Escribí “La cita inolvidable” en 2019. Venía considerando que era necesario poner el acento en determinadas cuestiones que tienen que ver con la creación de un manuscrito de cualquier aspirante a escritor y su intrincada relación posterior con las editoriales. Y si ese aspirante a escritor logra su publicación, su probable acercamiento a alguna productora cinematográfica.

Para escribir esta pieza teatral tuve en cuenta vivencias personales, que nos suceden a todos los que escribimos ficción, más entrevistas a escritores internacionales que pasaron en algún momento por la industria editorial, notas a autores que sospechan que el cine se apropió de alguna de sus obras, como el recordado caso de Juan José Saer, por ejemplo, con su cuento “El taximetrista” y su enorme similitud argumental con “Taxi driver”, la película de Martin Scorsese escrita por Paul Schrader que vivió unos meses en Argentina. La fuerte historia de Camilo José Cela y su “La cruz de San Andrés” que resultó ser un plagio de la novela de Carmen Formoso, maestra de La Coruña, España, sitio donde transcurre esa novela presentada al mismo concurso que ganó el afamado Premio Nobel. Todo este cóctel de anécdotas constituyó en mi momento de creación a profundizar la construcción de personajes y de una historia que pudiera interesar a cualquier tipo de público.

Basado en la idea creativa de que el arte es lo primero, decidí que “La cita inolvidable” tenía que ser absolutamente ficticia. Por ende la historia que se narra, todos los personajes, nombres de lugares, premios, películas y títulos de libros (excepto los clásicos que se reconocen con facilidad) son absolutamente ficticios. Cualquier semejanza con nombres y títulos de la realidad es plena coincidencia. Entonces, una vez pensada y decidida la trama argumental y las características de los personajes, la síntesis puede presentarse de la siguiente manera: un autor aficionado, que reside en una pequeña ciudad, es citado en las modernas oficinas de una productora de cine. Una de sus novelas se parece increíblemente a la película más reciente y exitosa de esa productora. Por un lado, los realizadores, acompañados por un experimentado abogado; por el otro lado, el autor, respaldado por su profesora de Literatura de toda la vida. En el transcurso de ese encuentro, algo cambiará para siempre.

En estos días, “La cita inolvidable” circula por el mundo que nos ofrece internet, en formato de audioteatro. Participan artistas de distintas localidades de Santa Fe y de Buenos Aires. Me tocó realizar la edición de sonido, una tarea tan ardua como maravillosa, dado que cada intérprete grabó en la soledad de su residencia, con su propio dispositivo. Hubo que compaginar cada toma de parlamento, que ya de por sí es una tarea gigante para un trabajo final de 94 minutos. Un trabajo minucioso, extenso, donde fueron apareciendo situaciones creativas que fuimos resolviendo a favor de la historia que estábamos narrando. La dirección actoral estuvo a cargo de la actriz y directora uruguaya Dora Sajevicas, radicada hace muchos años en Merlo (Buenos Aires). Su labor fue fundamental en este camino. Sus reuniones personales, a través de WhatsApp o videollamadas, con cada uno de los actores y la otra actriz, adquirieron un enorme valor para definir el ritmo narrativo y de contrapunto entre los parlamentos. Fue una prueba de hierro para sus capacidades de actuación, sobre todo porque la mayor parte del elenco no se conoce en persona.

Realmente, como autor, me siento agradecido con el resultado de este formato. Creo que mi texto se ha visto enriquecido definitivamente con esas voces que dan vida a mis personajes. Y ahora, en pleno camino, se va dando la idea buscada de llegarle a la gente que necesite este tipo ficciones.

Se puede escuchar en https://www.youtube.com/watch?v=RpdZ-4xtcRc

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