Con represión, amenazas, hipotéticos ofrecimientos de embajadas y hasta un discurso bélico, el gobierno Nacional consiguió la aprobación en el Senado de la Ley Bases.

La banalización de un golpe de estado tras la estigmatización de grupos de protesta con la provocación de las fuerzas de seguridad armadas hasta los dientes, propicia el escenario de un Estado parapolicial de persecución al que piensa distinto.

El gobernador Maximiliano Pullaro y el Intendente Pablo Javkin apoyan esta Ley, que a todas luces, propone herramientas que van contra el crecimiento de la industria santafesina y de sectores medios y populares de trabajadores. Aún no resolvieron el acceso alimentario de la población santafesina con derechos vulnerados y festejan el triunfo de capitales de inversión con pocos controles estatales y sin ninguna responsabilidad social, ambiental, educativa y laboral.

Los libertarios y sus socios intentaron establecer un discurso épico para la aprobación de la normativa. No fue nada épico y menos ético.

Senadoras y Senadores acusados de recibir dádivas, cargos a repartir en embajadas, o en empresas del Estado, proyecto desguazado en muchos ítems y una brutal represión a manifestantes, fueron el corolario de una Ley que aún no es Ley, porque falta la sanción definitiva en Diputados.

La cacería en los alrededores del Congreso fue festejada por las cuentas oficiales de presidencia como si se tratara de un triunfo, casi en el mismo plano de la aprobación de la Ley Bases. Paralelamente, Milei participó en dos conferencias y agitó el fantasma del golpe, la violencia en las calles y los muertos "que le quieren tirar al Gobierno".

El comunicado oficial post aprobación en general le dedica casi el mismo espacio a celebrar el triunfo libertario que a despotricar contra la oposición. "Con grupos terroristas atacando el Congreso, debiendo desplegar las Fuerzas de Seguridad en defensa de la democracia, con la casta política resistiendo y operando hasta último momento, y debiendo recurrir al desempate de la Vicepresidente de la Nación, Victoria Villarruel, el de esta noche es un triunfo del pueblo argentino", dice.

La violencia política y simbólica es un lugar al que nunca más queremos volver. Lo que ocurrió, no solamente es alarmante sino que, esa escalada de violencia no debe empañar la participación de la sociedad y ser utilizada como disciplinamiento y control social por el gobierno. La búsqueda de enemigos internos llevó a las civilizaciones a situaciones que no hace falta reseñar.

Vivimos en Democracia y queremos mantener -aún con disidencias-, lo construido con las más nobles luchas populares, esas que dignifican al Pueblo y enorgullecen a los gobiernos por la ampliación de derechos.

Esa dignidad es la que debemos recuperar aún en los momentos de profunda tristeza. Si aún hay fragilidad, si aún no podemos conjugar nuevos haceres, busquemos en nuestras banderas lo que nos lleve a resistir, persistir e insistir.

*Concejala. Bloque Justicia Social