Al menos 4715 refugiados e inmigrantes indocumentados murieron este año mientras cruzaban el Mediterráneo, según los últimos datos de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), lo que representa un 10 por ciento más que el año anterior, aunque las migraciones bajaron más del 50 por ciento. Mientras que en 2015 hubo 883.393 migrantes, este año fueron 351.080. La ruta del Mediterráneo Central, que une a diferentes países africanos, especialmente Libia, con Italia, fue la más mortífera, con alrededor de 4223, el 90 por ciento del total de las víctimas .

La llegada a Grecia de migrantes sirios disminuyó, por ejemplo, cinco veces respecto de 2015 (de 500.000 a 78.736), a causa del aumento de las tarifas de los tratantes y por el cierre de la ruta turca y balcánica.

En 2016, desde Eritrea -África Oriental- partió la mitad de los refugiados hacia Italia en comparación con 2015.