La provincia de Buenos Aires sigue padeciendo los efectos de la recesión económica que digita Javier Milei. Esta vez llegó el turno de Bragado, donde dos empresas anunciaron suspensiones, recortes salariales y quita de turnos de trabajo a raíz de la caída de las ventas. Según los datos publicados por el ministro de Economía bonaerense, Pablo López, ya se perdieron 37 mil puestos de trabajo en el sector privado desde noviembre.
“Este es un termómetro que en cualquier momento explota”, dice a Buenos Aires/12 Rubén Senga, Secretario Administrativo de la Unión Obrera Metalúrgica local. Remarca que aún no se padecen despidos, pero la firma Fiasa que fabrica molinos suspendió a 33 empleados, y la acería Acerbrag recortó un turno, redistribuyó a los trabajadores y les quitó un 22 por ciento adicional de su salario a raíz de la quita de esas horas laborables.
En ambos casos las razones de los gerentes es la misma: la caída en las ventas. En Fiasa, la UOM logró que se mantenga el pago del 80 por ciento del salario mientras los trabajadores estén suspendidos. Hasta el momento, la medida sería por 90 días. La empresa aduce que cayó la demanda y que cuenta con stock. De esta manera, un tercio del personal de la fábrica estará sin tareas por tres meses.
En Acerberg las condiciones son otras. Con 590 afiliados a la UOM, la planta que produce acero para la construcción, el agro y, al mismo tiempo, para la exportación, padece, según Senga, una caída del 50 por ciento en sus ventas. La decisión de la gerencia de quitar un turno motivó la manifestación de los trabajadores y un acampe en la puerta.
Por el momento, afirma el dirigente gremial, no se pensó en otro tipo de medida y están a la espera de una respuesta favorable de la empresa. “Queremos que se les devuelva la plata”, sostiene Senga.
El representante de la UOM remarca que es un momento “sensible” como para pensar en una medida de fuerza. “La gente tiene miedo a que una decisión abrupta la deje en la calle, porque los supervisores y algunos gerentes han hecho ese trabajito de meter el miedo”, asegura.
El temor es coincidente con la fuerte caída que presenta el empleo asalariado en el sector privado en la provincia. Según el gráfico publicado por el propio López en sus redes sociales, desde el mes de noviembre 2023 al mes de marzo 2024 se perdieron 37 mil puestos de trabajo. A nivel nacional son más de 95 mil menos.
En todo el país, la construcción es el rubro más golpeado. El freno de la obra pública nacional llevó a que más de 55 mil personas pierdan su empleo. En lo que respecta a la industria manufacturera, son casi 13 mil trabajadores menos.
“Venimos a pique”
Además de integrar la conducción de la UOM local, Senga es el Director de Relaciones Institucionales del municipio comandado por Sergio Barenghi. Desde su perspectiva, la realidad económica tiene una única lectura: “Venimos en picada”.
“Hay gente que la está pasando mal y votó a Milei que hoy tiene vergüenza”, afirma el dirigente gremial. Sostiene que hubo un voto bronca para poder “sacar lo que estaba, pero que hoy se quieren matar porque tienen hambre”. “Antes no te alcanzaba para irte de vacaciones y hoy se quieren morir porque tienen hambre”, remarca.
A pesar de este diagnóstico, el municipio que el peronismo recuperó en las últimas elecciones continúa con, entre otras tareas, un plan de obras locales. En los últimos días, Elvio Duretti, hoy a cargo de la intendencia por la licencia de Barenghi para atender unos problemas de salud, recorrió los trabajos de nivelación del acceso Juan Domingo Perón.
“Se está cumpliendo al pie de la letra con la línea de trabajo trazada por el intendente Sergio Barenghi, con una fuerte presencia del municipio en los barrios”, indicó a Duretti medios locales.
Elvio es el hermano de Darío Duretti, uno de los principales hacedores de la unidad del peronismo local a la hora de construir una alternativa que ponga fin a los ochos años del polifacético Vicente Gatica al frente del municipio.
Esperar que repunte
Senga advierte un horizonte oscuro. Por eso, dice, les explica a los trabajadores que aún conservan sus empleos que “no se pongan contentos que si esto no levanta no sé qué va a pasar”.
Remarca que, por ejemplo, lo sucedido en Acerbrag fue de un día para el otro porque les hicieron firmar una renuncia a los empleados al beneficio de los cuatro turnos. “Con esta siderúrgica nunca hubo un paro”, apunta. Pero repite que la restitución del 22 por ciento debe darse. “La rama siderúrgica tiene el sueldo de noviembre y les sacan un porcentaje a los trabajadores, eso no puede ser”, indica el gremialista.
“Ellos dicen que pagan el 22 por una modalidad que ahora no está porque la sacan, pero para nosotros esa modalidad es un derecho adquirido”, advierte Senga. Además, explica, la quita del cuarto turno es algo que ya sucedió durante la pandemia donde sólo se trabajó en un turno y el adicional siempre se pagó.