Una parte importante de la vida del presidente del Concejo Deliberante de La Plata, Marcelo Galland está ligada a los clubes. Especialmente a Universitario. “Somos el tercer club de la ciudad en importancia, detrás de Gimnasia y Estudiantes y el más grande de los que no tienen fútbol profesional”, afirma orgulloso. “En los noventa, que fue una época oscura para los clubes, tuvimos más socios que ellos, porque nos mantuvimos en 18 mil”, agrega.

Galland es platense nacido y criado, pero de primera generación. “Mi viejo era dirigente universitario del socialismo en Tucumán, fue fundador del Movimiento Nacional Reformista (MNR) y amenazado por la triple A, decidió venir acá", cuenta y agrega que como no tenían otros familiares, lo inscribió en el club para que se conviertese en su ámbito de pertenencia y socialización.

Hace un par de años, siendo presidente de Universitario, Galland contribuyó a formar el Observatorio de Clubes de la ciudad. Esa iniciativa lo acercó a Julio Alak, que por entonces trabajaba barrio por barrio e institución por institución, en el desarrollo del plan estratégico. Finalmente, Galland se integró a la lista de concejales y hoy preside el Concejo.

En diálogo con Buenos Aires/12, rescata la capacidad de Alak de cumplir con el pedido del gobernador Axel Kicillof de recuperar la capital provincial para el peronismo. “Para eso tuvo que construir una unidad amplia, de todo el peronismo, pero también de otros sectores”, dice en referencia a sí mismo y su origen progresista.

También cuenta que le preocupa el impacto que las políticas de ajuste ya tienen sobre los clubes. "Las familias recortan gastos, por ahora se borran los adultos y siguen pagando la cuota de los chicos", describe. 

--Insiste mucho en que los clubes sean de los socios y no Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). ¿Por qué?

--Porque cumplen una función social y formativa indelegable, cosa que las SAD nunca van a hacer. Más en estos tiempos: en los clubes aprendes a hacer con otros, en los deportes colectivos, en la gestión, en el reparto de responsabilidades, en busca de un objetivo común. Los clubes son una barrera contra el individualismo. En los clubes se construye comunidad.

--Pero deben ser sustentables.

--Por supuesto. Esto lo hablo siempre con Juan Sebastián Verón y con Mariano Cowen, los presidentes de Estudiantes y Gimnasia. Los clubes deben ser asociaciones civiles, las decisiones deben ser de los socios, pero la gestión debe ser profesional.

--¿Hay ejemplos?

--Universitario. Yo jugué toda mi vida el hockey. En 2009 fui elegido capitán de la primera del club, al año siguiente logramos el ascenso, que se nos venía negando hacía como quince años. Poco después, nos enteramos que la dirigencia quería vender la sede náutica para saldar pasivos. Un grupo de deportistas encabezamos la resistencia. Fue tan masiva que la ganamos, la comisión renunció y ganamos la siguiente elección. Pusimos las cuentas en orden sin enajenar patrimonio. Fuimos aprendiendo. Por cada serie, desarrollamos un proyecto de inversión y crecimiento a largo plazo. Más tarde creamos la fundación, para desarrollar un proyecto educativo. Ya tenemos los tres niveles: inicial, primario y secundario.

--¿Algo similar a lo que tuvieron que hacer en La Plata en este primer semestre?

--Lo que hubo que hacer acá fue titánico. Hubo que acomodar todo de vuelta. Primero, a nivel financiero. Después, en materia de espacio público. Hubo que ordenar el descalabro financiero, porque nos entregaron la ciudad con una deuda de 17 mil millones de pesos y una planta de 12 mil trabajadores, con el sueldo más bajo de la provincia. Para que se entienda lo que significa, La Matanza, que es el municipio con una población similar, tiene 7 mil empleados, con 5 hospitales propios. Nosotros recibimos casi el doble, sin hospitales municipales. Y, más grave todavía, con casi todos los servicios tercerizados. A través de un convenio con la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), implementamos un lector de huella. El primer día, el ausentismo fue del 70 por ciento. Eso indica que muchos eran pagos de favores políticos de la gestión anterior. Lo confirma el hecho de que los dimos de baja y no hubo conflicto con el sindicato. La política de ajuste del gobierno nacional nos obliga a ser muy eficientes en el manejo de los recursos.

--¿Qué ocurrió en materia de espacio público?

--Hay un trabajo académico de Sergio Rezza, el secretario de Obras Públicas de la gestión de Alak, que dice que La Plata, en estos últimos años, pasó a ser tres ciudades en una, por su crecimiento desordenado y desigual. Tenemos alrededor de 200 asentamientos irregulares, en ningún distrito de la provincia aumentaron tanto como acá. Y tenemos otros tantos barrios privados, también irregulares. Hubo un festival de excepciones.

--¿Cómo se resuelve?

--Acaba de entrar un proyecto de ordenanza del Ejecutivo para volver a un consejo técnico más parecido al que había antes, con representación de las facultades y colegios profesionales de arquitectura e ingeniería, que se llamaría Consejo de Ordenamiento Urbano Territorial (COUT), y emitiría dictámenes no vinculantes pero sólidos en términos académicos. Eso reemplazaría al actual Consejo Único de Ordenamiento Territorial. La Plata tiene que volver a ser una ciudad baja, por muchos motivos, porque los espacios verdes necesitan luz natural, por la cercanía del polo petroquímico. Hay 400 obras irregulares, que van a tener que cumplir con la plusvalía urbana establecida en la ley. 

--Describe un panorama bastante irregular. ¿Cómo pasó?

--Porque acá no había ninguna política de transparencia. Más bien, la política era de transparencia cero. Ni siquiera se transmitían las sesiones por Youtube. Cuando comunicamos la decisión, algunos me preguntaron para qué. Claro, durante ocho años, la gestión cabía en un pen drive. La respuesta es la definición de lo que queremos para el concejo en este período. Que sea abierto, cercano, comprometido y participativo. Vamos a ir implementando medidas en ese sentido. Mi elección fue por unanimidad, hubo acuerdo de los cinco bloques, algo que no tenía antecedentes. Eso obliga a trabajar y dialogar mucho con todos para buscar los acuerdos más amplios.

--¿Y una vez resueltas las urgencias?

--El proyecto es la puesta en valor de la ciudad, en sintonía con los otros distritos que componen la región capital, por eso defendemos el dragado del Canal Magdalena, entre otras cosas. Una obra clave es el segundo anillo de circunvalación. que pasa por las avenidas 520, 155 y 90, que nosotros llamamos “de la producción”, por su cercanía con el cordón frutihortícola. También es necesario ensanchar la ruta 36.