Un avión de la aerolínea Austrian Airlines en el que se trasladaban 173 pasajeros y 6 tripulantes resultó gravemente dañado este domingo tras chocar contra una “célula de tormenta” de granizo durante un vuelo entre la isla española de Palma de Mallorca y Viena, cuando estaba por aterrizar. Según informó este lunes la compañía, "ninguno de los pasajeros resultó herido".
El avión, un Airbus SE A320 de 23 años de antigüedad, "quedó atrapado en una tormenta durante su aproximación a Viena, que según la tripulación de cabina no era visible en el radar meteorológico”, precisó la aerolínea en un comunicado.
El fenómeno fue de tal magnitud que "las dos ventanas delanteras de la cabina del avión, el morro del avión, el radar meteorológico y algunos paneles resultaron dañados”, dice el comunicado que difundió Austrian Airlines.
La tormenta, así como los destrozos que ocasionó, redujeron la visibilidad de los pilotos, que tuvieron que emitir un mayday -señal de socorro utilizada como llamada de emergencia- mientras realizaban la maniobra de descenso.
Según el testimonio de una pasajera, la aeronave tardó dos minutos en atravesar la tormenta de granizo, tras lo cual pudo aterrizar a salvo en el aeropuerto de Viena-Schwechat.
Este lunes, el Airbus estaba siendo revisado para realizar una evaluación de daños específicos. Según puede verse en las imágenes que circularon por redes sociales, la cubierta aerodinámica de la nariz del avión en su mayor parte quedó desmontada, dejando la subestructura expuesta, mientras que el resto del fuselaje se llenó de abolladuras. Los cristales delante de los pilotos también quedaron severamente agrietados, aunque el parabrisas pudo resistir y quedó intacto.
El relato de una pasajera
Este lunes, una de las pasajeras que iba a bordo del vuelo, Emmeley Oakley, relató cómo fue el incidente. “Creo que estábamos a unos 20 minutos de aterrizar cuando nos encontramos con una nube de granizo y una tormenta eléctrica, y empezaron las turbulencias”, dijo al medio estadounidense ABC News.
“Definitivamente pudimos sentir el granizo cayendo sobre el avión y fue bastante ruidoso”, agregó Oakley.
Según contó la pasajera, mientras ocurría el fenómeno meteorológico, “teléfonos y tazas volaron" por el avión, mientras se escuchaban gritos entre los pasajeros. “La tripulación de cabina hizo un gran trabajo para calmar a la gente”, afirmó la mujer.
“Fue un vuelo bastante tranquilo durante el 90% del trayecto”, señaló Oakley, que recién notó los destrozos cuando pudo descender de la aeronave. "Los pilotos hicieron un excelente trabajo para que todo fuera lo más tranquilo y seguro posible”, remarcó.
Si bien los aviones están construidos para resistir situaciones climáticas severas, incluido granizo, rayos y turbulencias, el mal tiempo puede causar graves daños y problemas a los pasajeros y tripulantes.
El mes pasado, hubo dos episodios donde decenas de personas resultaron heridas por problemas generados a partir de fenómenos meteorológicos. El primero ocurrió el 21 de mayo último, cuando un avión de Singapore Airlines debió aterrizar de emergencia en el aeropuerto de Bangkok tras sufrir una turbulencia extrema, hecho que dejó un muerto y 70 heridos. El segundo tuvo lugar el pasado 26 de mayo, cuando 12 personas resultaron heridas también durante una turbulencia, en un Boeing 787 Dreamliner de Qatar Airways, que volaba desde Doha con destino a Dublín, Irlanda.