Ha comenzado a circular El caso Goldman, una película de Cédric Kahn sobre el juicio a Pierre Goldman. El film nos presenta a alguien que delinque por motivos personales, y se quiere revolucionario. La causa del juicio es la sospecha y casi certeza de un doble asesinato. Goldman logró fama por causas policiales y por escribir un libro. En él se escribe su intento de robo o secuestro a Lacan. También las razones que le impidieron el acto.

Goldman deja por escrito:

“Un día logré encontrar a dos delincuentes, negros, dispuestos a realizar un atraco a mano armada en mi empresa. Me pondría en contacto con ellos, les dije. De vez en cuando, nos reuníamos, hacíamos tal o cual plan de agresión. (…). De estas hipótesis criminales que formulamos, mencionaré dos. Había considerado cometer un atraco en casa de Jacques Lacan. Pregunté por la distribución del lugar. Hice un plano (se lo encuentra entre mis papeles, está en el archivo, me negué a indicar el significado). Lo que me interesó de este asalto fue que tuviera lugar en la casa de un psicoanalista brillante. Pensaba, durante este atraco, obligar a los clientes a recitar, en la sala que servía de antesala a la guarida del maestro, unos versos de Artaud que les habría indicado. Habría llamado a Lacan con exquisita cortesía, con deferencia, diciéndole que el arma que blandía no era un símbolo fálico, que su miedo no me parecía el signo de una angustia de castración, suponiendo que él tuviera miedo. (Le habría informado que estaba dispuesto a matarlo al menor gesto)”.

El plan se lleva a la práctica, pero la admiración interviene oponiendo resistencias:

“Fui con un negro una noche a lo de Lacan, en rue de Lille. Mi compañero estaba armado con una daga. Quería que usara esta arma en lugar de una pistola. Habíamos planeado irrumpir en lo del psicoanalista poco antes de que terminara sus entrevistas. Así que fuimos a la rue de Lille. Encontramos a Lacan, acompañado de su secretaria. Mientras subíamos las escaleras lo vi descender con majestuosidad. Mi compañero me dijo que lo teníamos que atacar en el acto: asumimos que su secretaria llevaba el dinero del día en su bolso. También podríamos obligarlos a regresar al consultorio, para darnos el dinero que ansiábamos.

Pero cuando vi a este pensador de pelo blanco, quedé atrapado, golpeado, impresionado: nunca podría apuntarle con un arma. Se lo dije a mi compañero y nos fuimos”.

En su libro, además, menciona el por qué había elegido como víctima a Lacan: “el atraco que me había comprometido a cometer contra Lacan estaba inspirado por la fascinación”.

En la película nos encontramos con la representación de algunos cercanos a Lacan y un retrato del clima político de Paris de fines de 1960 y mediados de 1970.

*Miembro EOL y AMP.