Momento de síntesis para la intensa vida musical de Franco Luciani. Tras haber incursionado en variados géneros, experiencias y formatos, ahora va por una suma que contempla casi todo ese florido pasado: jazz + folklore + tango. El tridente tiene nombre de banda, porque lo es –Franco Luciani & La Eléctrica Criolla- y su debut será este domingo 16 de junio a las 22.30 en Bebop Club (Uriarte 1658). “Es un proyecto en formato de quinteto que pretende unir diferentes lenguajes que se hermanan en la canción, porque tanto un estándar de jazz de Cole Porter, como un tango de Carlos Gardel o una zamba del Cuchi Leguizamón son canciones populares. Con esta premisa intento hacer el abrazo de lenguajes”, describe y define su mentor. “Aunque, ojo, esto no significa simplemente hacer algún estándar de jazz con un ritmo folklórico o tanguero, o repertorio del tango y el folklore 'jazzeado'. No es esto”.
-¿Qué es, entonces?
-Un proyecto donde todos los músicos podremos desarrollar nuestras cualidades, pensando en esta variedad de géneros que tanto nos gustan.
El “todos” al que alude Luciani se conforma de cuatro partes, además de la suya: Abel Rogatini al piano, Ramiro Farb en guitarra, Pablo Motta en bajo y Diego Alejandro en batería. En ellos pensó el rosarino, porque los cuatro conocen la argamasa que este diseñó para su presente y su futuro inmediato. “Los cuatro tienen el talento suficiente como para llevarlo a cabo y además son grandes improvisadores. Las experiencias que he compartido con ellos han sido de mucho goce, inspiradoras, muy enriquecedoras. Ahora me alegra que sea un grupo formado”, enfatiza el armoniquista, que prevé para las presentaciones en Bebop –porque hay otra el viernes 12 de julio- encarar con ellos un material inédito o casi nunca tocado en vivo, además de estrenar composiciones propias. “La novedad es que tanto el formato como la variedad tímbrica serán muy diferentes a otras referencias mías previas. Dicho de otro modo, siempre fui un improvisador, pero en este proyecto estoy fuera de las formas establecidas que suelen tener algunos ritmos. No digo más libre, pero sí con una libertad diferente”, enfatiza.
-Hablando de la libertad, ¿qué alternativas y vueltas le encontraste a la fusión entre el jazz y las músicas criollas? Mestizaje que por supuesto ya tiene su tradición dentro de la música popular argentina...
-Las alternativas son muchas y tal vez tiene que ver con el hecho de que me gusta mucho la fusión. Pero también soy una persona que de pequeño, como escucha y tanto por goce como por estudio, me he criado escuchando ambos géneros, y en sus más tradicionales formatos. Puedo decir entonces que la fusión ya se da naturalmente por el hecho de conocer y disfrutar los géneros de esa manera. De todos modos, siempre me gustaron los artistas que vieron la música como un todo, más allá de los límites que naturalmente pueden tener un género y un lenguaje, y está bien también que así sea. Por eso, me gusta escuchar un estándar tanto de la manera más tradicional, como a través de grupos de fusión.
-¿Cuáles son tus influencias en este sentido y por qué?
-Seguramente, Yellowjackets, un grupo ya con cuarenta años de carrera, que siempre ha sido una referencia para mí, por cómo trata la fusión y cómo incluye diferentes sonoridades. Se podría decir que en algunos de sus discos se escucha algo de la world music, que también me gusta mucho. El disco Greenhouse es un gran ejemplo. En el caso de nuestra música, también podemos encontrar artistas que han tenido muchas influencias sin perder el lenguaje, como mi querido Raúl Carnota. No solo en algunos formatos sino más bien en su ideología, en su manera de pensar la música.
Por lo demás, Luciani acaba de llegar de una gira por Europa, en la que mostró en el mítico Théâtre de la Ville, de París, el flamante Tablao de Tango, trabajo grabado, producido y publicado en Francia, que pronto se editará en la Argentina. En su pasado reciente figuran y fulguran también las estelas de Tangos cruzados, el disco que concibió junto al pianista y compositor italiano Fabrizio Mocata. “Este trabajo con Mocata devino de una manera muy natural, porque sintonizamos en entendimiento y goce. Es un disco muy fresco que realmente disfrutamos cada nueva vez que lo tocamos, como ha pasado en la gira reciente. Hay tangos muy tradicionales, pero incluso si mantenemos el lenguaje y buscamos esa pureza, le invertimos ritmos y ese tipo de cosas. De hecho, por eso le pusimos como le pusimos”, ríe el también compositor y cantor, que augura un pronto disco con la flamante Eléctrica Criolla, y asegura la pronta aparición de Piezas breves - Estudios para armónica cromática sola, una edición de partituras en formato de libro, video y, probablemente, disco digital. “Este es un trabajo bastante especial, por cierto, porque serán solo obras con la armónica cromática sola y muy breves, miniaturas, diría, pero que se podría considerar como álbum, tanto para escuchar como para el estudio del instrumento. Es un proyecto que me entusiasma”, concluye.