PáginaI12 En Chile
Desde Santiago
El negocio de las encuestas políticas sigue proliferando en Chile, más si se toma en cuenta que las elecciones presidenciales y parlamentarias están a la vuelta de la esquina. Cada semana aparecen nuevos sondeos que van marcando las tendencias y que, desde hace más de un año, tienen un factor común: el candidato de la derecha, Sebastián Piñera, le saca varios cuerpos a sus rivales, incluso a Alejandro Guillier, la carta de la Nueva Mayoría –el otro bloque político poderoso en Chile–, cuya campaña no ha logrado aglutinar a toda la centroizquierda, ni mucho menos revertir el pesimismo que sobrevuela sobre las opciones reales y contrarrestar el relato duro, ordenado y directo que la oposición ha logrado instalar contra todo lo que huela a Michelle Bachelet y a la continuidad de su legado a pesar de que estas historias tengan mucho, demasiado, de lo que hoy conocemos como posverdad.
El pasado viernes se conocieron las últimas proyecciones para la primera vuelta realizada por la encuesta semanal Cadem, uno de los sondeos que ha ganado influencia, pero que también ha sido duramente criticado por los otros candidatos que lo ven como un instrumento sesgado y manipulado por la oposición.
Con todo, los resultados muestran que el empresario Sebastián Piñera, candidato del conglomerado derechista Chile Vamos, podría lograr un 45 por ciento en las elecciones de noviembre. Si bien, esa ventaja –al menos en este sondeo– no le da para imponerse y evitar el ballottage, sus asesores, voceros y cercanos, no descartan una victoria en primera vuelta, debido a la lejanía de sus competidores, lo que marcaría un hecho histórico y un descalabro mayor en las huestes de la ex Concertación, hoy rearticulada, pero llena de fisuras, como Nueva Mayoría. En este hipotético escenario, Guillier, apenas lograría un 23 por ciento, una cifra débil que aumenta la sed de victoria, al primer sorbo, de sus contrincantes.
El resto tampoco da mucha pelea. La abanderada del Frente Amplio y que emergió con fuerza hace unos meses, Beatriz Sánchez, apenas marca 14 por ciento mostrando un bajón importante en las últimas mediciones; la líder de la Democracia Cristiana Carolina Goic exhibe 6 por ciento al igual que el candidato independiente y más a la derecha de este abanico, José Antonio Kast. Más atrás se ubica el aspirante del PRO Marco Enríquez Ominami con un 5 por ciento en este tercer intento por ser presidente y en el cual tiene menos posibilidades que en los comicios anteriores. Alejandro Navarro y Eduardo Artés quedarían empatados con un 0,5 de los sufragios sin ninguna posibilidad.
De haber segunda vuelta, según Cadem, el ballotage sería liderado por Piñera que se impone a todos sus eventuales contrincantes en escenario de votante probable.
Hace unas semanas, se conoció también la encuesta CEP, el oráculo predictivo del Centro de Estudios Públicos, algo así como la madre de todos los sondeos. En la muestra, Piñera se impone con 44,4 por ciento en votante probable de primera vuelta.
Diversos analistas consultados por Emol, el sitio de noticias online de El Mercurio, analizaron la CEP. Para el sociólogo y académico de la UAI, Max Colodro, el desafío político de Piñera “es intentar ganar en primera vuelta, a pesar de que es un objetivo que según lo confirman los datos se ve todavía como improbable… tiene que salir a buscar el voto de centro… que hoy no se ve representado por las alternativas de centroizquierda”.
El director del Programa de Opinión Pública de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo (UDD), Gonzalo Müller, agrega que el ex presidente “ha logrado algo que siempre es difícil: mantener la curva ascendente o sea, seguir creciendo… esa es la mejor noticia para cualquier candidato y especialmente para quien va primero en los sondeos”.
A su vez, el analista Político de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, señaló que “Piñera tiene la elección en el bolsillo, porque no solamente aumenta su intención de voto en la primera vuelta, sino que además amplía la brecha con Guillier”.
En la otra vereda, Fernando García Naddaf, analista político de la Universidad Diego Portales, advierte que a Piñera “no le da para ganar en primera vuelta. Ni siquiera con los votos de Kast y pareciera que no recoge esta señal, está haciendo una campaña muy de voto duro, de su propio nicho, muy de derecha. Yo creo que están apuntando a ganar en primera vuelta, pero insistentemente esto no le da”.
Así las cosas, la tarea de Guillier es unir a la centroizquierda, pues la esperanza de revertir lo que pareciera irreversible, es pasar a segunda vuelta y ahí, el factor aglutinador sería impedir que el candidato de la derecha llegue a La Moneda. Aunque no se debe olvidar que en 2009, Eduardo Frei, no lo logró y la derecha, con Sebastián Piñera, llegaron al poder en las urnas luego de cincuenta años
“Para Guillier el escenario es muy difícil, porque la encuesta muestra que pese a que va a pasar a segunda vuelta, la brecha que lo separa de Piñera en ambos escenarios en primera y segunda vuelta es muy grande y le queda muy poco tiempo”, dijo Colodro a Emol.
García Naddaf, añade que Guillier “tendrá que convocar una candidatura que se ve un poco más débil que es la de Beatriz Sánchez, y también el voto de Carolina Goic, que se puede ir en parte hacia Sebastián Piñera”. A juicio de Morales, su desafío “es sumar toda la votación de centroizquierda, pero ya sabemos que esa es una tarea muy difícil, porque implica un acuerdo desde la DC hasta el Frente Amplio y lo veo prácticamente inviable… La única esperanza que le queda es que los electores se coordinen adecuadamente y logren darle el triunfo”.
No será algo sencillo. Errores de estrategia y comunicacionales, falta de carisma y baja sintonía con la gente, son otros factores que han golpeado a Guillier.
Antenoche hubo un debate televisivo final. Está por verse si las diferentes performances mejoraron los números de cada uno o terminaron por enterrar las aspiraciones de los ocho candidatos a La Moneda. Todos, en otro factor común aseguran que darán la sorpresa y que nadie está muerto mientras pelea… Por ahora, y para pena de muchos, Piñera volvería a La Moneda por cuatro años más.