Después de seis años regresa el mítico Fado Tango Club, uno de los ciclos pioneros de fado en la escena porteña. Aunque en los últimos años hubo varias opciones para acercarse a la tradicional música portuguesa (como el local Festival Porteño de Fado y Tango, o algunas iniciativas apoyadas por la embajada de Portugal o el fondo Ibermúsicas), el Fado Tango Club fue clave durante años para generar una escena local, y motorizar la aparición de músicos interesados en el género y el ascenso de agrupaciones. La vuelta al ruedo se concretará este sábado 15 a las 21 en el Club Social Cambalache (Defensa 1179) y la fecha reunirá a dos figuras históricas del ciclo: el grupo Fadeiros, y la organizadora y cantante Karina Beorlegui.
El regreso del Fado Tango Club, cuenta Beorlegui, se gestó durante una noche del diciembre pasado, mientras la cantante charlaba con su colega Ana Kuzmuk, de Fadeiros, después de escuchar a la portuguesa Helena Sarmento. “Me di cuenta que realmente la gente tiene muchas ganas de escuchar fado en Buenos Aires, más allá del Festival Porteño, que está desde 2012, más allá del Festival de Fado en Buenos Aires, que son portugueses que vienen aquí, hay muchas ganas”, destaca Beorlegui.
Aunque la cantante reconoce la importancia de esas iniciativas que traen artistas internacionales a los escenarios porteños para estimular el circuito local, y reconoce que los presupuestos argentinos complican acercar al público con esos referentes europeos, también le parece importante sostener la producción argentina. “Por supuesto que esas cosas se agradecen y se necesitan para estimular, complementan nuestro trabajo, pero por qué esperar a que venga un portugués para escuchar fado? Si también hay bandas y agrupaciones que hacen fado acá, y lo hacen muy bien?”, plantea la cantante. “Acá hay un sonido a lo mejor de mixtura, también con cosas latinoamericanas, que como en el caso de Fadeiros es muy original lo que hacen con la canción portuguesa, con percusión, con contrabajo”.
El formato, anticipa Beorlegui, será el mismo que cuando el ciclo se realizó durante diez años en el CAFF desde 2008. “Es un show generoso, casi un doble show, con casi una hora para cada uno y con algunos cruces que no quiero spoilear”, anticipa con picardía Beorlegui. “Para mí es un regreso muy esperado, porque con Fadeiros solemos encontrarnos sólo para el Festival Porteño de Fado y Tango, y desde que arrancamos en 2008 ellos vinieron a compartir con nosotros”. En algún momento del show, espera, serán ocho artistas en escena.
En cuanto a la locación, Beorlegui destaca su patio colonial, su aljibe y su espíritu más intimista, al tiempo que genera la posibilidad de una producción “abarcable” dada la coyuntura que atraviesa el país y la cultura. El Club Social Cambalache fue el escenario de sus últimas presentaciones y Beorlegui encontró ahí un lugar donde le “va bien”.
“En el espíritu de unir Buenos Aires y Lisboa, estas músicas de puerto y ya con años de trayectoria, de construcción de identidad, tanto Fadeiros como yo, creo que va a ser un lindo reencuentro, porque además hay temas nuevos”, revela, ahora sí, anticipando algo de lo que se vivirá en el espacio de San Telmo.
En lo personal, la fecha servirá para que Beorlegui revalide su trabajo con el trío de guitarras que la acompaña desde 2023, con el lanzamiento de su disco Encuentro Amalia Gardel. “Tengo a Nacho Cabello en guitarra portuguesa y criolla, Nahuel Larisgoitía en guitarra, y Alejandro Bordas en guitarra de siete cuerdas”, destaca.