Trineo es el alias que usó Flavio Etcheto para editar música electrónica durante la década del 90. House y breakbeat abstracto, rápido, experimental y bailable y con influencias alemanas, especialmente de Colonia.
En 1999, cuando salió este disco en CD (tuvo una primera edición en CD-R en 1997), yo tenía dieciséis años y al salir del colegio secundario iba a escuchar y descubrir música a la disquería Tower Records. Podías ponerte unos auriculares que estaban entre las bateas de los distintos estilos y elegir uno de los varios discos seleccionados. Así fue cómo escuché Trineo por primera vez y cómo descubrí la música electrónica argentina de ese momento, tan personal y distinta a las otras referencias que tenía que eran básicamente The Chemical Brothers, Daft Punk, Deep Dish, Plastikman y Underworld (que me siguen gustando). También iba a las bibliotecas del Goethe Institut y el Instituto Cultural Iberoamericano (ICI, hoy CCEBA) donde tenían discos de músicos argentinos editados en Alemania y España. Del Goethe me hice socio porque me permitía llevarme CDs por dos semanas, escucharlos, copiarlos y devolverlos. Uno de ellos fue el compilado Elektronische Musik aus Buenos Aires, del que mágicamente encontré su edición original intacta tirada en la calle hace pocos años.
“El nombre Trineo lo elegí porque es un artefacto divertido con el que se juega en el frío, jugando con lo que se entendía de la música electrónica o de máquinas. Sabía de antemano que se iba a hablar de música fría, pero en realidad lo que buscaba era romper el hielo, plantear el juego”. Yo caí en esa confusión.
Flavio Etcheto murió en 2022, a los 52 años. Fue, entre muchas otras cosas, el músico electrónico “de” Gustavo Cerati. Esto quiere decir que fue parte de su banda como solista y que tenían juntos el dúo Ocio y luego Roken con Leandro Fresco. También fue coautor de temas de los discos Bocanada y Siempre es hoy, y formó parte de la banda de Soda Stereo en vivo en la época de Canción animal, donde tocaba la trompeta.
En 1999 yo empezaba a intentar hacer música con mi computadora y todo lo que sabía de Flavio lo convertía en un referente de lo que quería ser y hacer. Formar parte de una banda como la de Cerati y editar discos electrónicos era un combo insuperable. Mis dieciséis años me hacían pensar en él como alguien que seguramente era distante o serio, un científico del sonido que prefiere las máquinas a las personas, el malentendido que él ya imaginaba al editar música bajo el nombre Trineo. Años después, cuando lo conocí personalmente, descubrí que era una persona cálida, lúdica, divertida y llena de humor. “Quería hacer un disco que fuera bailable y divertido, eso no pasaba en Buenos Aires. Sí había DJs que tocaban música de otras latitudes pero nadie componía electrónica en ese sentido acá. Yo estaba muy influenciado por la noche y me gustaba mucho bailar e ir a fiestas donde sonaba house o jungle, y de ahí tomé el impulso para hacer Trineo. La principal influencia era ese nuevo sonido, pero al mismo tiempo pretendía generar algo con gusto sudamericano.”
Empecé a compartir la música que hacía en el año 2003 en CDs que copiaba y repartía entre mis conocidos, también me acercaba a artistas que me interesaban para mostrarles mi música y preguntarles su opinión. Para el 2004 empecé a tocar en vivo con una computadora portátil que compré ahorrando y vendiendo el único instrumento que tenía, un sintetizador Korg N364. Mi segunda fecha fue en la galería Belleza y Felicidad una tarde de otoño y me tocó compartirla con Flavio, que en ese momento tocaba y editaba bajo el nombre Flavius E. Creo que a los cinco minutos de habernos saludado por primera vez, yo ya le había dado (o encajado) mi CD con demos.
Por ese entonces yo hacía una música especialmente lenta, rítmica y atmosférica. Empezaba los sets con ambient y de a poco me iba a subiendo a un house oscuro en 90 BPM (120 BPM es un tempo estándar del dance pero se suele tocar bastante más rápido). Por mucho tiempo encontré mi estilo ahí y eso me hizo ser un abridor de fiestas y clubs, un warm up artist. Ese día en Belleza y Felicidad a Flavio le gustó mi estilo y mi lentitud y, ya llegada la noche, durante su set, me invitó a sumarme y tocar juntos un rato en esos tempos bajos. Creo que tuve insomnio por una semana después de eso, pero fue una experiencia espontánea, relajada y divertida, muy por fuera de mis planes para ese día.
De ese encuentro nació una gran amistad. Ir a visitarlo a su casa, hacer jams, ir a escuchar cómo producía los discos de su banda Isla de los Estados, compartir fechas y que me ayudara a terminar mi primer disco: fueron todas experiencias que me dieron fuerza y ganas de hacer más música y que me hicieron más fan se la suya.
En el 2020 junto a Carolina Stegmayer, con quien tuvimos el dúo Carisma por muchos años, lanzamos Amplio Especto, un sello que duraría solo un año dedicado a editar artistas nuevos mezclados con joyas perdidas de la electrónica argentina de los años ‘90. Durante ese año editamos quince discos y uno de ellos fue la reedición de Trineo, originalmente editado en 1997 pero compuesto entre el ‘95 y el ‘96. Tuve el placer de hacer un mastering nuevo, manteniendo su sonoridad original intacta pero haciéndolo sonar al volumen de los discos actuales y con unos graves un poco más definidos. Pero más allá de actualizar el audio nuestro principal objetivo fue que todos pudieran escuchar esta música que, hasta ese momento, solo la tenían a su alcance los pocos poseedores del CD original (o los que se lo hubieran copiado como yo). Casi 25 años después de haberlo escuchado por primera vez pude devolverle algo a un disco que me marcó y entusiasmó, y un músico del que soy fan también se convirtió en un amigo.
Soy fan de Trineo, de su sonido lúdico y electrónico, de los ritmos rápidos y las melodías vibrantes de Flavio. También soy fan de todos sus otros discos, como Isla de los Estados, Resonantes, Ocio y bajo su nombre, Flavio Etcheto o Flavius E, y recomiendo ampliamente que los escuchen.
Gracias Fla por tantos años de música e imaginación. Las citas incluidas son parte de una entrevista que le hicimos al reeditar su disco.
Ismael Pinkler nació en Buenos Aires en 1983, y es músico y productor. Luego de más de una década dedicada a colaborar con otros artistas, especialmente enfocado en su dúo Carisma, acaba de editar un nuevo álbum como solista, Geografía mental, en el sello Metamúsica. Este disco ambient de sonidos electrónicos y complejos fue producido en paralelo a Nocturnos, un álbum de piezas para piano interpretadas por Nicolas Bacal, que será editado en agosto por el sello mexicano Static Discos. En paralelo a la producción de sus discos se encuentra enfocado en la composición de bandas sonoras para cine, instalaciones, danza y teatro.