La izquierda alternativa ha batido este lunes un nuevo récord de velocidad a la hora de llevar a cabo procesos de reconfiguración del espacio político. Sumar ha dicho adiós a su primer, principal y, de momento, único liderazgo, el de Yolanda Díaz, antes de que le hubiera dado tiempo a desplegarse como un proyecto político estable.

El 23 de marzo celebró su asamblea fundacional para dotarse de un esqueleto que sirviera de base al futuro cuerpo con el que la izquierda trataría de labrarse su futuro político. Hoy, la marcha de Díaz deja a la vista una estructura ósea en la que todavía no ha logrado encarnar un proyecto capaz de ponerse en pie para afrontar uno de los momentos más delicados para las fuerzas progresistas y para la democracia.

La dimisión de la dirigente gallega de sus cargos en Sumar (Díaz seguirá al frente de la Vicepresidencia Segunda y del Ministerio de Trabajo del Gobierno) deja todas las dudas posibles sobre el proyecto y, también, sobre el espacio de la izquierda alternativa.

Sumar es Yolanda Díaz y Yolanda Díaz es Sumar. El proyecto nació como herramienta jurídica para que la dirigente gallega pudiera llevar a cabo su proceso de escucha de una manera ordenada, y posteriormente se convirtió en la coalición de partidos que ayudó a frenar un triunfo seguro de la derecha y de la ultraderecha en el 23J.

La marca nació cosida a Díaz y el paso atrás de la vicepresidenta podría provocar un desgarro de los hilos imposible de volver a coser. El partido se dotó de una militancia, y la militancia alumbró una serie de órganos que, con el tiempo, aspiraban a trascender el liderazgo de la vicepresidenta, como los grandes partidos trascienden a sus dirigentes históricos.

El ciclo electoral torpedeó el despliegue de Sumar

Pero ni la militancia de Sumar ni sus órganos tienen todavía historia, y ningún otro dirigente que ha acompañado a Díaz en la dirección del partido parece tener la suficiente trascendencia como para asumir sin discusión ni debate el liderazgo del proyecto. A todo esto hay que añadirle que voces de la organización ya apuntan a que el ciclo electoral que ha terminado llevándose a Díaz por delante también ha desgastado la marca de manera notable y en tiempo récord.

Por todo ello, podría abrirse un debate sobre la continuidad de Sumar como proyecto y como marca, incluso antes de que se terminara de constituir (en otoño tenía previsto celebrar una asamblea constituyente después de desplegarse en los diferentes territorios del Estado). En el partido ya han anunciado que en las próximas semanas se reunirá el denominado Grupo de Coordinación para designar a un nuevo coordinador general.

La otra incógnita es la referente al espacio de la izquierda alternativa. Hasta ahora, con todas las dificultades y tensiones, parecía claro que las organizaciones aceptaban que la unidad del espectro ideológico pivotaba en torno a Sumar (la clave residía en la fórmula y en los intereses de cada una de las fuerzas en este proceso unitario).

La salida de Díaz de la política partidista pone en duda esta visión y, de hecho, algunas voces de los distintos partidos ya expresaban antes de este lunes sus reticencias acerca de la viabilidad real de Sumar como elemento aglutinador y pegamento de todas las izquierdas. Desde 2016, el modelo organizador del espacio se basaba en una fuerza hegemónica (Podemos hasta 2023) que lideraba la izquierda y que aglutinaba una gran parte de su capital político.

Sin embargo, fue precisamente ese modelo el que terminó por provocar rupturas y generar fricciones, y el que llevó a partidos como IU a apostar por la redefinición de un espacio en el que no hubiera una suerte de primus inter pares.

El modelo de confluencia de la izquierda

El modelo de Sumar estaba aún por definir y el debate ya había generado algunas tensiones, pero los partidos coinciden en que desde el inicio de la legislatura la dirección del espacio ha recaído en las manos de Díaz y de su núcleo más cercano, que, no obstante, han tenido que negociar con las distintas fuerzas a la hora de tomar decisiones trascendentales.

De una de estas negociaciones salió la decisión de situar a IU en el cuarto puesto de la lista a las elecciones europeas, lo que ha terminado provocando la desaparición de este partido del Parlamento Europeo. Los de Maíllo, la fuerza con mayor poder municipalista y presencia en todo el Estado, apostaban por la confección de un frente amplio en forma de federación de partidos.

Este lunes, en una carta dirigida a la militancia de la organización, el coordinador federal defendía que "el arraigo territorial será crucial para esta nueva etapa. Todo proyecto sin organización es efímero. Por eso tenemos mucho que decir" en ese proceso de reconfiguración de la izquierda. Esa falta de raíces en los territorios ha sido uno de los elementos clave del desgaste tanto de Podemos como de Sumar en los últimos años (aunque los de Díaz todavía no han iniciado ese proceso de implementación).

Más allá del mensaje de Maíllo, la ejecutiva de IU se reunió este lunes para analizar unos resultados electorales que calificó de "decepcionantes". Esta organización ha pedido al resto de partidos una reflexión para "reconstruir la confianza y trabajar unidos en un marco de funcionamiento democrático, en el que todas las organizaciones políticas se sientan parte del debate y, por consiguiente, también de las decisiones".

Hace tiempo que desde IU se le pide a Díaz y a la dirección de Sumar más democracia y participación de los partidos en la toma de decisiones (después, por ejemplo, de la negociación de la lista de las europeas que relegó a Pineda al número cuatro). Para IU, el momento de un espacio de izquierdas dirigido por una organización hegemónica "está superado" y hay que avanzar hacia un "frente amplio" regido por mecanismos democráticos.

Los partidos territoriales, como Más Madrid, ven con buenos ojos el despliegue de un ente estatal en el que se puedan referenciar, siempre y cuando se respete su autonomía y se asuma su hegemonía en la Comunidad de Madrid en el espacio de la izquierda alternativa.

Verdes Equo, otro de los partidos que conforma Sumar, también ha hecho una reflexión tras los malos resultados de las europeas y el paso atrás de la vicepresidenta segunda. En una reunión de su ejecutiva celebrada este lunes han decidido que van a defender la coalición del 23J "hasta el último día de la legislatura", pero que también van a iniciar "un proceso de reflexión sobre su papel en Sumar y el futuro del espacio político verde en España, que culminará en su Asamblea Federal de octubre".

La dimisión de Yolanda Díaz de sus cargos en Sumar abre una gran incógnita sobre el futuro del proyecto que ella misma desplegó y sobre el futuro de una izquierda que afronta su segundo proceso de reconfiguración en menos de un año.