Un ladrillo de construcción cae desde arriba de un edificio muy cerca del cordón de la esquina de Avenida de Mayo y Sáenz Peña. Son cerca de las 4 de la tarde y en el Congreso el senador Wado de Pedro pide una moción para bajar del recinto y mediar entre la policía y les manifestantes que rechazan la Ley bases. El cascote cae entre la gente pero no golpea a nadie. Un milagro. Hay quienes miran hacia arriba y se resguardan en el techo de la farmacia de la esquina. Mientras tanto, muy cerca de la cúpula del Congreso una enorme nube de humo negro trepa en el aire y se convierte en el centro de atención de una plaza llena de organizaciones sociales, sindicatos y asambleas de barrio cocinadas al calor del anuncio de esta Ley a principio de año. 

Es el momento más picante de una represión que tuvo distintas intensidades a lo largo del día pero que terminó con más de 30 personas detenidas, de las cuales muchas aún permanecen privadas de su libertad.

Una hora más tarde de que ese cascote fuera lanzado de alguna de las ventanas de esa esquina, la plaza entera sería vaciada por un operativo comandado por Patricia Bullrich y que tendría a las cinco fuerzas del Estado -policía federal y de la ciudad, prefectura, gendarmería y servicio penitenciario- en la calle. Quedaban más de siete horas para la definición de debate y el presidente llamaba a la manifestación “golpe de Estado” y a quienes estaban en la Plaza “terroristas” ¿Por que hablar de terrorismo y de golpe de estado cuando lo único que habla de muerte es la Ley que se estaba debatiendo en el Congreso?

La ley de Bases va directo a al hueso de lo que el gobierno considera su principal enemigo: el colectivismo. Foto: Constanza Niscovolos.

El vaciamiento de la Plaza no alcanzó para acallar una convocatoria que luego de la represión se trasladó a distintos puntos de la ciudad y duró hasta altas horas de la noche. ¿Cómo sigue y qué sensaciones dejó la calle? ¿Cuáles son los sentidos y las lecturas de una manifestación tal vez la más grande durante este gobierno después de la marcha universitaria? ¿Cuáles son las estrategias de domesticación para que la gente no salga a la calle? ¿Qué es hoy resistir a la avanzada descarnizada de una gestión que le sigue prometiendo al pueblo esperanza y que aún no le ha dado nada?

La batalla por la moratoria previsional

“Nuestra lucha no es en vano” dice Norma Morales, Secretaria Adjunta en el Sindicato Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP). El día después recuerda cómo la policía tiró gases durante mucho tiempo, dice ella “por una bajada muy clara que tenían”. Para ella la plaza fue un reflejo de muchas cosas: “Por un lado la aprobación es un golpe y un dolor muy grande porque son cosas que nos cambian la vida alevosamente, pero también nos enteramos ahí, estando en la calle que se había eliminado el artículo que buscaba dejarnos sin jubilación. Fue un alivio pero también fue el fruto de asambleas, reuniones, charlas con vecinas contando de qué se trataba la eliminación de la moratoria previsional, contando en que nos afecta”, dice refiriéndose al texto que quedó eliminado de la ley pero que implicaba que 9 de cada 10 mujeres no pudieran jubilarse a los 60 años y tuviesen que esperar hasta los 65 para acceder a una PUAM (Prestación Universal para el Adulto Mayor). Un monto que en junio de este año fue de 165.507,24 pesos.

Además de la moratoria previsional hubo otra modificación importante al dictamen que había presentado el oficialismo al iniciarse la sesión: de las 41 empresas o entes del Estado que el gobierno quería privatizar solo quedaron 8 (AYSA, Energía Argentina (ex ENARSA), Intercargo, Corredores Viales, Belgrano Cargas, Trenes Argentinos, Yacimiento Carboníferos Río Turbio y Nucleoeléctrica). Sin embargo en las últimas horas, el jefe de Gabinete Guillermo Francos insite en que cuando el proyecto vuelva a la Cámara de Diputados se incluya en el listado de las empresas declaradas privatizable a Aerolíneas Argentinas, Correo Argentino y Radio Televisión Argentina que por el momento permanecen fuera de la Ley.

La eliminación de la moratoria previsional fue uno de los artículos que quedaron afuera de la Ley que vuelve a la Cámara de Diputados. Fotos: Constanza Niscovolos.

“Yo cobro la mínima, habíamos organizado para ir un rato al mediodía y un rato a la tarde, tipo 4 porque no podemos estar tanto tiempo parados. Cuando estaba yendo empezaron todos los incendios y quienes estaban en la Plaza nos pidieron que no fuéramos” dice Nora, una jubilada del barrio de Caballito. Tienen un grupo de WhatsApp por el que se comunican y se vienen organizando desde hace meses, ella insiste en que no quería quedarse mirando la votación desde la casa: “Lo que hicimos fue empezar a convocar en las esquinas y a las 8 de la noche estábamos en Acoyte y Rivadavia. Lo que yo veía era que muchos de los que estábamos éramos gente de más de 50. Somos los que la vivimos más fuerte en los 70 y que entendemos que todo esto tiene una continuidad, solo que esta vez parece como más desfachatado, con mucha más transparencia y anunciando que todo esto iba a ser así”, dice y se lamenta de que la Ley haya salido igual. “Hacemos lo que podemos, pero no quedarnos en nuestras casas evita la tristeza y yo tengo la sensación de que ellos vieron que estaba muy peleado todo y que no era tan fácil que saliera, entonces quemaron un auto para que todo se pudra”.

Cerca de la medianoche, Victoria Villarruel fue la encargada de desempeñar la votación de la Ley Bases en general. Acudió de inmediato a la escena del auto incendiado para exponer su voto a favor: "Hoy vimos dos Argentinas: una violenta, que incendió autos y que arrojó piedras, y que debate el ejercicio de la democracia; y otra, la de los trabajadores, que está esperando con mucho dolor y sacrificio que se respete la votación que en noviembre del año pasado eligió un cambio",

Para ese momento, apenas quedaba un grupo de personas circulando por el Congreso completamente militarizado y había un saldo de más de 30 personas detenidas distribuidas en comisarías de la Ciudad de Buenos Aires.

 

El marketing de la represión

“La plaza estaba tranquila y con una sola búsqueda que era mostrar el rechazo a la Ley, después metieron tipos a hacer quilombo y reprimieron de manera insólita”, dice Norma refiriéndose al momento en el que a partir del incendio de un móvil de Cadena 3 la policía comenzó a avanzar sobre la plaza y a dejarla vacía.

Este hecho fue una bisagra, hasta ese momento la policía mantenía las filas sobre la Avenida Entre Ríos sin ingresar a la Plaza y reprimiendo a esa primera línea tanto del lado de Rivadavia como el de Hipólito Yrigoyen: “Desde 2017 no sentía esta amenaza tan fuerte dentro de una manifestación, hay mucha tensión desde la vigencia del protocolo de Patricia Bullrich. Cada una de las fuerzas policiales cumplia un rol específico”, dice Gabriela Figueroa, periodista que forma parte del Mapa de la Policia y del colectivo de la Revista Crisis. Desde esa iniciativa vienen realizando un trabajo de observación y relevamiento del desenvolvimiento de la policía en manifestaciones: “Tiraban proyectiles al aire, parecía que se encendía un fuego en el aire que cuando caía se armaba este humo blanco de gas que afectó a todos. La cantidad de gente tuvo que empezar a moverse porque el avance del operativo fue determinante, el objetivo de ellos era vaciar la plaza y lo lograron”, explica en diálogo con Las12

“A mi hija la cazaron literalmente en el día de ayer” dice Silvia en un audio difundido ayer a la noche a través de WhatsApp. Es la mamá de Camila Juarez, detenida en Congreso y estudiante de sociología en la Universidad de San Martín (UNSAM). Al cierre de esta crónica, las personas detenidas no solo no habían sido liberadas sino que el fiscal Carlos Stornelli pidió la prisión preventiva para los detenidos basándose en una comunicación de la cuenta de X de la Oficina del Presidente, de una nota de Clarín y de la Nación. 

“La plaza del rechazo a la Ley de Bases fue una muestra pacífica, plural, una expresión de nuestro pueblo contra el ajuste y la entrega del patrimonio nacional” dice Sonia Alesso, Secretaria General CTERA y parte de la Mesa Nacional CTA y agrega “había muchísimas organizaciones sociales, sindicales , feministas y de estudiantes hasta que la policía comenzó a reprimir. A partir de esa hora, comenzó a desmovilizarse mucha gente, el objetivo del gobierno era que la gente se fuera de la Plaza de los dos Congresos. Muy triste, porque el objetivo del protocolo desmedido de la ministra Bulrich era que la ley se votara sin el pueblo movilizado”.

Al recibir el proyecto modificado de La Ley Bases, la Cámara de Diputados puede aprobar los cambios o insistir en la versión que se aprobó en abril, incluir algunas modificaciones, aceptar algunos cambios y desechar otros. Se trata de un avance que materializa la hoja de ruta que desde hace seis meses el gobierno viene insistiendo con que es crucial para gobernar.

La pregunta que sigue girando en el aire es si las estrategias para avanzar con la libertad y la esperanza se basan en un plan que pone a la criminalización de la protesta en primera línea y a una Ley para pocos como hoja de ruta para los próximos tres años y medio.