“¡No en las pelotas!”. El pedido del protagonista de Se presume inocente (la semana pasada Apple TV+ estrenó sus dos primeros capítulos) surge en una de las primeras escenas de esta nueva versión del bestseller de Scott Turow con el espejo inexorable de la película de 1990. El padre de familia está jugando al béisbol en el patio de casa y el hijo varón osa probar su bola rápida contra uno de los bienes más preciados de Rusty Sabisch. Metáfora ¿sutil? sobre los tópicos que toca este thriller judicial de ocho episodios creado por David E. Kelley. El showrunner de Big Little Lies y The Undoing, como en aquellas, retoma el trampolín que empieza por mandatos masculinos, sigue con privilegios, mujeres objeto y femicidios. Aunque en esta ocasión, es un hombre quien lleva el peso del relato, justamente un conocedor de la Justicia por dentro, a quien está dirigido el título. Cada miércoles la plataforma de streaming estrenará un episodio.

Recto, carismático y con el sex appeal de la oratoria legal, el fiscal estrella (Jake Gyllenhaal) se explaya sobre su labor en el estrado. “Mi trabajo es probar que el acusado es culpable más allá de toda duda razonable”, dice en la escena que abre la ficción. Al final del piloto, la máxima comienza a dibujarse sobre el propio Rusty Sabisch, sospechoso de haber asesinado a una compañera de trabajo. “Mi relación personal con Carolyn Polhemus no es relevante para la investigación”, dirá  cuando su colega y rival, Tommy Molto (Peter Sarsgaard), lo arrincone. Para peor, en un primer momento la causa había recaído sobre Sabisch y, obviamente, había obviado su vínculo que incluía sexo duro, obsesiones y acoso por parte suya. “¿Por qué no pueden encontrar un fiscal que no haya dormido con ella?”, le había advertido su esposa, Barbara (Ruth Negga), antes de que explote la bomba perfecta.

El protagonista tenía sus motivaciones para asesinarla, aunque diga lo contrario. Por medio de flashbacks se repondrá el affaire que comenzó con un avance de la mujer. Además de las revelaciones del guion, están los rastros de su ADN en una escena del crimen que incluye tortura bondage, asfixia y golpes. A su vez, se salpimenta el relato con una intriga política y rosca judicial en medio de unas elecciones, donde otros dos machos alfa, Raymond Horgan (Bill Camp) y Nico Della Guardia (O-T Fagbenle), se pelean por el puesto de fiscal de distrito. Una cuestión no tan menor que está liada al enigma argumental: ¿el fiscal lo hizo o no? La pregunta, en realidad, opera como un manto sobre el verdadero motor de la propuesta. ¿Cuán diferente es ésta adapatación de la que provocó un frenesí en los cines y videoclubs? Recientemente, el propio autor de la novela dijo que se sintió agradecido cuando le aclararon que el proyecto iba a ser muy diferente a lo contado en el libro y...el  largometraje.

En el excelente podcast “You Must Remember This”, Karina Longworth diseccionó el thriller judicial dirigido por Alan J. Pakula, catalogándolo como hijo no reconocido de Atracción Fatal. Casualidad o no tanto, esta miniserie llega algunos meses después de la revisión seriada de aquel otro clásico en el que resonaban sexo, violencia, estatus, pero sobre todo la paranoia masculina sobre mujeres amenazantes que cercaban la vida profesional y marital de los “héroes de cuello blanco”. Es especialmente crítica con la misoginia rampante de la película por construir una víctima “que pedía a gritos ser asesinada”, una “esposa colgada al teléfono” y eludía de un plumazo la sociopatía potencial del protagonista por cuestiones de casting. ¿Harrison Ford masacrando a una mujer? Imposible. Los hacedores incluyeron algunas variantes en el contexto marcado por la presencia femenina, en el seno familiar de Rusty (aquí como clan interracial), hasta en el whodunit y en la propia Polhemus. Ciertamente ella es algo más complejo que “la colega de trabajo que se vuelve un infierno” –según la definición de Longworth-. “Extraño los viejos días cuando, si dos adultos consentían en tocarse el uno al otro, lo hacían”, se le escucha decir a la mujer al comienzo del flirteo con el fiscal. Para quienes conozcan el final de la historia, esta adaptación añade una nueva capa de culpabilidad al inestable héroe que por fuera parecía de teflón. Se presume inocente, entonces, ya no presume nada, al contario, expone los estigmas de su propio pasado.

Programados

* Dexter: Original Sin ha comenzado su producción. Christian Slater interpretará al padre de la criatura, mientras que Patrick Gibson y Molly Brown interpretarán a Dexter y a su hermana, respectivamente. Clyde Phillips será su showrunner y productor ejecutivo. Ambientada en Florida a comienzos de los ‘90, la historia seguirá los pasos del estudiante de secundaria camino a convertirse en un asesino en serie vengador guiado por su progenitor. Desafío particular para el joven, ya que comienza una pasantía en el departamento de forense de la Policía de Miami. La serie original de Showtime podrá verse por Paramount+.

* Apple TV+ confirmó que habrá una segunda temporada para Palm Royale. La miniserie, situada a finales de los ‘60, sigue a un grupo de mujeres de la alta sociedad en un exclusivo club de Florida donde mandan las apariencias. Protagonizada y producida por Kristen Wiig y Laura Dern, y escrita por Abe Sylvia, cuenta además con las actuaciones de Ricky Martin, Allison Janney y Carol Burnett. “Subvertimos un poco las cosas, las presentamos de modo superficial y juguetona, pero por lo bajo estamos diciendo otra más profunda”, definió su productora Jayme Lemons.

* Bluey, esa extraña y querible mixtura de Peppa Pig y Los Simpsons, tendrá más cortos por Disney+. Esta serie de pequeñas historias podrán verse por Disney+ desde el próximo 3 de julio. En total serán siete episodios con más vivencias de esta familia perruna de Australia en los que habrá reversiones de los tres cerditos, música molesta y unboxing de muffin.

El personaje

Inés Morales de Escándalo, relato de una obsesión (Alexandra Jiménez). Un aborto espontáneo, un suicidio fallido en el mar, metejonearse con un adolescente. La mujer de 42 años está a punto de comenzar su desbarranco frente a las aguas del Mediterráneo. Nada de Verano Azul para Inés.