“Al Uruguay, país donde pasé los años capitales de mi vida”, es la dedicatoria que antepone Copi, sobrenombre del dibujante, actor y dramaturgo Raúl Damonte Botana, a su relato "El uruguayo". Escrito en 1972, incluido en su libro Las viejas travestis y otras infamias, con traducción de Enrique Vila-Matas, el cuento narra el periplo surreal que el propio Copi como personaje atraviesa luego de viajar de París a Montevideo, la ciudad donde transcurrió su niñez. Acompañado de su perro Lambeta, cuenta en una serie de cartas los detalles del reencuentro con un territorio que progresivamente va experimentando un apocalipsis delirante. Copi le pide al destinatario de las cartas que vaya tachando cada línea escrita después de leerla, tal vez para eliminar el registro de los insólitos acontecimientos. Con dramaturgia y dirección de Santiago Lasarte, actuación de Mosquito Sancineto, Emiliano Figueredo y Laura Manzini, el texto subió a escena en El grito (Costa Rica 5459) bajo el nombre de Proyecto Patria: cartas desde el exilio.
El título es, en realidad, una cruel ironía dado que el territorio con el que Copi se reencuentra está en vía de extinción, sembrado de cadáveres y con el mar en retirada. Ubicado en Mar del Plata y con menciones a los devenires políticos de la Argentina, el montaje de Lasarte respalda el humor impiadoso del original, apoyado en tres experimentados actores. “Si Mosquito no accedía a participar de esta obra, directamente no la hacía”, asegura el joven director en la entrevista con Página/12, quien encaró el proceso de la puesta en el seno de la Escuela Metropolitana de Arte Dramático. Éste es el tercer texto de Copi que aborda Sancineto (Las viejas putas y La sombra de Wenceslao fueron los anteriores), “un autor que siempre me ha gustado por su humor y su extravagancia”, según subraya en la misma entrevista. Con el escenario sembrado de neumáticos, con tangos orquestados por Mariano Mores sobre los que Manzini sobreimprime un potente registro operístico, se luce el vestuario de Jo Vera, con unos diseños que subrayan el cariz queer de la puesta.
-¿Qué ideas y sensaciones les despierta este cuento de Copi?
SANTIAGO LASARTE:-Cuando empezamos a ensayar pensé que teníamos que contar nuestra mirada de la Argentina. Para mí el texto habla de nuestra realidad extrañada y maximizada. Pensé en una Argentina distópica, pero a la vez real, porque la imagen pesimista que Copi da de un país es nuestra realidad de hoy mismo.
MOSQUITO SANCINETO:-De Copi me gusta su extravagancia, su ironía, el absurdo que maneja. Emiliano Figueiredo, en maravilloso trabajo, interpreta al perro que me acompaña: mi cómplice, el que filosofa y dice la verdad, como en las fábulas. El personaje tiene mucho de mí, porque yo también antepongo el humor a situaciones que pueden ser muy duras. Me divierte y me emociona ser yo misma y a la vez jugar a ser Copi.
-Un texto que debe ser tachado puede aludir a la censura, a la autocensura…
S.L:-Sí, y también a nuestra memoria. A una Argentina que se está achicando, a un país en extinción. También las tachaduras tienen que ver con la mutilación, que es parte de lo que sufre el protagonista.
-¿Cómo llegaron los neumáticos a la puesta?
S.L:-Estuvieron desde el principio. El texto de Copi es un torbellino, en movimiento y rotación constante. Los neumáticos le permiten al espectador jugar, porque son también bote, casa, auto, personas. Y hablan de algo muy nuestro, de las movilizaciones populares donde se queman neumáticos.
-¿Por qué dicen que es teatro queer, más allá de que se trata de un texto de Copi?
S.L.: -Lo queer está en la transformación de las palabras, en la libertad de transformación. Y en nuestra obra lo travesti y lo drag queen está todo el tiempo, porque en los tres personajes hay una exageración monstruosa de lo femenino.
-El título Proyecto Patria es muy irónico, porque todo habla de disolución...
S.L: -Sí, es doblemente irónico, porque Copi lo subtitula “cartas desde el exilio” y el personaje no está en París. En nuestra obra, que sucede en la Argentina, el personaje se siente exiliado en su propio país. Eso me interesó porque a mí también me pasa lo mismo: no me siento bien y, aunque tengo apego por este país, siento que todo lo que pasa aquí es muy doloroso.
M.S.: -También yo sufro al país desde un lugar de hastío absoluto porque sigo repitiendo las mismas frustraciones y postergaciones que viví en otras épocas.
El vértigo permanente
Reciente ganadora del premio Trinidad Guevara a la trayectoria, estrella del under y exponente del género de la Impro, Mosquito Sancineto comenzó su carrera en 1979, cuando llamó por teléfono a Inda Ledesma pidiendo que le tomaran una prueba para integrar el elenco de El príncipe idiota, obra de Dostoievski que la actriz comenzaría a dirigir. “El elenco era increíble”, recuerda hoy, “estaban Chela Ruiz, Patricio Contreras, Cristina Benegas…fue como entrar al teatro con mayúsculas, a un mundo de gigantes”, dice. Después de estudiar con Raúl Serrano se propuso ponerse en un lugar de vértigo permanente y confirma, como si hiciera falta: “Nunca quise ser convencional”.
*Proyecto Patria, en El grito (Costa Rica 5459), los sábados a las 22.30.