Pese a las críticas recibidas por referentes industriales de las economías regionales afectadas, el Gobierno ratificó la suba de las alícuotas en impuestos internos y la inclusión de productos exentos, como vinos y espumantes, que propone en el proyecto de ley de reforma fiscal. Los ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne; de Trabajo, Jorge Triaca, y de Producción, Francisco Cabrera, asistieron ayer a una reunión de Junta Directiva de la Unión Industrial (UIA) para exponer los puntos centrales de las reformas tributaria y laboral. Los referentes empresarios de Mendoza, por el lado de la producción vitivinícola, y de Jujuy y Tucumán, por la azucarera, presentaron sus reclamos a los funcionarios por la aplicación de gravámenes a las bebidas alcohólicas y gaseosas azucaradas. “Nos dijeron que están buscando consensos. Pero no se comprometieron a bajarlos, sólo a rever el tema”, aseguró el presidente de la UIA, Miguel Acevedo. Respecto a la reforma laboral, el representante aceitero rechazó que sea considerada “a la medida de los empresarios”. “El empleo en el país es muy duro y restrictivo para el empresario, como el caso del pago de horas extras. Hay que terminar con eso para ir hacia un Estado más moderno”, aseguró Acevedo.
Los popes fabriles no quisieron perderse el convite y conocer de primera mano los planes del Gobierno y exponer sus críticas a lo que ya se informó de los proyectos de reforma tributaria. La sede de avenida de Mayo al 1100 recibió así a unos sesenta dirigentes empresarios. “Hubo representantes de todas las provincias”, aseguró Acevedo, quien estuvo acompañado en la posterior conferencia de prensa por el vicepresidente segundo de la entidad, Daniel Funes de Rioja, y el director ejecutivo, Diego Coatz. Según relató el titular de General Deheza, los proyectos de ley, en términos del espíritu de las reformas que impulsan, fueron bien recibidas “pero hubo quejas por el lado de alimentos y bebidas, producciones regionales y ensambladoras de Tierra del Fuego. A los que se sumaron los afectados por la baja en el precio que recibe el productor de parte de las petroleras por el etanol”, detalló.
La mayoría de los productores, principalmente los vinculados con la industria alimenticia, un sector que representa Funes de Rioja desde la Copal, encuentra serios problemas ante el aumento de los costos internos y externos y la reducción del mercado interno. La aplicación de nuevos impuestos internos sería “un tiro de gracia” para la actividad, según definieron los productores de vino. Sin embargo, en la UIA le bajan el tono a ese tipo de críticas para no desviarse de la senda de la ansiada flexibilización laboral que ahora encontró un Gobierno y un momento político para su implementación. Entienden que el mercado interno podría volver a recuperarse más adelante pero que la oportunidad que se les presenta de arrebatarles derechos a los trabajadores es inmejorable.
“A la Argentina le va venir bien esta reforma laboral y va a haber más inversiones y crecimiento. Lo que pretendemos es que haya libertad para tomar empleos sin tanta burocracia”, aseguró el titular de la UIA. Tanto Acevedo como Funes de Rioja se ofuscaron al ser consultados sobre si la debilidad en la posición de los trabajadores frente a la de la patronal debe ser protegida por el Estado. “Hoy no veo que el trabajador esté desprotegido”, dijo el aceitero. El directivo aseguró que tanto trabajadores como empresarios hoy son socios, pero luego encuadró a los empleados en “activos de la empresa”. Funes de Rioja insistió en que eliminar la “industria del juicio” también beneficia a los trabajadores, y sostuvo que el tema de la informalidad es propia de las micro, pequeñas y medianas empresas. Desde la UIA presentaron al Gobierno una lista de señalamientos a la reforma laboral, pero hasta tanto el Ejecutivo los estudie, no la harían pública.
En cuanto a la reforma tributaria, donde los empresarios consideraron que las concesiones macristas se quedaron cortas, apuntaron a un problema “entre el gradualismo con el que aplican las rebajas impositivas y el impacto inmediato de los impuestos internos”. “Los funcionarios nos dijeron que evaluemos el saldo de las rebajas y los nuevos impuestos y a nosotros nos da que seguimos pagando más”, aseguró el titular de la UIA. Los funcionarios defendieron la aplicación de impuestos al consumo de bebidas alcohólicas y los empresarios rechazaron que se los catalogue como “no saludables” para que tributen. El resto de los empresarios replicó el apoyo a la reforma, con salvedades. Otro punto sobre el que se hizo hincapié fue el cobro de Ingresos Brutos e impuestos municipales, con tasas sobre producción y exportaciones. “Cada uno cobra lo que quiere y todos juntos conforman una cascada impositiva que genera un efecto distorsivo a la producción”, concluyó Acevedo.