Más que poner primera, la fecha de este sábado de los Garciarena será “poner octava”, porque estarán presentando justamente su octavo material discográfico, La Ferrari del compás. Un EP que incluye dos videoclips y cuatro temas –todos producidos por Guido Iacopetti- y con la participación de invitados como Lito Vitale, Ariel Ardit, Black Rodríguez Méndez, la notable percusionista Ximena Gallina (de la Delio Valdez) y el cuarteto de cuerdas Azabache Tango. La cita es en el teatro Margarita Xirgú (Chacabuco 875) a las 20.30, con una escenografía armada especialmente para la ocasión y con la que jugarán músicos y bailarines invitados, además de las intervenciones sorpresa que anticipan.
“Es la segunda vez que vamos al Xirgú”, cuenta Martín “el Pitu” Frontera, uno de los referentes de la agrupación tangocarnavalera, que sabe hacer de cada presentación una fiesta. “La primera trabajamos todo como si fuera el adentro/afuera de un bar”, rememora. “Esta vez, ya que el nombre del EP es La Ferrari del Compás, y no hay Ferrari más noventera y nuestra que la negra del Diego, que más que un auto es una cultura de la argentinidad, y en la cual nos sentimos absolutamente representados, en esa dinámica vamos a armar una especie de patio de esos que juntaban a toda la familia, a los amigos, y jugar con esos colores, con esos vestuarios”, propone el Pitu.
“Muchos de los artistas que grabaron el EP van a estar en vivo, también vamos a tener bailarines, como siempre, no sólo de murga, sino también de otros géneros, como flamenco y otras disciplinas”, anticipa. A la fiesta se sumará el cuarteto de cuerdas tanguero Azabache, que agregará otra dimensión sonora a la habitual propuesta de percusión, acordeón, bandoneón y guitarra de Los Garciarena.
Más allá de encontrar en Youtube toda la presentación del año pasado en el mismo escenario, estacionaron esta Ferrari con un videoclip propio, en que una pequeña tertulia entre amigos deviene en una alta fiesta barrial. De locación única, pero espíritu gregario. “En el videoclip tenés una juntada de gente que viene a participar de una fiesta, y la fiesta es simplemente un ensayo nuestro en el cual uno llega de trabajar, otro de estudiar, o de jugar a la pelota, una cae con el hijo, entonces está todo el colorido de la cotidiano, porque nosotros en el videoclip queremos describir eso desde el arquetipo porteño, o en este caso, argentino”, cuenta.
“Desde la paleta de colores, desde lo austero, nosotros con tan poco tenemos tanta pertenencia, ¡somos tan felices! Es una canción pero nos representa mucho, por la simple razón del encuentro con amigos, por eso la elegimos para representar este EP, porque además es bien arriba, una cumbia-milonga, que juega con esas células rítmicas, y pone arriba el plano del corazón con el que tratamos de atravesar estos momentos tan complicados para la cultura, para los artistas y para el trabajo”.
Aunque algunos temas de este EP llevan un tiempo en el repertorio de los Garciarena, nunca los habían grabado. Eran una suerte de cuenta pendiente y para saldarla el grupo convocó a Guido Iacopetti, un productor en ascenso en el circuito del tango y la música popular. Aunque habitualmente se asocia a Iacopetti con el tango nuevo (es el director del Sexteto Fantasma y produjo, entre otros, trabajos de Eliana Sosa), también trabaja con géneros folklóricos y ritmos populares. “Quedamos muy conformes, Guido es un amigo, pero sobre todo llamarlo fue trabajar con alguien que nos mira desde afuera, que ve nuestro laburo y le puede poner otro matiz, darle otra vuelta de rosca”, dice Frontera.
“Hay un montón de invitados”, destaca Frontera, que arranca a enumerar y no parece terminar. Destacan los nombres de Lito Vitale, Black Rodríguez Méndez, Ximena Gallina y otros. “Se hizo un laburo muy copado, quisimos también darle esa particularidad del feat que se está utilizando mucho, y buscar diferentes exponentes de otros géneros que se copen a trabajar con nosotros, con este híbrido carnavalero porteño que tenemos en los Garciarena”. La cita del Xirgú, entonces, será otra forma de poner en marcha el motor, pero sin dejar a nadie a pata.