Obispos que manifiestan su preocupación por la crisis alimentaria creciente y otros que advierten sobre la inacción del Estado en políticas públicas y llaman la atención también a la dirigencia política en general; sacerdotes que viven en barrios populares que denuncian al gobierno por retener alimentos mientras los pobres padecen hambre; declaraciones de organismos eclesiásticos que analizan críticamente la coyuntura y celebraciones religiosas en las que emergen manifestaciones de protesta contra el gobierno y sus medidas. Un presidente y miembros del gabinete que no solo descuidan la relación con las autoridades eclesiásticas sino que actúan con indiferencia ante solicitudes Francisco sigue atento a lo que pasa en el país, envía mensajessitúa a una parte significativa de la Iglesia en alianza con quienes están siendo víctimas del ajuste y en una relación cada día más tensa con el gobierno nacional.