Sandra Pettovello?
-Estoy seguro que va a terminar en condena por incumplimiento de deberes de funcionario. Todavía tiene un margen temporal para hacer cesar los efectos del delito rápidamente y ella hizo una maniobra que tramita en el juzgado del doctor Ariel Lijo, una causa que ellos mismos presentan deslindando la responsabilidad de Pettovello en el funcionario Pablo De la Torre. ¿En qué se basan para deslindar la responsabilidad de Pettovello? En una declaración que hace un señor que se llama Federico Fernández. En el piso 15 de la secretaria de Trabajo, es decir no en una comisaría o en un juzgado, en el marco de un apriete que yo tengo confirmadísimo, que fue con gente armada en el lugar, donde el tipo dice ‘confieso de manera espontánea, libre y sin ningún condicionamiento que todas las cagadas las hizo Pablo De la Torre, que se quedaba con dólares y que Pettovello no sabía nada. Ese nivel de locura maneja este grupo. Esta es la trama judicial.
-Y la trama político-social, ¿cuál es?
-Lo que está sucediendo es que hay una duplicación de la tasa de indigencia. Según el último informe de la UCA, estamos en 18 por ciento de indigencia. Son prácticamente de 8 millones y medio de personas que no comen. Es una tasa altísima. Desde el 2001/2002 no se ve algo así. El Gobierno es una fábrica de pobres y no toma medidas de mitigación. Ellos sostienen que alcanza con la AUH y la Tarjeta Alimentar, que son políticas de Cristina (Kirchner) y de Alberto (Fernández). La situación es que hay un desabastecimiento de los comedores.
-La respuesta de Milei es que las personas no son estúpidas y que algo van a hacer algo para no morir.
-Tiene razón. La gente se las ha rebuscado toda la vida. Eso que ellos llaman fantasmas son ángeles que hay en los barrios, que hacen milagros con dos cebollas y logran cocinar a pesar del desabastecimiento y la estigmatización. Pero lo que dice es congruente con su filosofía, la filosofía del derecho a morirte de hambre. ¿Eso qué implica? Que si la gente no quisiera pasar hambre, tendría que trabajar 18 horas por día, prostituirse, vender órganos, ejercer su libertad para rebuscarselas. Uno siente que el Gobierno está esperando ver a la gente muerta literalmente para reaccionar.
-Frente a esa insensibilidad, ¿puede haber un estallido social?
-Ya hay un estallido. Lo que pasa es que es una implosión, que es el peor de los estallidos. Estamos en un proceso de autodestrucción como sociedad. Si logramos no autodestruirnos, en algún momento vamos a mirar este momento histórico y lo vamos a ver como una pesadilla, una etapa delirante de nuestro país.
-La pregunta recurrente ahí es cómo llegamos a esta etapa delirante.
-Yo tengo una hipótesis. La madre de esta situación es que ya venía la deshumanización impregnando culturalmente a nuestra sociedad. No es que la trajo Milei. Y el padre es la hipocresía de los que proclamamos la justicia social, pero en la práctica política no la concretamos. La hipocresía del último gobierno, por ejemplo, o del gobierno de Macri, que decía 'pobreza cero'. Hay una combinación de deshumanización y pérdida de credibilidad.
-¿Hay corrupción y abuso de poder en las organizaciones sociales?
-En los dos libros que escribí sobre los movimientos sociales describí los mecanismos de abuso de poder que se producen en el subsuelo de la Patria. No solamente en los movimientos sociales, sino en la economía informal. Donde existe el poder, existe el abuso de poder. Se produce en la misma proporción que en cualquier otro ámbito de la sociedad, solo que es más brutal porque es más brutal la realidad.
Ahora, la falacia de la generalización es una técnica fascista. Si vos aplicaras la misma para todo lo demás, por ejemplo, tenés que disolver la Policía porque la Comisaría 5° de Diamante es una cueva de narcos. Pero no. No podemos disolver la policía. Tampoco podemos disolver las organizaciones sociales que están cumpliendo un rol que el mercado y el Estado no cumplen. A las situaciones de abuso hay que agarrarlas una por una y evitarlas. Hay que construir políticas públicas más sólidas, mejor auditadas y más racionales para minimizar esas posibilidades que siempre están latentes en el ámbito político, empresario, mediático, etcétera.
-¿Qué te pasa cuando escuchás a Milei compararse con Terminator y decir que viene de un futuro apocalíptico para eliminar al socialismo?
-Milei está particularmente disociado, absolutamente desconectado de la realidad. Vive en una burbuja donde le refuerzan su intransigencia. Esto no va a terminar bien. Preside el país con un desarraigo tan absoluto de la realidad y con públicos muy minoritarios, pero fervorosos que le aplauden las estupideces que dice. Es parte de la dinámica del poder, que le ha pasado a todas o casi todas las personas que tienen poder, pero elevado a la enésima potencia.
Y después creo que todos estamos disociados en algún punto. Algún nivel de disociación tenes que tener, porque sino te enfermás. Pero el nivel hoy es demasiado alto. El problema de la falta de registro de cuáles son las prioridades de la realidad es el peor error del movimiento nacional y popular. Es no entender que su fortaleza está en el reconocimiento y la priorización de la realidad de los cabecitas, los descamisados.
-¿Vas a ser candidato el año que viene?
-En este momento estoy en un paréntesis en mi rol como presidente del partido porque estoy ejerciendo como abogado. Pero habida cuenta de que ganamos la apelación y tenemos un equipo sólido, te voy a contestar. Sí, voy a ser candidato. Voy a encabezar una lista de diputados. Vamos a ir con una lista propia así no me rompan las bolas. No quiero entrar en ninguna rosca, no quiero apoyar a nadie. Nosotros tenemos una fuerza en todos los distritos del país que va a presentar lista. Vamos con la nuestra. Porque además creemos que la representación política no puede ser de la partidocracia.
La representación política se tiene que parecer más a la sociedad y menos a las orgas. Nosotros tenemos una teoría de la representación política, un programa que se llama Plan de Desarrollo Humano Integral y una conducción que es autónoma del resto de los cuadrantes de Unión por la Patria. No nos vamos a correr ni un centímetro de la coalición popular, donde hay gente que nos gusta más y nos gusta menos, pero sí vamos a disputar una orientación al interior de la coalición.
-Esa coalición tiene una líder, Cristina Kirchner. ¿Lo hablaste con ella?
-Hablo permanentemente con Cristina y ella sabe perfectamente lo que pienso. Me valora, me respeta y me quiere porque siempre le digo lo que pienso. Y si tengo que discutir con ella, discuto con ella. A veces tiene razón y a veces no. Por ejemplo, sobre la valoración que ella tiene de los movimientos sociales. Tampoco tenemos acuerdo en cómo se tienen que manejar las transferencias de ingreso a las personas en situación de pobreza. No le gustan mucho las cooperativas porque las ve como una forma de intermediación. Tenemos un montón de diferencias, pero nunca vamos a dejar de respetar, valorar y reivindicar todo lo que hizo por los más pobres.
-¿Qué opinás de la estrategia de Massa de mantenerse en silencio, con apariciones muy esporádicas?
-Massa es el arquetipo del político profesional. Lo que yo quiero transmitirle a nuestra militancia es que es lo que no hay que ser es un político profesional. Hay que ser militantes políticos populares. Lo que está haciendo es como un submarino que va por debajo del agua y levanta el periscopio. Cuando ve que puede tirar un cohete, lo tira. El problema es que es el submarino de una patrulla perdida, porque a la República Argentina la están cagando a bombazos. Cuando la Patria está en peligro todo está permitido excepto no defenderla y a la Patria la están vendiendo, destruyendo, violando. Todo el mundo tendría que estar poniéndole el cuerpo a las balas. No quiero extrapolar mi personalidad o la naturaleza de nuestras organizaciones a todo el resto de nuestro campo político, pero me parece que falta un poco de punch.
Massa representa el político especulador, que sabe cómo hablar, cuándo hablar, qué decir, cómo decirlo. Con eso nunca se transformó ninguna realidad. Eso te puede servir para llegar al poder, con suerte, pero no para transformar la realidad.