Una misa en homenaje a Nora Cortiñas incluyó un momento que hubiera enorgullecido a la referente de Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora. Los presentes comenzaron a corear "La patria no se vende" en rechazo a la Ley Bases. Ocurrió el domingo pasado, y en un lugar de especial significación para el movimiento de derechos humanos en la Argentina: la Iglesia de la Santa Cruz.
La ceremonia se realizó en memoria de Cortiñas y Víctor, hijo del Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel, también fallecido a fines de mayo. Al momento de la eucaristía, los presentes entonaron la consigna, que fue captada en video y se viralizó.
La Iglesia de la Santa Cruz tiene una historia muy ligada a los derechos humanos en el país. Ubicada en Estados Unidos y General Urquiza, en el barrio de San Cristóbal, acogió a familiares de desaparecidos al comienzo de la dictadura. Fue punto de encuentro de las Madres de Plaza tras su formación, el 30 de abril de 1977.
Los familiares de desaparecidos se reunían en la iglesia. Alllí, con un nombre falso, Afredo Astiz, del grupo de represores de la ESMA, se infiltró y marcó a varias personas. El 8 de diciembre de 1977, en plena festividad de la Inmaculada Concepción, un grupo de tareas se llevó a las Madres Esther Ballestrino de Careaga y Maria Ponce de Bianco, a la religiosa francesa Alice Domon, Raquel Bulit, Patricia Oviedo, Angela Auad y Gabriel Horacio Horane.
Al día siguiente desaparecieron otras personas que colaboraban en la Santa Cruz: Remo Berardo, Horacio Elbert y José Julio Fondevilla. El 10 de diciembre fueron secuestradas otra monja francesa, Lèonie Duquet, y la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor. Esas doce pesonas pasaron por la ESMA y no volvieron a ser vistas con vida.
Los restos de Villaflor, Careaga, Bianco, Duquet y Auad fueron identificados y descansan en la Iglesia, donde cada 8 de diciembre se honra la memoria de los secuestrados en el operativo de 1977.