El gobierno de Emmanuel Macron, amenazado por la posibilidad de una derrota histórica en las legislativas convocadas de forma anticipada por el presidente francés, se lanzó de lleno a la campaña presentando candidaturas de 24 de sus miembros. El ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, quien no será candidato, dijo que un triunfo de la extrema derecha o de la izquierda en las legislativas pondría al país europeo ante el riesgo de una crisis financiera en las próximas semanas. Cientos de miles de franceses se manifestaron el sábado contra una posible llegada de la ultraderecha al poder.
Escenario adverso para el "macronismo"
Una vez finalizado el plazo de presentación de candidaturas este domingo a las 18 horas locales, una parte de los pesos pesados del Ejecutivo aspiran a un escaño en la próxima Asamblea Nacional, empezando por el primer ministro, Gabriel Attal. También están el ministro del Interior, Gérald Darmanin, el de Asuntos Exteriores, Stéphane Séjourné, el titular de Agricultura, Marc Fesneau, el de Salud, Frédéric Valletoux, o la de Turismo y Consumo, Olivia Grégoire.
Esta avalancha de miembros del gobierno en las listas electorales ilustra la voluntad de valerse de la notoriedad para dar vuelta las encuestas en los comicios que se celebrarán el 30 de junio y el 7 de julio. Los sondeos vaticinan una victoria de la extrema derecha de la Agrupación Nacional (RN), que podría obtener más del 30 por ciento de los votos en la primera vuelta, seguida por el nuevo Frente Popular que reúne a los partidos de izquierda, que obtendría entre el 25 y el 28 por ciento, por detrás el bloque macronista con menos del 20 por ciento.
A partir de ahí, la pregunta sería cómo eso se traduce en la segunda vuelta en el reparto de los 577 diputados, que se eligen en circunscripciones uninominales. El acuerdo de creación del Frente Popular estableció el reparto de candidaturas entre las cuatro formaciones que la componen: La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon se quedó con 229, el Partido Socialista (PS) con 175, los Ecologistas con 92 y el Partido Comunista Francés (PCF) con 50.
Mélenchon no es candidato y, aunque el miércoles pasado dijo estar dispuesto a ser primer ministro si ganaba la izquierda, este domingo, ante el malestar que genera su personalidad en los otros partidos de la coalición e incluso en sectores de su propio partido, aseguró que "nunca" será un problema, dando a entender que dejará de lado sus ambiciones. En las listas figuran en cambio los líderes de los otros partidos del Frente Popular, el del PS, Olivier Faure, la de los Ecologistas, Marine Tondelier, y el del PCF, Fabien Roussel.
Hollande, investido en su antiguo feudo
También fue presentado como candidato por el socialismo el expresidente François Hollande (2012 a 2017) en su antiguo feudo electoral de Corrèze, pese a sus repetidos choques con Faure y sus críticas previas a cualquier alianza con LFI. Ante la presión de sus socios del Frente Popular e incluso de muchas voces en LFI, renunció a su candidatura el diputado saliente Adrien Quatennens, cuya presencia era polémica teniendo en cuenta que había sido condenado en 2022 a cuatro meses de cárcel exentos de cumplimiento por pegarle a su mujer.
En cuanto al controvertido pacto suscripto esta semana entre la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen y el presidente del derechista Los Republicanos (LR), Éric Ciotti, a espaldas y contra la voluntad de la mayor parte de los dirigentes de este último partido, todavía es pronto para evaluar su alcance. Ese acuerdo prevé que el RN no presenta candidatos en 70 circunscripciones en las que pedirá el voto por un aspirante elegido por la facción de LR que negoció con Ciotti. Pero no parece que haya en esas circunscripciones grandes nombres de LR.
"Riesgo de crisis financiera"
En una larga entrevista a la radio pública France Inter, el ministro Bruno Le Maire dijo que, pese a que todas las encuestas dan como perdedora a la mayoría saliente del gobierno del presidente, se puede invertir esa tendencia. Para Le Maire, el triunfo sería posible con "una toma de conciencia de la gravedad del momento, de a lo que nos llevarían los proyectos de la extrema derecha y de la extrema izquierda de forma inexorable", en concreto "a la destrucción metódica de la economía de nuestro país" con "un paro masivo".
Para ilustrarlo el ministro de Economía se refirió a las reacciones de los mercados financieros durante toda la semana, que a su juicio "no se equivocaron". En particular hizo hincapié en el aumento de la prima de riesgo, es decir el diferencial de interés entre la deuda francesa y el de la deuda alemana que sirve de referencia, con un aumento de una treintena de puntos básicos, cuando había permanecido estable desde 2022.
Le Maire señaló que eso supone un aumento del costo de financiación de la deuda pública francesa de unos mil millones de euros anuales (1070 millones de dólares), así como un incremento de los tipos que tendrán que pagar los particulares y las empresas cuando contraten un préstamo. Además advirtió del "riesgo de una crisis financiera en las próximas semanas". En ese sentido Le Maire señaló que la situación es muy diferente de cuando en 1981 llegó la izquierda al poder, porque entonces el presidente era el socialista François Mitterrand, mientras que ahora la izquierda está dominada por un partido radical liderado por Mélenchon.
Protesta y llamado a "tomar conciencia"
Unas 640 mil personas, según las organizaciones convocantes, 250 mil según la policía, se manifestaron el sábado en 150 ciudades y localidades de Francia para protestar contra la extrema derecha en una demostración de fuerza de un marcado carácter electoral. Las manifestaciones se produjeron en París y en otras grandes ciudades convocadas por los principales sindicatos del país. En la capital dos marchas partieron de la plaza de la República y convergieron en la plaza de la Nación.
En la convocatoria organizaciones como la Confederación General de Trabajadores (CGT), sindicatos estudiantiles o la Liga de los Derechos Humanos denunciaron el "inédito resultado" logrado por la ultraderechista Agrupación Nacional, fuerza más votada en las elecciones europeas del 9 de junio, por lo que temen que la extrema derecha "gane poder" en los próximos comicios. Por ese motivo pidieron a la ciudadanía "tomar conciencia de este momento histórico en el que nos encontramos: este momento en el que nuestro país corre el riesgo por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial de caer del lado de la extrema derecha".