Los líderes del G7 alcanzaron este jueves un acuerdo provisional para conceder un préstamo a Ucrania de unos 50.000 millones de dólares que se financiará con los intereses generados por los activos rusos bloqueados en todo el mundo, la mayor parte de los cuales están en la Unión Europea (UE) y, especialmente, en Bélgica.

En el comunicado final de la cumbre, programado para que sea publicado el viernes tras la sesión de clausura, se plasmará el acuerdo, y se especificará que el objetivo es que los fondos lleguen a Ucrania antes de finales de año, según un extracto del borrador de ese texto visto por la agencia de noticias EFE.

De acuerdo a ese borrador, el G7 se limitará a señalar en su comunicado final que se compromete colectivamente a proporcionar financiación para el fondo para Kiev, que los países del G7 llaman Préstamos de Aceleración Extraordinaria de Ingresos (EPA, por sus siglas en inglés) para Ucrania.

Las claves del acuerdo

Cuando comenzó la guerra entre Rusia y Ucrania en febrero de 2022, Estados Unidos, la UE y sus aliados inmovilizaron 260.000 millones de euros de fondos del banco central ruso en todo el mundo, la mayor parte de los cuales están en entidades financieras de Europa y, especialmente, en el depósito de valores Euroclear en Bélgica. Ante las crecientes necesidades financieras de Ucrania, el G7 argumenta que se puede financiar la reconstrucción del país y la compra de armamento, entre otras necesidades, con los beneficios que generan los activos rusos mientras están inmovilizados.

Durante meses, los negociadores del G7 debatieron la legalidad de confiscar el dinero y enviarlo a Ucrania. La conclusión a la que llegaron es que, si bien el Kremlin no puede acceder a los activos por estar congelados, éstos siguen perteneciendo al banco central ruso. Sin embargo, los beneficios generados por ese dinero no tienen dueño, por lo que podrían ser entregados a Ucrania, algo con lo que Moscú no está de acuerdo.

Los 260.000 millones de euros de activos rusos congelados generan unos 3.000 millones de euros anuales en beneficios, pero esa cantidad es insuficiente para mantener a flote a Kiev, ya que únicamente cubriría las necesidades de financiación del Ejecutivo ucraniano durante un mes. Por ello, el G7 decidió utilizar los intereses futuros como aval para un préstamo que proporcione a Ucrania una suma sustancialmente mayor, de al menos 50.000 millones de dólares, con el fin de que pueda reconstruir su país y comprar más armamento. Estados Unidos será el máximo contribuyente, aunque abrió la puerta para que otros socios del G7 u otros países aliados de Ucrania contribuyan al fondo EPA.

Otro punto de discordia fue quién sería el responsable último del préstamo en caso de que la guerra termine sin que se hayan generado suficientes intereses en los activos rusos para pagarlo. Según explicó un funcionario estadounidense a la prensa, los líderes del G7 se comprometieron a que los activos de Rusia permanecerán congelados hasta que el Kremlin pague por los daños causados en Ucrania, que según el Banco Mundial exceden los 450.000 millones de euros.

De esa forma, hay dos opciones: o Rusia paga por el daño causado cuando acabe la guerra --algo a lo que difícilmente accederá Moscú-- o los activos seguirán congelados hasta que generen suficientes beneficios para pagar por el préstamo, de acuerdo al citado funcionario. La realidad política, sin embargo, es más complicada porque los 27 miembros de la UE tienen que votar cada seis meses de manera unánime para renovar las sanciones por las que se congelan los fondos rusos y Hungría --principal aliado de Rusia en la UE-- podría votar en contra, descongelando los activos.

La celebración occidental

Tras conocerse el acuerdo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, celebró. "Es una fuerte señal que estamos enviando a Ucrania de que los apoyaremos en su lucha por la libertad el tiempo que sea necesario, pero también para (el presidente ruso, Vladimir) Putin, que no puede prevalecer sobre nosotros", indicó al término de la primera jornada de la cumbre, en la región italiana de Apulia.

"El mensaje también es que no son los contribuyentes europeos los que están pagando por el daño que Putin está causado con su guerra de agresión, porque serán las ganancias extraordinarias de los activos congelados en Europa las que contribuirán a este préstamo", aclaró.

El canciller alemán, Olaf Scholz, calificó de histórica la decisión de la cumbre del G7. "Se trata de una clara señal al presidente ruso para que entienda que no puede esperar que por problemas fiscales cese nuestra ayuda a Ucrania", dijo Scholz en una declaración sin preguntas a los medios. "Se trata de un día histórico y de una decisión histórica. Ahora tenemos que trabajar en su implementación", agregó.

La reacción rusa

Por su parte, Rusia prometió una respuesta extremadamente dolorosa si finalmente la UE entrega a Ucrania los fondos rusos que mantiene bloqueados en su territorio. "Las inminentes medidas de represalia serán extremadamente dolorosas para Bruselas", advirtió la portavoz de Asuntos Exteriores rusa, Maria Zajarova, quien calificó estas sanciones como otro golpe al derecho internacional e indicó que ese paso no conducirá a Occidente a nada bueno. "Las iniciativas ilegales para inyectar dinero al régimen de Kiev a expensas de otros trae consigo el desequilibrio al sistema financiero", subrayó.

Por otro lado, Zajarova denunció que tanto Estados Unidos como Reino Unido incitan a Ucrania a cometer bárbaros ataques terroristas contra el territorio ruso. "Incitan abiertamente al régimen de Kiev a cometer bárbaros ataques terroristas. Al parecer, la destrucción no les basta, exigen más del régimen de Kiev. Alientan los ataques directos en lo más profundo de Rusia, y ni siquiera esto es suficiente. Ahora en Washington y Londres comienzan a planear sabotajes", advirtió.

Zajarova hizo así mención a una serie de informaciones que aparecieron recientemente en la prensa británica, en las que se afirma que Ucrania podría realizar ataques sobre infraestructura civil rusa en caso de perder el conflicto bélico. Para la portavoz, este tipo de acciones solo pueden financiarse con dinero de Occidente.