Ahora el gobernador Maximiliano Pullaro sabe concretamente con los bueyes que ara. El larguísimo y novedoso minué de un semestre al que el presidente Javier Milei obligó a bailar a todos los mandatarios de las provincias “amigas”; terminó en los módicos acuerdos expuestos a la luz de las negociaciones necesarias para sancionar con lo justo la criticada ley Bases que sella por treinta años un pacto ruinoso para el país. Como dijo en Rosario estos días el exministro de la Producción y dirigente industrial José Ignacio De Mendiguren “en esta guerra de secesión ganó el sur esclavista contra el norte industrial”. Al revés que en la historia de Estados Unidos.
Un abrazo rápido en Agroactiva y dos de las 189 obras nacionales paralizadas en Santa Fe es lo que obtendrá la provincia en el acuerdo que Pullaro firmará con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos,el 25 de junio. Por supuesto, el presidente Milei no será de la partida en el cónclave. Eso es todo, después de celebrar desde aquí la sanción de la Ley Bases que será una verdadera pesadilla para las seis mil industrias santafesinas.
Cómo estará la cosa que al ministro de Obras Públicas de Santa Fe Lisandro Enrico, no le quedó otra que festejar la cesión de la jurisdicción nacional sobre las rutas que llegan a los puertos en la zona de Rosario para que la provincia desarrolle un esquema de mantenimiento, conservación y obras de esos corredores. Se trata de las rutas nacionales 9, 11, 33, 34, y A012. La “magnanimidad” del gobierno libertario es infinita, pero no así su billetera.
Los intendentes y presidentes comunales de la ribera que pelearon y consiguieron cobrarles una tasa a las grandes cerealeras, ya se agarran los pantalones porque saben que Pullaro intentará hacerse de esos fondos para cortar yuyos y tapar baches en las rutas nacionales que llegan hasta allí.
También Nación “cede” para que paguen los santafesinos, la terminación de unas 800 viviendas, la conclusión de seis centros de infancia y la reparación del puente Molino Blanco en el sur de Rosario. El gobierno nacional sólo pagará las obras de la cascada del Saladillo y la iluminación del ingreso a la ciudad de Santa Fe que es ruta nacional. Muchas gracias.
Ni los malabares del ministro de la Producción de Santa Fe, Gustavo Puccini, para explicar los supuestos beneficios del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) para las industrias de Santa Fe logran disimular la pobreza de los acuerdos alcanzados con el presidente. El único consuelo es el mal de muchos: Entre Ríos y Corrientes se llevaron la misma nada de la mesa de negociación.
Pero como toda crisis, dicen, es una oportunidad; Pullaro buscará sacarle rédito a la encerrona tomando bajo su mando obras que debería hacer la nación. Claro, será como apagar un incendio con un balde pero las gestiones se harán. Esa idea que cada tanto reaparece ante la adversidad de “alambrar” la provincia para conseguir lo que se pueda dentro de esos límites.
Todo lo contrario a lo que sucede en seguridad pública donde ahí sí la ministra Patricia Bullrich logró que Milei liberara fondos para la cruzada contra la narcoviolencia en Rosario que cuesta muchos millones por día. Bullrich sabe que se juega aquí gran parte de su gestión nacional completa y donde también tiene intereses partidarios. No hay que olvidar que la vicegobernadora del PRO, Gisela Scaglia, fue impulsada por el enemigo de Bullrich en la interna nacional, el malogrado ex Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta. Y que el subsecretario de Intervención Federal, Federico Angelini sigue fiel a Mauricio Macri y tuvo que reprimir sus deseos de enfrentar a Scaglia por la presidencia del PRO Santa Fe, para no debilitar más a la golpeada fuerza.
Por supuesto que el gobernador Pullaro tomó sus decisiones en la materia y por demás de arriesgadas, pero como dijo el propio ministro de Seguridad Pablo Cococcioni “había que bajar la fiebre”. Gran parte de la imagen positiva de Pullaro, se debe a esta materia en la que él mismo propuso “dejar de lado la ideología” para proceder. Y eso hizo. Si algo caracteriza al gobernador es su facilidad para tomar riesgos, el mismo que tomó cuando dejó su cómoda poltrona en la Legislatura provincial para ser el ministro de Seguridad de Miguel Lifschitz.
Una cuestión de Caja
Esa misma audacia y pragmatismo es la que viene aplicando Pullaro desde que asumió, en todos los frentes. El clima de época lo ayuda y surfea la ola como un campeón. Hoy no son muchos los que defienden a los trabajadores, menos a los gremialistas y casi nadie al Estado. Un momento propicio para avanzar en reformas impopulares.
Milei cortó el Fondo de Incentivo Docente (Fonid), una crisis que alienta a negociar paritarias a la baja con los maestros de la provincia. La nación despidió a 25 mil trabajadores, hay margen para presionar a los empleados de la administración central santafesina. Desde el poder central no se giraron los fondos para absorber el déficit de la Caja de Jubilaciones de la provincia que no se transfirió a la órbita nacional; para el gobernador es un buen escenario para meter mano en el sistema jubilatorio santafesino.
Mientras todos estaban distraídos y pendientes de la sanción de la Ley Bases en el Senado nacional; la Cámara de Diputados de Santa Fe le dió sanción definitiva a la conformación de una comisión especial que deberá producir un informe sobre la Caja de Jubilaciones y proponer las posibles reformas.
Si bien desde el gobernador para abajo insisten en que la idea "no es quitar derechos", los gremios del Estado están alertas y movilizados porque saben que quizás se salve el 82% móvil como beneficio jubilatorio, pero tal vez no puedan frenar la suba de la edad para el retiro y el aumento en los aportes a la Caja que tiene un déficit mensual de 23 mil millones de pesos. El incremento al doble de los trámites iniciados el mes pasado para jubilarse en la provincia, habla a la claras de esos temores.
El peronismo que aún procesa su derrota electoral, activa en la Cámara baja para al menos poner tope al perjuicio que podría acarrear una reforma. "Le bajamos varios decibeles al proyecto que venía del Senado y por ende a las facultades que tenía la comisión", dijo una diputada del PJ en referencia al texto sancionado el jueves y reconoció el apoyo del socialismo para introducir esos cambios.
La oposición a Pullaro quiere que el gobernador muestre más enjundia a la hora de reclamar los fondos nacionales que se hacen cargo del déficit de la Caja porque "Santa Fe aporta recursos a Anses por casi esos mismos 23 mil millones de pesos mensuales que representa el déficit de nuestra caja", señaló la diputada peronista con los números en la mano de su colega y exministro de Economía Walter Agosto.
Esto desmiente también la hipótesis reformista del Secretario de Seguridad Social de Santa Fe, Jorge Boasso que sostiene que "no puede ser que un carnicero o cualquier comerciante estén financiando con sus impuestos a la caja en la que se jubilan los estatales". En realidad, están financiando más a Anses que a la Caja provincial. Pero también están aportando más para un sector que Pullaro defiende mucho pero que es el que más quebranto aporta a la Caja provincial: La policía, que accede a beneficios jubilatorios a los 50 años y que no aporta los servicios adicionales que cobra en negro. La pelea recién comienza.