Gael Yeomans es una diputada chilena y abogada recibida de la Universidad de Chile, con un Máster en Seguridad Social de la Universidad de Alcalá. Fue la primera presidenta de Convergencia Social, el partido original del presidente Gabriel Boric. Además, presidió la Comisión de Trabajo y en 2023 fue la primera mujer en presidir la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.
Esta semana, la diputada visitó Buenos Aires para participar en diversos foros sobre Inteligencia Artificial en el Congreso de la Nación, donde se discutieron los riesgos que conlleva, especialmente en cuanto a los aspectos éticos y los conflictos relacionados con los derechos humanos. En ese contexto, Yeomans conversó con PáginaI12 acerca de su evaluación del gobierno de Boric, sus desafíos pendientes, así como las relaciones bilaterales entre Chile y Argentina. También dio su punto de vista sobre la prisión preventiva por presuntos delitos de corrupción contra Daniel Jadue, alcalde del municipio de Recoleta y una de las principales figuras del Partido Comunista, partido que integra la coalición de gobierno.
- ¿Cómo ve que alguien como Boric, a quien conocía desde sus primeros pasos en la política, haya llegado a la presidencia?
- Con una responsabilidad muy grande porque desde nuestro espacio sabemos cuáles son las necesidades que hay en el país. Salimos electos bajo ciertos compromisos y expectativas que están en nuestro hombro. Yo me siento muy comprometida con el gobierno del presidente, sobre todo porque también veo que hay esperanzas detrás de su liderazgo. Veo que con todas las dificultades que ha tenido, con una de las peores y más obstruccionistas oposiciones que se han visto en el último tiempo, aún así ha sorteado algunos desafíos, por ejemplo, en términos de la estabilidad económica. Los indicadores en materia de inflación dan cuenta de ello o haber logrado con ese escenario subir el salario y la pensión mínima.
- A principios de mes, algunos de los parlamentarios de la oposición abandonaron el Congreso Nacional mientras Boric daba su discurso en el marco de la Cuenta Pública, mostrando así su desacuerdo con el contenido del informe presidencial y las políticas presentadas. ¿Qué piensa al respecto?
- Fue una falta de respeto, no solamente con el presidente, sino con el resto del país. Era un acto republicano donde el presidente daba cuenta de su gestión y sus compromisos futuros. Independientemente que uno pueda tener una diferencia respecto al contenido del discurso, eso no puede tener como consecuencia, si no te gusta, hacer un berrinche e irse sin discutir. El debate enriquece, no hay que temerle a tener diferencias. Las diferencias son parte de nuestra sociedad, solo que hay que saber procesarlas para que de alguna manera lleguemos a un punto de consenso. Y si no hay punto de consenso, que las mayorías sean las que decidan. Pero no puede ocurrir ese tipo de actos irrespetuosos con el resto del país.
- El tema que llevó a los parlamentarios a adoptar esa actitud fue la propuesta del presidente de abordar una ley de aborto. ¿Cómo ve la agenda del presidente en materia de género?
- Veo que el presidente, sobre todo en la Cuenta Pública, fue a ratificar un compromiso con los derechos de las mujeres, ya sea con respecto a su derecho a la salud, como lo es el avanzar en un aborto legal, como también en el compromiso que se tiene en el reconocimiento de las labores de cuidado. Estamos trabajando en un Sistema Nacional de Cuidado, que reconoce las labores del cuidado de otro como un trabajo y eso tiene implicancia para las pensiones, por ejemplo, o también en el hecho de no asumirlas solas. Muchas mujeres dedican su vida al cuidado, ya sea de una persona enferma en la familia o de una persona mayor, dándole todo: su vida, su tiempo, todo, y no siendo una obligación para la mujer. En nuestras sociedades se entiende que es su deber porque si vos lo asumis y el resto no, es porque hay una obligación implícita. La sociedad en su conjunto mira para el lado y acá lo que queremos es que se asuma una responsabilidad colectiva respecto a las labores de cuidado. A esto lo doy como ejemplo, pero hay otros más como la igualdad salarial. Yo creo que con estas medidas se confirma un compromiso con los derechos de las mujeres, lo cual es importante para una sociedad que nos deberíamos entender como iguales.
- ¿Qué análisis hace de la prisión preventiva contra Daniel Jadue?
- Se ha generado no solo con Jaude, sino que también con otras figuras políticas, una discusión sobre la autonomía del poder judicial. Nosotros vamos a seguir insistiendo en fortalecer la independencia del poder judicial respecto a la política, entendiendo que la separación de poderes es un pilar para el sistema democrático en su conjunto. Independiente de que en Chile no es la primera vez que se cuestiona el uso de la prisión preventiva como una herramienta más generalizada de lo que debería ser, la prisión preventiva debería ser el último escalón que hay. Lo que uno espera es que se aplique un juicio por la acción y no por a quién se está juzgando.
- ¿Se podría afirmar que es un caso de lawfare?
- Creo que hay que ver cómo se desarrolla el juicio completo. Estamos recién en la etapa de investigación. Yo espero que exista justicia, que Independientemente del partido político en el que milita Jaude, sea juzgado por sus acciones y no por otra cosa. Hay cuestionamientos que se han hecho a propósito de este caso, porque no sucedió lo mismo con una exalcaldesa de derecha, Cathy Barriga, en donde no se aplicó la prisión preventiva. Ahí habría que ver si los criterios eran los mismos, si las acciones que se están juzgando son las mismas. Pero no puede ser que a un alcalde, por ser de izquierda, se le juzgue de una manera y no de la misma a una exalcaldesa de derecha.
- ¿Qué opinión tiene sobre las relaciones bilaterales entre Argentina y Chile, considerando las diferencias ideológicas entre sus presidentes?
- Nuestras relaciones son de estados y los estados también tienen por responsabilidad hacerse cargo del bienestar y del futuro de los argentinos, en su caso, y de los chilenos, en el nuestro. Por lo tanto, deben haber relaciones entre estados que reflejen el vínculo entre países y no el vínculo entre gobernantes. Nuestro vínculo tiene mucha historia, hay que cuidarlo, pensando en el bienestar de ambos pueblos. Yo creo que esa responsabilidad, al menos nuestro presidente, la va a seguir sosteniendo en las relaciones bilaterales, independiente de lo que en términos políticos representa Javier Milei. Su receta es una vieja receta chilena que fracasó. No quiero que el pueblo argentino sufra lo mismo que el pueblo chileno, por tener malas jubilaciones, casos de colusión en las farmacias, y así tantas otras repercusiones en la educación y en la salud.
Entrevista: Axel Schwarzfeld