No puedo dejar de pensar en las palabras de Florencia. ¿Cómo que Carmencita se fue de la casa? Le doy vueltas todo el tiempo, ¿por qué hablo en voz alta? Bueno, mejor, así me escucho y pienso doble. Menos mal que los chicos están en un campamento y Pablo hoy trabaja doce horas. No puedo entender cómo tomó semejante decisión.
Carmencita, sos mi hermana mayor, mi ejemplo en la vida. ¿Qué te pasó? Abandonaste a Carlos a tus sesenta años. Pero... si se llevaban bien. Bueno, tenían sus cositas como todos. Yo misma con Pablo tengo las mías. Discutimos mucho por los chicos, por el trabajo, la falta de plata. Pero, ¿ellos?
¡Carmencita vivís como una reina! Casa en el country, pileta, parque y quincho. Me dan ganas de quedarme a vivir ahí cuando vamos los domingos. Después vuelvo a mi dos ambientes con los dos chicos y me quiero matar. Sé que Carlos tiene un carácter fuerte, muchas veces te grita. Florencia me dice siempre que no entiende cómo lo soportás. Lo que pasa es que es más crítica. Nada le cae bien. Pero, bue, tienen cosas buenas también.
Flor no ve el vaso medio vacío. No, no... ¿cómo era? No ve el vaso lleno, qué estúpida, o medio lleno, no importa, qué sé yo. Una vez escuché cómo Carlos te maltrataba, te gritaba, hasta te insultaba. Sin embargo, después yo los veía bien. Ella sabía llevarlo. Creo, al menos no hablaba. Nunca te quejaste, Carmencita. Así sos, no hablás. Y ahora, lo mismo.
Cómo te envidio, conocés casi toda Europa. Bah, creo. Sí, sí, menos la del este, toda, toda. El Caribe, México, Perú, Brasil, Chile. Todo lo que yo quiero. Si habrás ido a ciudades del mundo, gracias a los congresos de Carlos. Y el departamento que tienen en Punta del Este. Si lo habremos aprovechado con Pablo. ¡Chau, vacaciones en Punta del Este, Valeria! Ay, qué jodida soy, mirá en lo que estoy pensando. Soy una egoísta de mierda. Andá a saber cómo anda ella y yo pensando en eso. Qué frío. La estufa apagada. Le dije a Pablo que no la apagara, que me cuesta encenderla. Dónde diablos estáran los fósforos. Carmencita, tenés dos hijos profesionales con unos sueldazos, viven en unas casas, mamita querida. El otro día en la peluquería vi en una revista una casa parecida a la de Pablo. Qué más querés, hermana. Tenés una vida de película. Adoro tu vida, Carmencita. En cambio, Florencia es tan crítica. Se fija en cada cosa. Siempre fue así, como mal pensada, no, mal pensada, no. Qué mala soy.
Pero me revienta que sea tan feminista. La sigo en Instagram, sí, la sigo, veo cómo la agreden. Feminazi es lo mínimo. No sé cómo se los banca. Ella, inmutable. En cambio, yo, la del medio, ¿será cierto que somos los más conflictuados?, como dicen. Ya casi por los cuarenta y pico. ¿Ya? No puedo creerlo, en pocos años, cincuenta. Yo no veo lo que ella ve. Parecemos de familias distintas. ¿No será adoptada? No se casó. Tiene parejas, pero nunca convivió. Desde los veinte que dice Yo, libre como un pájaro. A mí no me jodan con un machito adentro de mi casa organizándome la vida. Ya hay una Carmencita en la familia. No seré la segunda.
Nunca supe por qué me dejaba afuera a mí. Pablo es mi marido, ¿no lo cuenta como varón? Lo que pasa es que Florencia lo quiere a Pablo, ¿será por eso? Algún día se lo voy a preguntar. Lo que no entiendo es por qué habla así de Carmencita, como le decimos todos: papá, mamá y Carlos, por supuesto. Él siempre la llamó por el diminutivo. El altar de la iglesia Nuestra Señora de Lourdes. Mirá la imagen que se me viene. Creo que ahí la llamó Carmen. Ay, Carmencita cómo vas a dejar tu vida ideal.
Cómo me trató. Ella que nunca habla hoy me paseó. Decirme que me llamaba para no ver más mis llamadas. ¿Cómo no la iba a llamar? No entiendo eso de que deja de ser Carmencita, que está enojada con ella misma. Pero, ¿qué es eso? Que no tiene sentido su vida, que deja de ser Carmencita. ¿Qué quiere decir? ¿Qué es eso de que no sabe cómo le pasó? Su vida es maravillosa. ¿Por qué hastío? Lo que me resta de vida seré Carmen y haré solo lo que sienta, quiera o se me cante, me dijo. Vida ajena, no entiendo qué quiere decir con eso de que su vida es ajena.
Uf, esa canilla del baño me está matando, me vuelve loca, eso que le dije a Pablo, pero hasta que la arregle. Lo único que espero es que no haga ninguna locura. ¿Dónde estarán los malditos fósforos? Siempre lo mismo en esta casa, como cuando busco la tijera. Carmencita, Carmencita. Qué día, por favor. Carmencita me cortó y yo le corté a Florencia. Cuando venga Pablo, no lo va a creer. ¿Le puse el Off a los chicos? Sí, sí, no está en el vanitory así que se los puse en la mochila. Menos mal. Me muero si se contagian de dengue.
Qué acidez. No tengo nada. Cómo no voy a tener acidez. Mis hermanas me van a matar hoy. Ay, Pablo volvé, no me aguanto más sola. ¿Quién se cree que es Florencia para hablarme así? Con la angustia que tengo por Carmencita. Ya sé que no podemos llamar a la policía. No sé, se me ocurrió la idea porque estoy desesperada por su desaparición. Tampoco era para reaccionar cómo reaccionó. Loca de mierda. ¿Tendrá una amante Carlos? Qué agresiva la sentí a Carmencita. Pero, Florencia, te odio. Me duele la cabeza, me retumba tu voz, todavía. No soporto el silencio en el que me dejó Carmencita.
Florencia me hizo sentir peor. ¿Te creés que no sé lo que es Carlos? Tampoco soy idiota, qué te pensás. Y ese reproche de que estoy enferma con eso de la guita, los viajes. Y, encima después se hace la psicóloga explicándome de que yo solo veo mis propios deseos. Que creo que la vida de los demás es maravillosa y que me hago la víctima. Víc-ti-ma, yo. Nooo, esta no se la perdono. Superadita, encima me tuve que bancar que me dijera las boludeces te taparon el bosque. Se hace la inteligente. Que terapia haga ella. Quién se cree para mandarme a mí. Pablo se va enojar conmigo, ya me la veo venir. ¿Cómo no le voy a cortar? Encima de que Carmencita desapareció, me tengo que aguantar las agresiones de ella.
Todos me agreden hoy. Me tenés harta, Florencia. Y sí se lo dije. Sí, le voy a seguir diciendo Carmencita, y ¡qué! No me importa que ahora quiera que la llamemos Carmen, ¿qué?, ¿a los sesenta le vino una luz de no sé dónde que la iluminó y le mostró que ella ya no quería ser Carmencita? Para mí siempre vas a ser Carmencita.
Ay, qué locura. Y que Florencia se deje de fabulaciones con Carmencita. Decir que Carlos le pegaba, que vio a Carmencita con moretones en la cara y en los brazos maquillados. Qué fabuladora, por dios. Nunca vi eso. Si todos sabemos que Carmencita tiene los capilares frágiles. Para mí, Carmencita, simplemente enloqueció.