Micaela Vita y Juan Saraco hablan de “capas de sentido”, para resumir en una frase corta y contundente el sino de A los amores, El folklórico, volumen I, flamante disco de Duratierra. Las capas refieren puntualmente al universo estético, poético y sonoro que el grupo tiene previsto implementar para la presentación oficial del sábado 17 de agosto en el Xirgu (Chacabuco 863). Pero también se puede extender el concepto a la variedad de estilos que pueblan el trabajo. Siguiendo las estelas de su nombre, hay huayno, hay gato, hay aires de estilo, hay zamba, hay chacarera, y hay milonga. Y todo salido de plumas internas del grupo, porque hay un tipo que la rompe toda como compositor (Saraco). Y porque hay quien de vez en cuando se atreve, caso Tomás Pagano, compositor (junto al ex tecladista Matías Zapata) de “Árbol”, “curioso” huayno que inaugura el disco.
“Decimos que es curioso, porque hicimos un juego de composición grupal tomando algunas fotografías como pretexto para la escritura”, introduce Vita, cantora de la banda. “Tomás eligió una foto impactante de una secuoya gigante en la que hay unos leñadores construyendo prácticamente un hogar dentro del árbol. Y a partir de aquella imagen escribió esa hermosa poesía que, como parte del ejercicio, Matías tuvo que musicalizar”.
-¿A los amores por qué? ¿a qué amores?
Juan Saraco: .-A nuestro hijo Astor, pensando en él nació el tema que da nombre al disco. De hecho, cuando empezamos a conceptualizar las canciones buscando el nombre para el álbum, encontramos que el hilo conductor era el amor y entendimos que el nombre de esa canción reflejaba lo que queríamos decir en el disco.
Micaela Vita: .-Además, en esta época en que la crueldad y los discursos de odio están a la orden del día, cantarle al amor nos parece un acto contracultural y sumamente necesario. Me refiero al hecho de recuperar al amor en la canción, sacándolo del melodrama romántico, para usarlo como prisma, desde donde ver todas las cosas que nos emocionan de este mundo: la naturaleza, las infancias, la amistad, el territorio, el barrio, la canción, los procesos de transformación personal, la ternura cotidiana y el cuidado.
Al momento de elegir palabras o frases para terminar de asir el disco, Vita y Saraco piensan en tres: caja de memorias, cinta abierta y territorio. La primera, porque claramente fueron al rescate del acervo folklórico para vestirlo con ropaje nuevo. La segunda, porque fue grabado en 16 canales a cinta abierta. Y la tercera, porque es imposible el folklore sin anclaje a tierra. “Hace tiempo que tomamos el desafío de componer canciones que reflejen el mundo que miran nuestros ojos hoy. Y también es consciente la acción de enmarcar nuestras canciones en la música popular argentina y latinoamericana. Desde ahí es que sentimos que tenemos algo que decir”, señala Saraco que, además de componer, produce, toca la guitarra y hace coros.
Duratierra está integrada, además, por los percusionistas Martín Beckerman y Nicolás Arroyo; el aludido Tomás Pagano, en contrabajo; Valen Bonetto, en guitarra y ronroco; y Silvia Aramayo, en piano y acordeón. “Incluso nos dimos el gusto inmenso de grabar el tema `Te miré por vez primera` con nuestro amigo y cantor preferido, Raly Barrionuevo”, resaltan Vita y Saraco, compañeros de vida, además. “Esta es una canción que la gente nos pedía que grabáramos desde hacía mucho tiempo, porque la empezamos a hacer en los conciertos y cada vez que la cantábamos, se vivía una atmósfera de emoción colectiva muy grande”.
-¿Cómo se llevan con el estilo, “en tanto estilo”, ya que de eso se trata este tema?
M.V: .-Los estilos pampeanos son tan bellos, ¿no? Y si bien no nos salen bien todavía, estamos muy felices de cómo quedó esta canción.
-También campero, también profundo y también de nombre sugerente resulta “Verano del 19”. ¿cómo y por qué nació esta milonga?
J.S.: .-Estamos dando vueltas con varias milongas desde hace un tiempo ya. Evidentemente, algo de ese universo místico y reflexivo nos viene llamando, e intentamos seguir ese impulso. En el caso de “Verano del 19”, cuenta ella un proceso de crisis personal fuerte, y es una de esas canciones que son tan verdaderas que se hacen casi solas, casi como necesidad de poner la voz para acompañar lo que estás atravesando.
Duratierra lleva publicados cuatro discos en casi dos décadas de existencia. Tres de ellos –a excepción del iniciático Floralia y además del flamante- están poblados en su totalidad por composiciones propias: Cría; Amigx, cohecho con la murga Falta y Resto; el EP, Trinchera; y La fuerza. Ahora van por un sexto que por supuesto supone el volumen 2. “Nos gusta sorprender, así que no negamos ni afirmamos que el Volumen 2 se está cocinando a fuego lento, al costadito del camino”, neutraliza la pareja. “Por ahora, estamos enfocados en la gira de presentación de A los amores, porque es un gran trabajo día a día producir un proyecto autogestivo e independiente como éste... requiere mucho tiempo y dedicación”