“Estoy cansado de vos”, leyó Carolina en el celular. El mensaje era del padre de su hijo, que había tenido que ir a buscar al niño al trabajo de ella, en Barracas, y no lo encontró. Carolina suspiró, tomó fuerza e hizo lo que había postergado tanto tiempo. Fue a la casa del padre de su hijo en la villa 21-24 y le dijo, en la puerta, frente a su mamá y su hermana:
—Hace cuatro años vengo criando a u