“Cuando me di cuenta sentí culpa y bronca, sentí que había hecho todo mal como mamá, que no pude verlo antes. Es horrible. Creés que estás criando bien a tu hijo, hacés todo para acompañarlo, que sea buen estudiante y de un día para el otro, lo mejor que habías soñado para tu hijo se viene abajo. Es lo mismo que te digan que es adicto a las drogas”.
Hace menos de un año, Yésica Fernández se encontró con que su hijo de 14 años era un adicto. Una adicción que, asegura, no sabía que se daba en niños. Desde Pergamino, y con varias pausas por el llanto, habla con Buenos Aires/12 de cómo a su hijo se le “despertó otra personalidad”.
"Él
no volvió a ser el pibe que estaba en casa", dice.
Repite en varias ocasiones que le cuesta creer que su familia esté envuelta en este caos. Desde fines del año pasado, tiene que controlar los movimientos de su hijo en el teléfono. Sus redes, su billetera digital, sus vínculos y sus diálogos. “Me di cuenta que, además, los nenes que apuestan funcionan como una comunidad donde si a uno le falta plata para apostar, otros le prestan o hacen colectas”, relata Yésica.
Todo el proceso fue muy rápido. Pide que no se dé el nombre de su hijo para preservarlo. Dice que en octubre del 2023 notó cambios en la actitud de su hijo y problemas en la escuela. De ser un chico con buen desenvolvimiento en el estudio, el año pasado se llevó diez de catorce materias. Repitió. “Cómo muchos en la escuela y por el mismo problema”, agrega Fernández.
Según describe, en Pergamino hay problemas en varias escuelas con el tema de los chicos que apuestan. Algunas, dicen, decidieron que dejen sus teléfonos celulares en una caja al momento de ingresar al aula porque no los pueden frenar.
Tras brindar una nota en un portal local, la senadora pergaminense de Unión por la Patria (UxP), Laura Clark, tomó contacto con Yésica porque está trabajando en un proyecto de ley para prevenir la ludopatía infantil. Varias iniciativas se están comenzando a discutir en la Legislatura.
Clark sostiene que hoy se transita un escenario adverso para abordar esta problemática porque hay un Gobierno nacional que fomenta una seria crisis económica, desprecia al trabajo como un valor de construcción social y tiene como ministro de Economía a un “timbero serial que sabe de mesas de dinero pero nada de un país con un proyecto colectivo e inclusivo”.
Para Clark, las consecuencias de esta adicción son severas y advierte que en la provincia de Buenos Aires ya sabe de dos casos de suicidios en menores de edad por problemas con el juego.
“La olla se destapó en casa”
Yésica es mamá. Tiene 38 años, un hijo de 15 y una hija de 8. Su marido es quien trabaja luego de que ella renunció a su empleo para poder dedicarse a la casa. Su único ingreso es el de su esposo, que es empleado en un lavadero de pantalones de jean. Adelanta, ante todo, que si no tuviera que transitar esta situación cree que nunca se hubiera enterado sobre la ludopatía infantil. “Pasa todo el tiempo pero nadie habla”, resalta.
Cuando empezó a ver que su hijo jugaba de manera online mediante su teléfono con otros amigos de manera constante, cambió su foco de atención. Empezó a observar. “Lo empecé a ver alterado”, dice. Pero el golpe más fuerte lo recibió en la escuela.
Se llevó una decena de materias e iba a camino a repetir el año. Eso se consumó. Fue a hablar a la escuela. Ahí se enteró que en el colegio pasaba mucho tiempo con el teléfono. Nunca se lo habían mencionado antes. “Ahí se destapó la olla en casa”, recuerda.
Yésica habla de frustración, de dolor y de que algo se perdió. Como madre, hoy afirma que perdió el hijo que tenía. Que hoy es otro. “Cuando nos enteramos y lo sentamos a hablar en casa fue como hablar con una pared”, señala.
“No se mostraba arrepentido, no se mostraba mal por la situación que vivíamos”, relata. “Aún no logro encontrar palabras para describir con quién hablaba, era un ente, él no tomaba dimensión del problema”, recuerda.
Estima que todo empezó en septiembre del año pasado. Lo estima porque decide creer el relato de su hijo. Duda. Dice que se volvió mitómano. “Nos decía que en la escuela venía todo bien y resulta ser que se llevaba diez materias”, resalta.
Incluso, agrega, su hijo había ganado una beca dentro de la escuela que se le otorgaba a los mejores 14 alumnos de la institución secundaria. Todo se perdió por repetir el año.
Su hijo le contó que llegó a ganar 110 mil pesos en una semana. Le compró regalos a su novia, e incluso le llegó a dar plata par aun viaje. Por estas razones Yésica notó que había algo más y arribó a la conversación. Ahí le revisó el teléfono y se desayunó con que en su billetera virtual tenía todo tipo de movimientos de fondos. Ingresos pequeños de entre 50 y cien pesos, a otros más grandes.
Todo a base de un juego similar a lo que es un tragamonedas del casino. Sobre el tema del dinero, Yésica aclara que siempre se ve obligada a padecer la misma pregunta: ¿No controlabas lo que hacía con la plata que le dabas? Y su respuesta es clara: “No le dábamos casi nada, pero él conseguía”.
Indagó y se dio cuenta de que el fenómeno es mucho más amplio de lo que se imaginaba. Tanto en su escuela como sus compañeros de fútbol estaban envueltos en la lógica de las apuestas. Se comparten un CBU entre ellos y se hacen de recursos para no perder el ritmo de apuestas. Ni siquiera necesitan de sus padres todo el tiempo.
Hoy van todos al psicólogo. Yésica remarca que hace un fuerte trabajo para no sentirse culpable. También para no presionar a su hijo y no generar una distancia insalvable. Le duele no ver al nene que crió, pero como mamá sólo sabe que lo ama "incondicionalmente" y que están haciendo "todos los esfuerzos para que esté mejor”.
El debate en la Legislatura
Varios son los proyectos que se aprontan a discutir en la Legislatura bonaerense alrededor del juego online y la captación de apuestas que muchas aplicaciones hacen en el universo de menores de edad.
Hoy existe una ley que regula el juego online y que prohíbe que menores de 18 años puedan acceder. Es la Ley N° 15.709 que en su artículo 150 establece el límite. Fue impulsada durante la gestión de María Eugenia Vidal en la gobernación. Sucede que, tal como explica la senadora Clark, no brindó herramientas para hacer de ese límite un hecho efectivo.
“Hay un vacío legal que empezó con Vidal, entonces hay mucha ilegalidad y hoy un chico apuesta en un partido de fútbol en Singapur o también están los gammers que se pasan despiertos una madrugada entera en búsqueda de recompensas instantáneas”, afirma Clark.
La legisladora explica que desde la comunidad educativa le llegaron las primeras alertas. Con el inicio de las conversaciones y la visibilización de la problemática, varios casos afloraron. Entre ellos, los que tuvieron consecuencias extremas. Niños que por endeudarse a escondidas de sus familias decidieron quitarse la vida. Dos casos, indica Clark, en la provincia de Buenos Aires.
El proyecto de la senadora de UxP será debatido en comisiones, entre ella la de adicciones, junto a otras iniciativas de bloques opositores. Hay un trabajo mancomunado y dividido en dos ejes: la prevención y la prohibición.
En este sentido, la labor de Clark apunta a crear un sólido sistema de concientización a partir de la promoción del ejercicio de la “ciudadanía digital”. El segundo artículo del proyecto de ley indica que “se entiende por ciudadanía digital al ejercicio de los derechos y responsabilidades en entornos digitales”. Así, propone la creación del Programa de prevención de ludopatía adolescente.
Hay otro canal de medidas entre las que se destaca la del senador radical Agustín Máspoli que propone modificar la ley de juego online. En caso de sancionarse, la ley exigirá a las aplicaciones de juegos un reconocimiento a partir de datos biométricos a los usuarios y así evitar el acceso a menores de edad.
La idea es obtener un dictamen de mayoría y con el consenso de todos los espacios que están trabajando sobre el tema.
“Aquí volvemos a demostrar la importancia de un Estado eficiente, inteligente, moderno y que tiene en cuenta a los ciudadanos como sujeto de derecho, legislando con la oreja y la temperatura de lo que pasa en la provincia”, sostiene Clark. “¿Cómo cuida a la sociedad el déficit cero y la timba de Luis Caputo?”, se pregunta la senadora.
Remarca que la problemática ya está instalada y que los psicólogos y pediatras que son consultados exponen que se encuentran sin herramientas frente a la proliferación estas patologías. Asegura, además, que es necesario intervenir de manera rápida y eficaz porque es una conducta que se reproduce y avanza a pasos agigantados.
“Vamos a abrir rondas y convocatorias al ejecutivo provincial del área de salud mental, del Instituto de Lotería y Casinos, con profesionales, con investigadores, con familias, también con youtubers, porque la idea es que, de llegarse a sancionar, sea con un proceso de abordaje de la temática que esté enriquecido y socializado”, apunta la senadora.
Ante este drama omnipresente en la sociedad, Clark se dirige a las familias: “sepan que no es un problema individual, que es político y social, que hay que pedir ayuda, comunicar y llegar a tiempo para que los chicos y las chicas no sufran”.