En medio de un debate que iba generando cuestionamientos desde todos los sectores, la subsecretaría de Deportes de Nación paró la pelota, reculó, y confirmó a los funcionarios provinciales que finalmente los Juegos Evita mantendrán su nombre y no pasarán a llamarse "Juegos Deportivos Nacionales", título que habían elegido para el documento de presentación de la edición 2024. Sin embargo, la gestión libertaria confirmó la desfinanciación de la política deportiva más importante del país, que representa la quita de la mitad de los participantes, la reducción de treinta disciplinas y la supresión de las categorías de adultos mayores y personas con discapacidad. 

"Así como estamos los Juegos Evita no se pueden hacer", aseguró a este diario Leandro Lurati, subsecretario de Deportes de la provincia de Buenos Aires. Su reflexión surgió luego de la reunión en la que el secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, Daniel Scioli, y su subsecretario, Julio Garro, confirmaron una batería de recortes para los Juegos Evita, los cuales continúan aún sin un monto de financiamiento exacto. El Gobierno nacional, además, no confirmó a las provincias si transferirán los fondos para los deportistas, por lo que cada una deberá solventar la totalidad de los gastos de sus habitantes. 

Si bien Lurati enmarcó como "una tranquilidad" que se mantenga el nombre de los Juegos Evita porque "reconoce su carácter legal", el árbol no tapa el bosque y las malas noticias inclinaron la balanza. En casi ochenta años de historia de los Juegos Evita, el Gobierno nacional siempre cubrió una parte de los gastos de traslado, alojamiento, alimentación e indumentaria de los participantes, pero el "no hay plata" también llegó al sector. "Son requisitos esenciales para que la competencia pueda realizarse y son gastos que las provincias no pueden solventar por sí mismas", escribió Lurati.

Esta decisión pone a la Provincia en jaque, porque la deuda de casi 6 billones de pesos que el Gobierno nacional mantiene con Buenos Aires es una complejidad que abarca a todas las áreas del Estado provincial, y Deportes no es la excepción. Según expuso el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, en materia deportiva el presidente Javier Milei y compañía adeudan 629 millones de pesos por el programa Clubes en Obra y 440 millones de pesos por el programa Polideportivos, pero Lurati agregó otra complejidad: la coparticipación.

"Pregunta para las autoridades nacionales: con la quita de transferencias de fondos nacionales y de coparticipación, ¿cómo esperan que las provincias puedan sustentar los gastos que corresponden a la propia competencia que ustedes están organizando?", escribió el subsecretario de Deportes bonaerense en su cuenta de X.

Buenos Aires representa el 38 por ciento de la población argentina, y allí se genera el 50 por ciento del valor de la industria, el 37 por ciento de la producción agraria y el 35 por ciento de las exportaciones. En la provincia, además, vive el 39 por ciento de los niños y niñas de la Argentina, pero los indicadores demuestran que el territorio es de los más vulnerables del país. De los impuestos con los que el Estado Nacional recauda el fondo de coparticipación, el 37 por ciento se recauda en Buenos Aires, pero sólo regresa el 21 por ciento, lo que la convierte en la provincia con la inversión per cápita más baja del país. Eso también golpea al deporte.

El recorte

Cuando el área conducida por el exintendente de La Plata entregó los cuadernillos de la edición 2024 de los Juegos Evita, que despertó la polémica por el cambio de nombre, lo hizo mediante una reunión vía zoom. El encuentro del lunes con los responsables provinciales del deporte fue bajo la modalidad presencial, y según pudo saber este diario, el Gobierno dijo, a grandes rasgos, que los Juegos Evita pasarán a ser la mitad de lo que eran.

Durante 2023, en el 75 aniversario de los Juegos Evita, participaron más de un millón de jóvenes y personas mayores durante todo el año en 76 disciplinas deportivas y 13 culturales. Los finalistas nacionales fueron 25 mil, y compitieron en Mar del Plata, Chapadmalal, Tecnópolis y Termas de Río Hondo. Scioli y Garro anunciaron que se recortaran treinta disciplinas deportivas, reduciéndolas de 76 a 46. 

En las finales, que este año serán sólo en Mar del Plata, en vez de 25 mil deportistas participarán 8640. O sea, 16.360 finalistas menos. Lo hicieron con la excusa de "enfocar el evento en Proyección Dakar 2026", cuando serán los Juegos Olímpicos de la Juventud, y allí encontraron la beta para no sólo desarticular treinta disciplinas, como los deportes de playa, sino además para eliminar las categorías de personas con discapacidad y la de adultos mayores.

En su cuenta de X, Lurati escribió: "Parte del espíritu de esta política pública es la inclusión y la promoción del deporte a nivel nacional. El recorte de disciplinas con el único objetivo de sostener las de alto rendimiento no sólo va en contra de eso, sino que le quita a las provincias la posibilidad de ampliar el desarrollo de sus deportistas".

Las finales, ahora recortadas por Scioli y Garro, generaban tamaña competencia que en la última edición fueron más de 200 clubes, polideportivos y diversas instituciones de las ciudades anfitrionas que albergaron a los participantes de la competición, lo que movilizó el entramado productivo de cada zona, porque más allá de la etapa final, durante todo el año los municipios y las provincias mantuvieron competencias constantes. 

Según el observatorio económico y social del deporte y la actividad física de la Universidad Nacional de Misiones, que midió el impacto económico y social de los Juegos Evita 2023, en esa edición se multiplicó por 15 la inversión inicial. Esta fue de 4.200 millones de pesos, por lo que la actividad económica ligada a la competencia recibió un impacto de 63 mil millones de pesos.

Los Juegos Evita fueron creados por Juan Domingo Perón y Eva Duarte de Perón en 1948. En 1955 sufrieron su primera interrupción por el golpe de Estado de aquel año, y regresaron en 1973, pero fueron nuevamente interrumpidos por la dictadura. Se disputaron recién en 1991 y 1992, pero luego se paralizaron otra vez. Nestor Kirchner en 2003 retomó los Juegos Evita y además de reanudarlos incorporó categorías, sumó deportes, disciplinas, expresiones culturales y amplió la oferta a deportistas paralímpicos y adultos mayores. En 2008 Cristina Kirchner tomó la posta y estableció a los Juegos Evita bajo la Ley 26.462.

Si bien el deporte fue el alma de la política, el acceso a la salud fue un pilar fundamental y un eje transversal al momento de su creación. El entonces ministro de Salud, Ramón Carrillo, alineado en la construcción del programa junto a Perón, dispuso que los jóvenes participantes se realizaran un chequeo médico general, lo que permitía conocer el estado de salud de un sector de la población que, en su mayoría, nunca había recibido atención sanitaria.

Esa acción se mantuvo hasta la actualidad. Durante los juegos, los competidores se realizan un chequeo médico y además completan su calendario de vacunación. En 2023 también participaron en talleres de educación sexual integral, bullying, grooming, violencia por motivos de género y consumos problemáticos. Para el Gobierno nacional todo eso está en suspenso, y no dicen si los recursos alcanzarán también para el trabajo en materia sanitaria. Pero si continúan, la certeza es que 500 mil jóvenes menos accederán a esos beneficios.