El historiador y sociólogo Roberto Baschetti pasó por El Gato Escaldado en la 750 y recorrió los hechos que se sucedieron en el fatídico 16 de junio de 1955, cuando fuerzas antiperonistas bombardearon Plaza de Mayo con intención de asesinar al presidente Juan Domingo Perón.
"Era un día de semana. Era el jueves 16 de junio de 1955. Se esperaba el paso de aviones por el desagravio de la quema de la bandera nacional días antes por sectores antiperonistas. Había curiosos, periodistas y un número importante de peatones, transeúntes, que iban y venían de sus lugares de trabajo", comenzó contando el historiador.
"Se pensaba incluso que por condiciones climáticas, el paso de los aviones iba a ser suspendido para otra oportunidad, pero aparecieron en el horizonte en camino a Plaza de Mayo. La sorpresa de la gente fue que los aviones descargaban bombas y metrallas sobre la calle y la Casa de Gobierno", agregó.
Según Baschetti, un de los impactos dio en un colectivo con pasajeros y otro a un transporte de niños que iban a visitar Casa Rosada y, "si se daba", conocer al presidente Perón.
"Luego de la confusión de los primeros momentos, la tropa leal al Gobierno realizaron la defensa con fuego antiaéreo. Entre los muertos que defendieron al gobierno y al presidente constitucional, hubo 10 granaderos", siguió Baschetti.
En este sentido, también el sociólogo dio un dato poco conocido: "Un grupo de peronistas civiles, tomaron por asalto las armerías del centro y se sumaron a la defensa, acrecentada por camiones de obreros que venían de barrios humildes capitalinos y del conurbano bonaerense", dijo.
"Se calcula que más de 140 obreros o afiliados a la CGT de diferentes gremios fueron asesinados en ese momento. La cantidad de bombas arrojadas fue mayor, aunque cueste creerlo, que la que los nazis arrojaron en Guernica. Según estadísticas, murieron 308 personas y hubo más de 1000 heridos, la gran mayoría de gravedad debido a las municiones explosivas empleadas en la ocasión", señaló.