“Si se trata de circunstancias adversas, el Loco es especialista, porque utiliza aquella adversidad para sus objetivos formativos en sus dirigidos”. Esta frase forma parte de “El secreto de un loco”, biografía escrita por el chileno Alex Marvel, quien luego del paso de Marcelo Bielsa por Chile quedó fascinado con su figura. Esta descripción también es la punta del ovillo de una anécdota poco relatada sobre una más de las metodologías poco frecuentes de “El Loco”.

El equipo rosarino llegaba a 1990 con grandes palmares sobre sus espaldas: campeón del Torneo Argentino 1988 y subcampeón de la Copa Libertadores de ese mismo año. En este contexto y luego de la salida del DT José Yudica, comienza a pensarse en la llegada de Bielsa como reemplazo, quien venía de un proceso exitoso en las divisiones inferiores del club, mismo en el que fue jugador y es hincha.

Plantel de 1990 con Bielsa como DT (Imagen: Planeta Newell's). 

Será entonces el 19 de agosto de 1990 cuando Bielsa se siente por primera vez en el banco de suplentes de Newell’s. Aquel torneo, primero en su ciclo, finalizará consagrándose campeón el 22 de diciembre, dejando una imagen que quedará grabada en la retina de los hinchas del equipo rosarino y de muchos futboleros, cuando al grito de “¡Newell’s carajo!”, el DT comenzará a transitar el camino de los ídolos.

Sin embargo, este título iniciático de Marcelo en su primer año como técnico del equipo rojinegro tiene origen y fragua en una insólita e inesperada gira por el norte del país que los llevará, entre otras localidades, a la ciudad de Tartagal, en el norte salteño.

El libro de Alex Marvel retoma anécdotas de aquella gira. “Carlos Altieri, hombre de confianza de Marcelo en esa etapa, cuenta: ‘Desde la óptica nuestra, veíamos que el cuadro estaba aburguesado. Era un equipo que vivía en hoteles de cinco estrellas y que disfrutaba de una gloria que ya había pasado. Y eso en el fútbol es morirse de a poco, porque no tiene sustento. Entonces, la primera propuesta fue de austeridad: hacer una gira al Norte y parar en hoteles de dos estrellas. Lo bueno fue que los grandes se sumaron al proyecto”.

Plantel 1990. De izquierda a derecha, Berizzo, Pochettino y "Chocho" Llop.

Cuando Altieri se refiere a “los grandes” habla de un grupo de jugadores de experiencia que venían llevando adelante el plantel y quienes son figuras destacadas de la institución: Gerardo Martino, Norberto Scoponi y Juan Manuel “Chocho” Llop entre otros. Justamente, Llop, quien disputó 399 partidos en Newell’s y actualmente se desempeña como director tecnico en Ecuador, comenta: “Nosotros veníamos con una trayectoria importante con jugadores como Martino, Scoponi y mi persona, y con la composición de jugadores jóvenes que había tenido Marcelo en inferiores”.

Llop recuerda aquellos días y aquella preparación muy por fuera de lo convencional: “esa gira fue un poco la consolidación del grupo. Estuvimos 30 días juntos en sitios que nunca habíamos estado ni conocíamos, con respecto también a la hotelería, a los lugares de entrenamiento, con canchas de tierra. Fue algo así como un servicio militar que hicimos y nos sirvió para fortalecernos y comenzar una etapa muy interesante”.

Miguel Angel Fullana (Imagen: Mirador Provincial).

Otro de los integrantes de aquel plantel que recorrió el norte del país es el exfutbolista y hoy también escritor Miguel Fullana. “Cuando se va Yúdica agarra Bielsa y su idea era cambiar el paradigma de lo que eran las pretemporadas, que se hacían siempre en Córdoba o en Mar de Plata y con rivales conocidos. La primera parte de la pretemporada la hicimos en Rosario y después nos fuimos al norte argentino a hacerla y tener amistosos”.

“La idea básica”, comenta Fullana, “era que al jugar con equipos de torneos federales podíamos encontrar la idea, poder arriesgar, porque cuando jugás contra jugadores de un equipo de tu mismo nivel, no podés tirar todo al asador o arriesgar, porque te hacen 200 goles y eso produce otra cosa”.

El ex jugador de Newell’s y autor del libro Comadreja, sobre su carrera en el fútbol, recuerda: “Fuimos de gira y la idea era que nosotros como jugadores entendamos lo que es el sacrificio, poder viajar en un ómnibus común, dormir en un lugar sencillo, porque dormimos en lugares que nos prestaban a veces, por ese lado iba el tema del sacrificio”.

Fachada actual del club homónimo de Tartagal.

Por otra parte, el senador de la provincia de Salta por el departamento San Martín y residente de la localidad de Tartagal, Manuel Pailler, recuerda cabalmente aquellos días de 1990, ya que era presidente del Club Atlético Newell’s Old Boys, equipo homónimo al rosarino situado en la norteña localidad de Salta.

Vinieron al Club Bielsa, Martino, Scoponi y otro jugador que no recuerdo, estuvimos charlando largo rato en la secretaría”, rememora Pailler. “En ese tiempo el Club tenía un rancho, así le decíamos, que era muy famoso, donde la gente iba a comer asado, era una parrillada del Club que tenía un concesionario. Yo los invité y comimos ahí en el rancho, estuvimos charlando”.

Los inesperados días transcurridos en Tartagal por el equipo comandado por Bielsa, se teñían con el cariño de los vecinos, quienes los recibieron en cada ocasión amablemente, sobre todo los del Club hermano. “Ahí se hizo contacto y al otro año fueron dos dirigentes invitados a Rosario, llevamos un poncho salteño de regalo y ellos nos dieron un libro hermoso de la historia del Club. Estuvieron en una cena, agasajo y nos designaron como filial”.

El ex presidente de Newell's de Tartagal, Manuel Pailler, en la puerta del Club.

Volviendo al libro de Marvel, otro jugador deja una semblanza sobre aquellos días: “Fernando Gamboa quedó marcado por aquella inolvidable famosa gira: ‘Me acuerdo que en Tartagal, Salta, el hotel era deprimente. Llegamos y no queríamos bajar. Se lo dijimos a Bielsa. Él nos juntó en el fondo del micro y nos dijo: ‘El hotel no es bueno, así que hay dos posibilidades: nos quedamos o nos vamos'. Todos nos miramos o, mejor dicho, los más chicos miramos a los referentes: el Tata Martino, Pepe Scoponi, Julio Zamora y otros, pensando qué podíamos responder, pero Bielsa dijo: ‘Nos quedamos acá’. Ahí nos dimos cuenta que había preguntado por cortesía”.

Aquí funcionaba la parillada donde se dió la cena entre Bielsa, Martino, Scoponi y la CD del equipo tartagalense.

Si bien el encuentro con los dirigentes del Newell's homónimo y parte de la estadía sucedió en Tartagal, el partido disputado en la zona, recuerda Manuel Pailler, fue en el estadio del Club Deportivo Unión Madereros de la vecina localidad de General Mosconi, distante poco más de 10 kilómetros de Tartagal.

Jugamos tres o cuatro cuatro partidos, seguro, en la gira”, recuerda el defensor Miguel Angel Fullana y agrega: “yo jugué, me acuerdo, porque ahí es donde se fue formando todo. Cuando volvimos a Rosario, el primer partido de Bielsa de local, arranqué de titular”.

Desde otro ángulo del mismo suceso, Llop remarca: “Nosotros hemos hablado de que esa gira fue muy importante para la consolidación del grupo, y sobre todo para el conocimiento mutuo de cada uno de nosotros con los más jóvenes. Viéndolo a la distancia, se buscaba con esa gira en lugares tan inhóspitos para nosotros, estar en sitios en los que nunca habíamos estado y que logremos a partir de ahí ese hambre de gloria y entrar en la historia nuevamente, porque no todo siempre es tan lindo y hermoso en el fútbol”.

Estadio de Unión Madereros de General Mosconi donde Newell's jugó uno de sus amistosos.

En su actual faceta como director técnico, el “Chocho” Llop no olvida aquellos días de aprendizaje, los cuales tiene muy en cuenta para su carrera profesional. “La perseverancia, el sacrificio y la humildad hoy lo sigo practicando. Acabo de cumplir 61 años, sigo dirigiendo acá en Ecuador y no se ha modificado mi pensamiento desde aquella época en el año 90 hasta la actualidad”.

Llop no quiere dejar de remarcar que, más allá de lo inusitado de algunas situaciones que no esperaban, el trato de la gente fue excelente y tanto el aprendizaje como el recuerdo resulta imborrable a la hora de reunirse con sus otrora compañeros a recordar anécdotas vividas gracias al fútbol.

Aquellos días transitados en el norte argentino por el multicampeón Newell’s Old Boys de Rosario, fueron la llama que volvió a encender la brasa aún caliente de un equipo con experiencia, sumando jóvenes que luego serán nombres con peso propio en la historia del fútbol argentino.

De aquella gira impensada, Marcelo Bielsa, quien si no, será su mentor, buscando la idea de humildad y sacrificio, mostrándole también a los jugadores que el norte existe y que la cordialidad es una constante que ellos mismos vivenciaron al ser recibidos con los brazos abiertos de par en par.

Esta anécdota, este hecho deportivo y social, ya es historia escrita y se cuela sin duda por la trascendencia de sus protagonistas, en la historia grande del fútbol argentino. Y de aquella página, Tartagal fue testigo.