Un superhéroe destroza el cráneo de un ciudadano común con su mirada de rayo láser y recibe los vítores de una multitud. Su pecado había sido llamarlo “fascista” y lanzado una revista que impactó sin lastimar a su hijastro. Quienquiera que haya visto el final de la tercera temporada de The Boys, sabe qué vendrá después. Y si no pertenece a ese grupo hipnotizado por la entrega de Eric Kripke…también. Homelander -un Superman hipertrofiado con el ADN de Donald Trump y un predicador televisivo- sonríe incómodo y mefistofélico por la respuesta de sus seguidores. Esa imagen, una de las mejores metáforas de la actualidad po(p)lítica global, sirve de trampolín para la cuarta temporada de la ficción por Prime Video a estrenarse este jueves. Y antes del arribo de estos ocho capítulos se confirmó su continuación por un año más.

La serie, basada en el sardónico y bestial comic de Garth Ennis, es una réplica muy ácida a las historias sobre vigilantes nocturnos, vengadores, mutantes y sujetos -o alienígenas- con poderes especiales. El título alude a un grupo de parias que pretende desenmascarar a los que los demás ven como salvadores. Todos en el equipo fueron víctimas de las perversiones de estas caricaturas de Flash, Mujer Maravilla, Aquaman y hasta Deadpool. Sin dudas uno de los personajes más sugestivos es el de Hughie Campbell (Jack Quaid),  el -cara-de-buenazo se sumó a la troupe de Butcher para vengar la muerte de su novia y terminó en un vínculo con Starlight (Erin Moriarty), una de las chicas de la competencia.

Se sabe, las estalactitas de sangre, entrañas voladoras, sesos aplastados y huesos partidos son la especialidad de la casa. Y Hughie suele terminar empapado por ese carnaval de hemoglobina. “Esta temporada subimos la apuesta. Lo cual es decir bastante en una serie como The Boys. Voy a citar a Bad Boys 2: “La mierda ahora se pone real”. Va a ser intenso, oscuro y creo que nuestros seguidores van a quedar pasmados. Es la mejor que hemos hecho hasta ahora. La tensión explota muy rápidamente”, asegura el actor entrevistado por Página/12.

-¿Qué sabés de Hughie Campbell ahora que desconocías en un comienzo?

Jack Quaid: -Una de las mejores cosas de esta serie es que podés aprender cosas nuevas de los personajes cada temporada. Eric (Kripke) ha sido muy generoso con el diseño de nuestras personalidades. Y además esto surge de una colaboración. Creo que estos guiones han sido los mejores. Para todos los personajes, pero en particular para Hughie ahora sabemos lo que influyó en él que su mamá lo haya abandonado de pequeño. Fue algo emotivo y copado, porque ahora su mamá retorna a la ecuación. El papel lo interpreta Rosemarie DeWitt, y también está Simon Pegg como mi papá. Solo verlos interactuar fue genial, vamos a ver mucho del caos de la familia Campbell. Va a ser interesante.

-Tu personaje tiene una gran frase esta temporada: “Cada solución que tomamos es matar, la violencia no es valiente”. ¿Sigue siendo la voz de la razón?

J. Q.: -Definitivamente es la voz de la razón. Es como que comparte lo de ser aburrido con Mother's Milk. El grupo de The Boys es bastante anárquico, para decirlo suavemente. Hughie viene de atravesar un gran camino de plantearse la venganza por la muerte de su novia hasta donde se encuentra ahora. Ha aprendido bastante de sí mismo y me siento afortunado de volver a un programa como éste. Para empezar, ya son cuatro temporadas, algo inverosímil para esta época, y poder acompañarlo en su crecimiento me hace sentir muy bien. Empecé con 26 años, ahora tengo 32. Es interesante compartir tanto con el mismo tipo durante tanto tiempo.

-The Boys ha penetrado en la cultura pop con su visión desvergonzada y crítica de los superhéroes. ¿Cuál sería el momento meme de Hughie Campbell?

-¡He visto varios! Creo que con el que más me topé es cuando mata a Translucent en la primera temporada. Pero también podés elegir cuando Robin, su primera novia, muere en sus brazos, por así decirlo. Todos recuerdan que A-Train la desmembró y Hughie quedó cubierto de sus vísceras, lo cual es bastante peculiar. Creo que cada vez que Hughie se pone como loco es hermoso. Por suerte hay mucho para elegir.

Programados 

* Apples Never Fall será uno de los estrenos más fuertes de julio en Universal+. Basada en una novela de Liane Moriartty (Big Little Lies y Nine Perfect Strangers), se centra en la aparentemente perfecta familia Delaney. Los ex entrenadores de tenis Stan (Sam Neill) y Joy (Annette Bening) han vendido su exitosa academia de tenis y están listos para su retiro. Cuando la matrona desaparezca, su marido y sus cuatro hijos se verán obligados a replantear la vida del clan. 

* AXN estrenará el próximo jueves Hudson & Rex (jueves a las 22). Serie que pertenece al nunca bien ponderado subgénero buddy cop perruno. El detective Charlie Hudson (John Reardon) se une a un pastor alemán con habilidades sobresalientes para encontrar pistas entre bombas y narcóticos a cambio de una caricia. La serie, según sus responsables, le da un giro particular al formato, ya que se destaca por un enfoque procedural, en el que cada episodio presenta un nuevo caso a resolver.

* “Mi problema es que no puedo ser una mujer negra fuerte”, dice la protagonista de Queenie. La entrega, recientemente dispuesta en Star+ sigue la historia de la chica del título (Dionne Brown). Una londinense de raíces jamaiquinas que siente que no encaja en ningún lugar. Rupturas, búsquedas personales y una tonada imposible dan forma a este drama basado en la novela de Candice Carty-Williams que aquí oficia como productora ejecutiva y showrunner.

El personaje

Natalie Scatorccio de Yellowjackets (Juliette Lewis). Oriunda de un hogar destruido, auténtica representante de la generación X y sobreviviente de un accidente aéreo en su adolescencia. Durante 19 meses vivió con un grupo de compañeras en algún rincón perdido de Canadá. La vivencia la dejó un apego a toda clase de excesos. ¿Algo más? Sí, al final de la primera temporada la secuestra una secta. Entre tantas malas, nadie luce una chaqueta de cuero como esta alma podrida de Nueva Jersey. Netflix acaba de estrenar la segunda temporada.