El notable guitarrista Juan Falú vuelve a Rosario, en este caso, para participar de La canción quiere, ciclo de música popular argentina que lleva adelante el periodista Diego Montejo. El espectáculo que se realizará mañana, a las 21, en el Teatro Empleados de Comercio (Corrientes 450), contará con Natalia Gómez Alarcón y Neyen Morra como cantantes invitadas. 

"Es un momento para hacer algunos temas que muestran nuestro modo de amar la patria, haremos canciones que dan cuenta de eso y alternamos con música instrumental. También dejamos un espacio libre para que surja algún tema imprevisto, porque tenemos mucha memoria y un gran acervo en el cancionero argentino", adelantó Juan Falú sobre el repertorio. 

Guitarrista y compositor, Falú hizo dúos memorables con Liliana Herrero y Marcelo Moguilesky. Es director, desde 1995, del Festival Guitarras del Mundo y creador de la carrera oficial superior de Tango y Folklore del Conservatorio Manuel de Falla (PK). Entre su extensa discografía se destacan De la raíz a la copa y Coquita y alcohol. Obtuvo el Premio Nacional de Música en 2000 y fue designado Miembro del Directorio del Fondo Nacional de las Artes.  

Para el recital de mañana, adelanta que hará algunos de los temas del espectáculo Mojones, signos y memorias de la patria, que ideó con Liliana Herrero y Teresa Parodi, con canciones que marcaron la historia sensible de generaciones, prologada por textos de Horacio González. "Ahora estamos viviendo en dictadura, sólo que una dictadura en democracia es una gran novedad. Frente a un gran desamor por la patria que estamos presenciando, vamos a levantar alta la bandera de la patria, que no se vende, por supuesto", adelantó Falú. 

Sobre la necesaria resistencia de la cultura popular en momentos aciagos, Falú aseguró  que hay una resistencia "con los sistemas mediáticos, que marginan una música en beneficio de otras que son las de moda. Ya nos tiene acostumbrados, y en ese sentido, seguimos firmes y conscientes. Además, es lo único que sabemos hacer, no podemos podemos cambiar nuestra identidad para allanarnos a las propuestas de un mercado que es absolutamente ajeno", señaló Falú.  

"Las industrias musicales van de la mano de los sistemas mediáticos y de un sistema globalizador, cuya estrategia es justamente diluir las memorias de los pueblos, porque los pueblos sin memoria se transforman más fácilmente en objetos de consumo, son más fácilmente domesticables".