Este lunes 10 de junio se cumplen seis meses de la asunción de Javier Milei. En ese marco, el sociólogo Luis Alberto Quevedo analizó el rumbo de la gestión y los éxitos y fracasos de La Libertad Avanza en lo que lleva al frente del Ejecutivo nacional.
"Cuando uno se hace la pregunta de cómo evaluar seis meses de cualquier Gobierno, tiene que pensar desde quién se hace esa evaluación, o desde qué lugar y qué objetivos", comenzó Quevedo, entrevistado en la 750.
"Creo que Milei tuvo objetivos claros desde que asumió, y tuvo éxitos. Todo el alarde que hizo de la motosierra y la licuadora, lo que hizo con los salarios, las jubilaciones, el recorte del Estado y el cierre de áreas, todo eso me parece una tragedia. Pero desde su punto de vista es un éxito porque es parte de su plan económico", agregó el investigador y especialista en medios de comunicación.
En esa línea, Quevedo anticipó que lo que sigue en el plan del Gobierno es "la narrativa sobre la reducción de la inflación". "Ahora vamos a escuchar un festejo sobre un 4% de inflación en mayo", anticipó, antes de insistir en que "la capacidad de daño de Milei fue un objetivo buscado".
Lo que quiso y no pudo
Por otra parte, al referirse a los objetivos que el Gobierno no pudo cumplir hasta el momento, el sociólogo y colaborador de Página|12 habló de la imposibilidad del Ejecutivo de lograr la aprobación de una ley en el Congreso.
"Con esta cosa del desprecio al Poder Legislativo él creyó que de todos modos iba a lograr mayorías parlamentarias. No pudo lograr el Pacto de Mayo, que era discursivo, y no pudo formar un equipo de Gobierno, porque viven renunciando y hay peleas internas", enumeró Quevedo, en comunicación con Escuchá Página|12.
"Tampoco logró que ingresara un dólar a la Argentina. Ni por el FMI ni por la banca privada ni por inversión directa", agregó el también docente y autor de La cultura argentina hoy (2015).
"(Milei) Tiene fracasos aún medidos desde lo que es su propia intención de gestión. Ahí están los claroscuros vistos desde su lado. Después están los nuestros", aclaró, en tono irónico.
Parlamento y FMI
En esa línea, Quevedo insistió en la relación de Milei con el Congreso: "Entre las varias cosas que Milei tenía en la cabeza cuando asumió, una de ellas tiene que ver con una cosa más profunda, que es un cambio de régimen político en Argentina", explicó el sociólogo.
"Milei tiene en la cabeza otra institucionalidad. Dentro de esa idea que él tiene, para mí está la anulación del Parlamento como un lugar de la República, un lugar de control, de equilibrio y de diálogo. El Parlamento es eso, básicamente, y él tiene el objetivo de desactivar al Parlamento como uno de los tres poderes", analizó Quevedo.
"En seis meses no solo no logró eso sino que, además, si hubiera que señalar hoy un solo gesto político que ha enfrentado a Milei es el Congreso, por ejemplo al sacar una ley sobre movilidad jubilatoria, que fue aprobada por una mayoría insólita para Milei y que además va en contra de su filosofía de déficit cero, el ahorro y demás. No lo resolvió políticamente y creyó que (alcanzaba con) el puro ejercicio del poder, esto de 'tengo el 56% de los votos y quiero que ustedes renuncien a su capacidad de legislar y me otorguen a mí todas las funciones'. No lo logró. Pero está en su cabeza que el Parlamento no funcione, y lo que hoy le hace ruido es que funciona, y eso es un problema", detalló.
¿Nace la tensión con el Poder Judicial?
Por último, consultado por el vínculo de Javier Milei con el Poder Judicial, Quevedo dejó la puerta abierta para un posible cambio de rumbo en la relación entre el Ejecutivo y la Justicia.
"Hay algo en lo que coincido con Milei: en la Argentina hay casta. Y si tuviera que mencionar una sola, es el Poder Judicial. No se elige por el poder popular, tiene una autorregulación para no pagar impuestos y para poder fijar su propio presupuesto interno, se autorregula respecto de la sanciones que recibe y se llama incluso 'familia judicial'", sostuvo el sociólogo e investigador.
"Milei entregó no meterse con eso a cambio de que no se le ponga un solo palo en la rueda. Ahora, cuando el Poder Judicial hace un mínimo gesto, como el pedido de reparto de alimentos, la molestia de Milei es: 'ustedes no se metan a hacer política, los quiero en un lugar secundario, ustedes no hacen control y no quiero una lluvia de amparos'. Es un Poder Judicial silenciado a cambio de no tocarle ninguno de sus privilegios", señaló.
Y sintetizó: "El Poder Judicial no ha hecho aún un gesto fuerte. Los acuerdos silenciosos con el Poder Judicial son de este tipo, un respeto mutuo de no me toques. (Pero) apenas el Poder Judicial empezó a moverse, ya el Gobierno lo está maltratando. De hecho, (Guillermo) Francos dijo algunas cosas fuertes. Tienen ahí un ruido que no sé cómo va a seguir".
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