Horas antes de que se inicie la sesión en el Senado para debatir la “Ley bases” el papa Francisco generó un gesto de indudable impacto político al recibir en el Vaticano a un grupo de gremialistas entre quienes estaba Juan Pablo Brey, titular de la Asociación Argentina de Aeronavegantes, y los también dirigentes aeronáuticos Horacio Calculli y Verónica Espósito. En la ocasión el pontífice aceptó fotografiarse junto a los gremialistas con una bandera de Aerolíneas Argentinas y otra de la entidad sindical, en lo que pudo leerse como un claro respaldo al reclamo en contra de la privatización de la línea aérea del Estado. Cuando ocurrió ni Jorge Bergoglio ni sus visitantes sabían que poco después, en el Congreso, el oficialismo anunciaría que retiraba del proyecto de ley la cláusula de privatización de la compañía área, del Correo Argentino y RTA. El registro fotográfico se generó durante la audiencia privada que el Papa le concedió al titular de los aeronavegantes.
“Esta compañía –dijeron los sindicalistas en relación a Aerolíneas-- no solo representa un símbolo de orgullo nacional, sino que desempeña un papel crucial en la conectividad y desarrollo económico del país”. En una carta que le entregó en mano a Jorge Bergoglio el dirigente Juan Brey expresó que “nos preocupa profundamente la intención de querer privatizar Aerolíneas Argentinas. Creemos que esta medida podría tener consecuencias negativas para el país, especialmente para las regiones más alejadas y menos desarrolladas”. En el mismo texto se afirma que Aerolíneas “no sólo representa un símbolo de orgullo nacional, sino que desempeña un papel crucial en la conectividad y desarrollo económico del país” y al margen de esta cuestión particular, se expresa “profunda” preocupación por “las intenciones de desmantelar otras áreas críticas del Estado, ya que, lejos de revertir la delicada situación de los ciudadanos, generará más personas descartadas de la sociedad”.
Junto a una comitiva de 26 sindicalistas, empresarios y miembros de la Fundación Colsal y de la Universidad del Salvador, Brey viajó a Roma para interiorizar al Papa acerca de un proyecto que llevan adelante junto al arzobispado de Buenos Aires en hogares de villas y comedores populares en la capital y en el Gran Buenos Aires para colaborar en la seguridad alimentaria de niños, niñas y adolescentes.
El gesto del Papa se produjo un día antes de que el pontífice reciba el jueves en audiencia privada en el Vaticano al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. La entrevista se producirá el mismo día en que Javier Milei esté en Italia para asistir al encuentro del G-7, al que también está invitado Bergoglio.
Nada de lo anterior puede leerse al margen de la preocupación que existe en todos los niveles de la Iglesia Católica por el aumento de la pobreza, la crisis alimentaria y la creciente desocupación. Junto a las distintas manifestaciones de voceros eclesiásticos resalta el gesto que el próximo miércoles 19 de junio tendrá el Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Oscar Ojea, obispo de San Isidro, quien se trasladará hasta el municipio de La Matanza para presidir allí una misa “junto a las madres de la Patria”, en referencia y agradecimiento a las mujeres que “todas las mañanas, cuando todavía está oscuro, encienden luces tenues en nuestro comedores”.
Mientras tanto la Pastoral Social, Justicia y Paz y la Vicaría de Solidaridad de la diócesis de Quilmes (Buenos Aires) emitieron un documento en relación al proyecto de “Ley bases” en el que se oponen a la iniciativa oficial y, entre otras cuestiones, se preguntan si “¿Es el momento oportuno para asignar estás facultades a un poder ejecutivo que frente al aumento de la pobreza y la indigencia se muestra inoperante de distribuir los alimentos que tiene guardado en depósitos?”
En el mismo documento la iglesia quilmeña, cuyo obispo es Carlos Tissera también presidente de Cáritas Argentina, rechaza la reforma jubilatoria inicialmente propuesta en el proyecto de ley y, respecto de la reforma laboral, se pregunta si “¿no debería surgir del diálogo y el consenso con las y los trabajadores y las organizaciones que los representan?”
Entre otros cuestionamientos, la oposición a las privatizaciones y a la desaparición de diferentes áreas del Estado, la Iglesia de Quilmes asegura que “vemos con enorme preocupación y tristeza la eliminación del Fondo de integración socio-urbana que mejora la calidad de vida de las familias de nuestros barrios populares” seriamente amenazado por las autoridades del Ministerio de Capital Humano.
En el mismo documento se pide a los legisladores que “actúen siempre en favor del pueblo argentino y especialmente de los más necesitados” porque “nuestra Patria está en riesgo si avanzaran estas pretendidas reformas que, pareciera, tiene como único objetivo la disolución del Estado”.
Entre tanto sigue avanzando la organización de varias misas simultáneas que se celebrarán en distintas parroquias y capillas con ocasión de la celebración del “Día de la Bandera”, bajo el lema de “¡Con la comida no!” y con la intención y el agradecimiento a Dios por “las madres de la Patria” que trabajan en comedores y merenderos populares.
En el documento de convocatoria, que lleva la firma del “Equipo de Sacerdotes de Villas y Barrios Populares de CABA y GBA”, se afirma que las mujeres han sido elegidas como “abanderadas” porque “muchas de ellas son madres de sus hijos y de los del pasillo; sus manos cuidan el pan de cada día” y “hoy nos sentimos en deuda con ellas”.
En el mismo texto sostienen los curas que “en estos tiempos de crisis y confusiones, nos duele que a muchas de estas doñas se las haya acusado de robar o vender los alimentos” pese a que “son ellas las que sufren el dolor de ver que no alcanza la comida de la olla. Varias veces repiten el milagro de la multiplicación de los panes” y “son las que dan la cara cuando el Gobierno no entrega los alimentos”.
Afirman los curas villeros que “en un país con un 55% de pobreza y 18% de indigencia, no podemos pensar que el problema de la comida es psicológico o ideológico; no se combate con relatos y redes” porque “los problemas de asistencia alimentaria tienen que acompañar la realidad que estamos viviendo y actualizarse con la inflación”.
En virtud de lo anterior extienden la convocatoria para la misa que presidirá el obispo Ojea el miércoles 19 de junio a las 11 horas en el Santuario de la Virgen de Caacupé en La Matanza. El mismo gesto se repetirá en la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes en La Banda (Santiago del Estero), en una misa encabezada por el sacerdote José María “Pepe” Di Paola; en la Capilla Monseñor Angelelli y Compañeros Mártires (Córdoba), en un oficio presidido por Vicario de los Pobres, padre Pablo Viola; en la Parroquia Santa Rita (Mar del Plata), junto al obispo Ernesto Giobando; y en la comunidad Ava Guaraní de la Misión San Francisco en Pichanal (Salta), entre otras iniciativas similares en otras partes del país.